Crónica de nuestro encuentro en Barcelona: Educar con los brazos abiertos
Nos lo habéis pedido y aquí está la crónica extensa de nuestro cuarto encuentro Gestionando hijos, que condujeron la periodista Ruth Jiménez y el director de Gestionando Hijos Leo Farache animando a vivir el encuentro y la vida en general como los niños, “con los brazos abiertos”.
Ruth Jiménez, periodista, y Leo Farche, director de Gestionando Hijos, arrancaron el evento con fuerza y animaron a los asistentes a vivir “con los brazos abiertos”. Javier Palop, director de la Fundación SM, que patrocinó el encuentro, nos contó que su hijo le había señalado que “educar es despertarse”. Por su parte, el director de Cruïlla nos animó a “huir de aquellas personas que nos digan que la educación está en horas bajas”.
Eva Bach: “Cuando los padres estamos bien, los hijos están bien”
La primera experta en subir al escenario fue la pedagoga y escritora Eva Bach, que nos habló de la necesidad de que cada uno, en la familia, ocupe su lugar. Eva nos recordó que “hijos y padres ocupan un lugar jerárquico, biológico y emocional diferente en la familia” y que hay que “ocuparse amorosamente de los deberes y derechos de cada uno”. Y hablando de los deberes de los padres, Eva nos advirtió contra una creencia muy extendida: “Hoy parece que el deber principal de los padres es dar a sus hijos vidas perfectas”. Para que cada uno en la familia ocupe su lugar, Eva nos contó que “ambos progenitores deben estar en plano de igualdad y dar prioridad en el corazón a nuestra pareja”. Y aunque la pedagoga y madre es consciente de que la labor de madre o padre exige mucho, nos recomendó “asumir nuestras limitaciones y pedir ayuda, expresando, cuando sea
necesario, que “no estoy en condiciones hoy, necesito calmarme”. De este modo, nos contó que era muy importante “no dimitir” de nuestra función de padre o madre. Otra de las relaciones que puede salirse de su lugar es la de abuelos con los nietos. “La función de los abuelos es apoyar, ayudar y disfrutar que la vida siga adelante con sus nietos, respetando a los padres”, nos dijo Eva. Y una de las disfunciones principales de la familia en la que se detuvo Eva es la sobreprotección: “Cuando sobreprotegemos, nos salimos del lugar de padres”, porque nuestra función es “enseñar a hacer las cosas por sí mismos”. A los padres sobreprotectores, Eva los llamaba entre las risas del público “padres helicóptero, padres bocadillo, padres mayordomo, padres perchero”. Y ante esta tendencia, Eva recuerda la importancia de decir “tú puedes”. Otra de las disfunciones de las que nos habló Eva es “proyectar emociones y anhelos no resueltos en nuestros hijos”. Para esta experta es muy importante “reorganizar nuestro mundo emocional” para no caer en estas trampas. Porque, nos preguntó Eva, “¿educan nuestros miedos, nuestras frustraciones, nuestros deseos no resueltos?”. Eva nos animó a “educar como adultos resilientes”. Eva también nos dijo que “no debemos apoyarnos en nuestros hijos. Es un lugar que no les corresponde y les generaremos ‘sobrepeso emocional’”. Por eso, Eva quiso dejar claro que la consigna de su intervención es “ocuparnos de nuestra propia felicidad y bienestar”. Para eso es muy importante evitar poner a nuestros hijos en un pedestal y asegurarles: “Me importas tú y tu felicidad y también me importa mi propia vida y mi felicidad”. “Cuando los padres estamos bien, los hijos están bien”, concluyó Eva.
Carmen Cabestany: “Enseñemos a nuestros hijos a posicionarse contra el acoso escolar mediante el ejemplo. No nos podemos permitir que ni un niño más se pierda por la ventana”
Leo Farache dio paso a un vídeo de Ford señalando que “la película de ser padre y madre cambia cuando tenemos ilusión y conciencia”. Y de concienciación nos vino a hablar precisamente Carmen Cabestany, secretaria de la Asociación No al Acoso Escolar (NACE), que nos puso la piel de gallina leyendo una carta de Lola, que en su infancia y adolescencia fue víctima de acoso escolar. “Si no se metían conmigo, se metían con ellas”, nos cuenta Lola sobre sus compañeras de colegio. “No tenía a quién acudir y me sentía culpable”. Lola en su carta confiesa que, después de un acoso escolar muy prolongado, que llegó hasta la adolescencia, en la que los chicos
le sujetaban y toqueteaban “me intenté suicidar”. El principio de la carta le dio pie a Carmen para hablar de una realidad que viven dos millones de nuestros escolares. Entre cien mil y doscientos mil sufren acoso escolar de larga intensidad, como el caso de Lola. Y Carmen quiso poner el acento en los espectadores del acoso. Su posición es fundamental para equilibrar la balanza del lado de la víctima o del lado del acosador. Y los tutores y profesores tienen un papel muy importante”. “No culpabilicemos a la víctima diciendo que es que es muy rara o no tiene habilidades sociales”, nos dice Carmen, que recuerda que “todos los que vemos un delito y no actuamos somos cómplices. Los espectadores del acoso escolar también”. Por eso, llamó a tutores y profesores a “resituar a los cómplices al lado del acosado hablando de valores, empatía, compromiso, justicia” porque “donde debemos estar todos es al lado de la víctima”, aunque Carmen no quiso abandonar al acosador a su suerte, ya que “necesita ayuda, porque nadie que es feliz acosa”. ¿Y qué podemos hacer los padres y las madres para inclinar esta balanza del lado de la víctima? “Enseñemos a nuestros hijos a posicionarse mediante el ejemplo”, subraya Carmen, que a pesar de conocer casos desgarradores se muestra convencida de que “podemos acabar con el acoso escolar, con el programa de tutoría entre iguales, con la educación emocional desde infantil y con campañas de sensibilización de toda la sociedad”. “No nos podemos permitir que ni un niño más se pierda por la ventana”, afirma contundente Carmen, que nos cuenta el final de la carta de Lola, que se ha convertido en una superviviente que quiere ayudar a acabar con el acoso escolar. “Frente al acoso, tolerancia cero”, concluyó Carmen Cabestany.
