Cortometrajes que inspiran: “La flor más grande del mundo”, basado en un relato de José Saramago
“¿Y si las historias para niños fueran de lectura obligatoria para los adultos? ¿Seríamos realmente capaces de aprender lo que, desde hace tanto tiempo venimos enseñando?”. Esto reflexiona el genial autor portugués José Saramago en este cortometraje basado en un cuento suyo y narrado con su voz. Un cortometraje que nos enseña la importancia de vivir con compromiso, con solidaridad, y nos muestra que, sin lugar a dudas, esto da sentido a nuestra existencia y nos engrandece. Un niño que atrapa un insecto y que quiere presumir de su “hazaña” enseñándolo en medio de un mundo gris y un viaje inesperado centran esta bonita historia que seguro que querrás ver con tus hijos.
En medio de un mundo gris, muy individualista, un niño atrapa un insecto y lo quiere enseñar a los chicos mayores para presumir de su hazaña, pero estos lo ignoran. El insecto se escapa de la caja y, después de titubear, el niño decide seguirlo y recorre laderas, campos, cruza un río, y se encuentra con un desierto en el medio del cual hay una flor que se está secando. Conmovido, tomará una decisión. Como escribió Saramago en el cuento en el que este cortometraje está basado:
“Y como este niño es especial, como es un niño de cuento, pensó que tenía que salvar la flor. Pero ¿qué hacemos con el agua? Allí, en lo alto, ni una gota. Abajo, sólo en el río, y ¡estaba tan lejos!…
“Baja el niño la montaña,
atraviesa el mundo todo,
llega al gran río Nilo,
en el hueco de las manos recoge
cuanta agua le cabía.
Vuelve a atravesar el mundo
por la pendiente se arrastra,
tres gotas que llegaron,
se las bebió la flor sedienta.
Veinte veces de aquí allí,
cien mil viajes a la Luna,
la sangre en los pies descalzos,
pero la flor erguida
ya daba perfume al aire,
y como si fuese un roble
Ponía sombra en el suelo”.
A este niño, nos cuenta Saramago, “lo llevaron a casa, rodeado de todo el respeto, como obra de milagro. Cuando luego pasaba por las calles, las personas decían que había salido de casa para hacer una cosa que era mucho mayor que su tamaño y que todos los tamaños. Y ésa es la moraleja de la historia”.
El propio autor dice que no se le da bien contar historias para niños, que no tiene paciencia. Pero seguro que vuestros hijos, después de ver este cortometraje con vosotros, no piensan lo mismo. ¡Que lo disfrutéis!
¡Ya te puedes apuntar a nuestro encuentro! Seguro que tus hijos agradecerán verte con las pilas cargadas de ilusión por educar