Es más fácil soñar con las vacaciones cuando no se tienen hijos que cuando se tienen. Y es que cuando hay niños en casa las vacaciones se convierten en toda una organización y en un campo de dudas. ¿Cómo hago para no cambiar mucho su rutina pero hacer planes a la vez?, ¿querrá dormir en esa cuna/cama?, ¿cómo le afectará no dormir alguna siesta?
Es totalmente normal cuestionarnos estas cosas porque queremos disfrutar de las vacaciones tan merecidas y no tener que necesitar unas vacaciones después de las vacaciones.
Ana Navarro, fundadora de Oui Sleep y experta en sueño infantil, explica que “se debería encontrar un equilibrio para poder disfrutar de las merecidas vacaciones y proporcionar a nuestros hijos un descanso adecuado porque es precisamente el descanso lo que conseguirá que toda la familia disfrute”. Y es que esto es en lo que Ana Navarro hace hincapié en todas sus consultas privadas con familias para mejorar el descanso de sus hijos: “la privación de horas de sueño en un niño no hará que caiga rendido a la cama y que duerma plácidamente, sino que puede ser la causa de la resistencia para dormirse, el incremento de despertares nocturnos, los desvelos, los madrugones y la irritabilidad”. Para encontrar ese equilibrio y que toda la familia descanse y disfrute, Ana Navarro comparte 7 consejos para tener en cuenta durante las vacaciones:
1. Reproducir, en la medida de lo posible, el ambiente de sueño que se tiene en casa
Cuando dormimos fuera de casa no podemos asegurar que nuestro pequeño dormirá en oscuridad total, por eso es importante tener esta información antes y, si es necesario, llevar unas cortinas de viaje opacas que ocupan poco en la maleta y que puede ser de gran ayuda. También deberíamos evitar ruidos y un exceso de estímulos que pueda interferir en su sueño. Incluir en la maleta sus cuentos preferidos y el peluche con el que duermen, les ayudará a sentirse más como en casa.
2. Seguir los horarios de casa
Esto no significa ser inflexibles con la rutina y llevarla a rajatabla sin cambios pero es importante estructurar el día en horas concretas para comer, dormir la siesta, merendar, hora de irse a la cama por la noche, etc. Nos da miedo la palabra rutina y más en vacaciones pero los bebés y niños tienen sueño y hambre a una determinada hora, ya sea en su propia casa o en el hotel de la playa. Además, les gusta tener unos horarios establecidos y saber qué viene después de cada cosa porque les aporta seguridad y confianza.
3. Alternar días de actividades con días tranquilos
Si un día está cargado de planes que dificulta seguir los horarios de nuestro bebé y que duerma bien durante el día, intentar que el siguiente sea más relajado y estructurado. Con esto conseguiremos compensar el cansancio del día anterior con una recuperación de sueño y evitar el sobre cansancio acumulado. Es importante no pretender que nos sigan el ritmo en todo momento.
4.Priorizar y proteger las siestas
Si tu hijo hace más de una siesta, que al menos una sea en casa (mejor la primera), en su cuna o cama, sin luz, sin ruido y sin estímulos. Si se omite alguna siesta, que sea la última y acostarle antes por la noche, para evitar el cansancio acumulado. Las siestas en movimiento pueden ser de gran ayuda para evitar el sobre cansancio aprovechando un viaje en coche a la hora de la siesta, un paseo en carro, etc.
5. Evitar pantallas al menos 2 horas antes de dormir
En verano solemos ser más flexibles con las horas que pasan frente a las pantallas, sin saber que la luz blanca o azul que estas emiten inhiben la segregación de melatonina, la hormona que induce al sueño. Además, la exposición a pantallas (televisión, móvil) antes de dormir tiene un efecto muy estimulante y dificulta su relajación. En su lugar, lo ideal es pasar ese rato con ellos, hablándoles o interactuando (según su edad), bajar la actividad de la casa y propiciar un ambiente relajante antes de irse a la cama.
6. No introducir hábitos que luego queramos revertir
En vacaciones queremos descansar y desconectar de la vida ajetreada que llevamos el resto del año y para conseguirlo solemos introducir cambios en la higiene de sueño de nuestro bebé. Uno de los motivos por el cual las familias me contactan después del verano es para ayudarles a reducir o eliminar los biberones de más que han dado a su bebé durante las vacaciones para conseguir que se duerma más rápido. No es solo importante descansar en vacaciones sino el resto del año.
7. Una cena baja en azúcares añadidos
En verano tendemos a comer más helados, pasteles y bebidas azucaradas y nuestros hijos no se quedan atrás. Darles este tipo de cosas en la cena antes de irse a dormir provoca un aumento del nivel de adrenalina, estimula el sistema nervioso central y activa al cerebro, lo cual no ayuda a que el niño concilie el sueño.
8. Tener paciencia
Los adultos pueden adaptarse a las vacaciones, pero los niños necesitan tiempo. La paciencia será la mejor aliada para mantener el buen descanso durante las vacaciones.
El objetivo de las vacaciones es desconectar y disfrutar y cada vez más familias son más conscientes de que el descanso es fundamental para conseguirlo. Si se tienen en cuenta los consejos mencionados anteriormente, tenemos paciencia y sentido común tendremos un bonito recuerdo del verano.