Fernando Botella e Iván Santacruz: “Vivamos una vida basada en la sorpresa, con mente de aprendiz”
Ruth Jiménez nos recordó que “educar es mágico” y dio paso al coach y experto en talento Fernando Botella y el mago Iván Santacruz Fernando Botella e Iván Santacruz, que con trucos de magia, juegos y mucha poesía nos
hablaron de tres ingredientes mágicos en la educación y nos hablaron de que “desde muy pequeños tus hijos te consideran mago”. La primera de las ideas es “vivir una vida basada en la sorpresa”. Fernando nos animó a “vivir la vida con humildad, que no es modestia, sino tener mente de aprendiz, capacidad de dudar y cuestionarse”. La segunda idea que une magia y educación es el sentido del humor, que “nos permite conectar con los demás, concentrarme en lo que hago y crear”. Precisamente por eso, nos pide Fernando que “no dejemos que la z se cuele cuando juguemos para pasar a juzgar”. Y por último, Fernando nos habló de que magos y papás y mamás debemos “hacer que las cosas pasen”, por lo que nos invitó a dejar de ser “esquezofrénicos”, esos que siempre están buscando excusas para no hacer y dicen: “es que hoy no puede ser”, “es que con este jefe no puedo”… Precisamente Iván Santacruz nos ilustró con un truco de magia en el que se hace un lío y luego se deshace que “sabemos que la vida de un padre o madre no es fácil, surgen contratiempos, miedos, dudas, se forma un lío… Pero si tenemos actitud, todo se resuelve”.
Cristina Gutiérrez: “Comprometámonos con los niños que nos rodean para que nunca crean que no le importan a nadie”.
La siguiente ponente en subir al escenario fue Cristina Gutiérrez, directora de directora de La Granja Escola de Santa María de Palautordera y autora de Entrénalo para la vida, que quiso traer al encuentro la voz de los niños y niñas. Y empezó contando la historia de Isaac, un niño de 12 años que dijo, tras una jornada en la granja, que lo que se llevaba de ahí es “saber que le importo a alguien”. Esta afirmación le parece a Cristina “peligrosa”, que nos hizo reflexionar preguntando: “¿Tan ocupados estamos que no podemos decirles que nos importan?”. Otra de las voces que nos trajo Cristina fue la de Alexandra, de 14 años, que le preguntó: “¿Por qué los mayores creéis que el mundo de verdad es el vuestro y no el nuestro, el de los niños?”. Y nos confiesa: “no supe qué contestarle”. Otra niña, esta vez de cinco años, se llevó de la granja semillas de alegría y se las regaló a su madre porque le hacían falta. “¡Qué conciencia emocional con solo cinco años!”, se maravillaba Cristina, que nos propuso una serie de cambios en nuestra forma de comunicarnos con nuestros hijos. Lo primero, preguntarles (“¿les hemos preguntado a nuestros hijos qué quieren?”) y lo segundo cambiar el “tengo que llevarle”, “tengo que hacer la cena” por el “quiero llevarle” o “quiero hacer la cena” (“¿Tenemos que educar a nuestros hijos o queremos hacerlo?”, nos preguntaba Cristina). De nuevo, hablamos de sobreprotección, un tema que salió recurrentemente en el encuetro: “Cuando hacemos algo que puede hacer él, le estamos diciendo que él no puede. Eso también comunica”, asegura Cristina, que nos dijo: “si queréis proteger a vuestros hijos, entrenadlos para la vida”. Para comunicar bien, nos dice Cristina, hace falta preguntar, expresar amor incondicional o frases como “me gusta escucharte”, “yo no me rindo, ¿y tú?”, “no te permito que me hables así” o “confío en ti”. Y nos contó un cuento: “El niño le pregunta al sabio ¿cuánto mide el universo? El universo tiene el tamaño de tu mundo, y tu mundo el de tus sueños”. Cristina quiso arrancar al auditorio el compromiso de que “los niños que nos rodean nunca crean que no le importan a nadie”.
