Una oruga que no consigue meterse en el capullo que le hará convertirse en mariposa y dos insectos que se deciden a ayudarla son los protagonistas de este cortometraje realizado por alumnos de ESMA, una escuela de la que han salido muchos de los cortometrajes de los que hemos hablado aquí. Con humor nuestros hijos verán la importancia de trabajar en equipo. Este cortometraje fue nominado a los Oscar en 2015.
Con este cortometraje aprendemos que todos somos vulnerables e interdependientes, que nos necesitamos los unos a los otros para protegernos y alcanzar nuestros objetivos. Tal y como decía Pepa Horno en una entrevista para UNICEF, “en vez de decir al niño constantemente que sea fuerte y se defienda solo o quédate conmigo, ten cuidado, no hagas, no vayas… En vez de decirle ten cuidado, hay que decirle pide ayuda. Pero claro, para enseñar al niño a pedir ayuda el primero que tiene que pedirla soy yo. A nosotros no nos han enseñado a pedir ayuda, nos han enseñado a defendernos, a ocultar nuestras debilidades, a no mostrar que estábamos mal o que teníamos miedo. La base de la protección es que los niños conecten con lo que sienten para que cuando tengan miedo puedan conectar con eso, sentirlo y pedir ayuda. Es muy bonito darte cuenta de que la base de la protección es el reconocimiento de la vulnerabilidad. Porque cuando te reconoces vulnerable pides ayuda”.
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