Carles Capdevila: “El activo más importante de una sociedad es el ánimo de los maestros, que deben querer más a los alumnos que a su asignatura”.
Tras el descanso, fue el turno del periodista Carles Capdevila, que confesó que, aunque es padre, adora a los maestros. Para el periodista, “un padre que critica a un maestro es como un aficionado que pita a su equipo”. Y nos cuenta que su relación con los profesores empezó con las maestras de educación infantil, con las que se comunicaba por notitas o por bebé interpuesto sin mirarse (diciendo al bebé el uno delante del otro: “Dile a papá que no se olvide de traer toallitas” o “Dile a la maestra que ya compré las toallitas y no hacía falta la bronca de ayer”). Otra anécdota de la escuela infantil es que Carles ha visto que “hay padres y madres que no se van de la escuela hasta que su hijo llora. Y le dicen: “Mamá/papá se vaaa. Ya no nos vemos hasta la tarde” cuando lo que hay que hacer es despistarlo e irse rápido”. También criticó con su particular estilo divertido la falta de prestigio de la profesión de maestros: “Pones ‘maestros’ en Google y sale vacaciones, huelga y estrés. Y te preguntas cómo pueden estar estresados si al parecer
están siempre de vacaciones o de huelga”. Y de los colegios y la educación se habla poco más allá del fracaso escolar, subraya Carles, que critica que “no hablamos de la pasión y la vocación de los maestros”. Carles habló también de la siesta que nos echamos los padres entre la lectura compulsiva de libros sobre embarazo (“¿qué hacer mientras se está esperando? [en referencia a un bestseller sobre el embarazo]. Pues esperar y poco más, ¿no?”, nos decía entre risas) y sobre el primer año de vida y la lectura de libros tipo “Socorro, mi hijo es un adolescente”. Y es que, nos recuerda Carles “educar no es parir” y es para toda la vida. Por eso nos contaba Carles que a un amigo de 65 años que acaba de ser padre le ha recordado: “¿Te das cuenta de que tendrás que ir a recogerle a la discoteca cuando tengas 80 años? Y a lo mejor ya no tienes carnet, así que vete ahorrando para taxis”. Ya en un tono un poco más serio, nos leyó Carles la carta que Albert Camus escribió a su maestro pocos días después de recibir el premio Nobel: “cuando supe la noticia pensé primero en mi madre y luego en usted”. Carles recuerda que la profesión de profesor no está bien vista. Y nos confesó que desde que presenta programas sobre educación, mucha gente lo desprestigia llamándolo “las cositas aquellas sobre los niños”. Pero Carles lo tiene claro, “no hay profesión más importante que la del maestro, y debemos agradecerles”. Carles llegó a decir que “el activo más importante de la sociedad es el ánimo de sus maestros, que deben querer a sus alumnos más que a la asignatura”. Para Carles, hacemos un relato tenso de nuestras relaciones entre familia y escuela, pero podemos hacer un relato más positivo. “Decíos cosas bonitas por la mañana”, concluía.
Alba Alonso: “Desaprendamos muchas cosas, eduquemos sin etiquetas. Quiero que nadie elija el futuro de mi hijo y de mi hija”.
Después de ver un spot en el que EduCaixa nos mostraba cómo debía un joven presentar un proyecto emprendedor en un ascensor, sube al escenario Alba Alonso Feijoo (profesora y responsable del proyecto RealKiddys) a poner patas arriba los prejuicios sobre género en una ponencia muy divertida. Y comenzó su intervención con una performance: una mamá que llega al parque con las mochilas de su hijo (de superhéroes y con bebidas energéticas “porque ya se sabe que los niños no paran”) y de su hija (rosa y con un libro dentro titulado Cómo maquillarse para niñas) y dice que está “muy cansada. Qué duro es esto de ser madre, no paras”. Y se dirige a sus hijos de manera diferente. Al niño: “Deja ya de llorar, madura” y a la niña le dice: “Cierra las piernas, como una señorita”. Finalmente, saliendo de la parodia, Alba nos cuenta que no está cansada, “estoy harta. Ni mochilas de superhéroes para mi hijo ni bolsitas rosas para mi niña. Quiero una mochila para todos, sin etiquetas, en la que quepa la belleza interior, la valentía para salirse del camino, el respeto a la diferencia y a las emociones, porque tenemos derecho a expresarlas y espacio libre para el aburrimiento”. “Quiero que nadie escoja por ellos. Desaprendamos muchas cosas, eduquemos sin etiquetas”, nos recomienda Alba.
Jaume Centelles: “Para volar, los pájaros tienen alas y los niños tienen libros
Jaume Centelles, profesor,salió al escenario a hablar del amor por la lectura. Y nos dijo que el mundo necesita personas curiosas y eso se puede fomentar a través de los libros. También advirtió contra la sobreprotección con un proverbio: “Si vives cerca del mar enseña a nadar a tus hijos. Será mejor que construir un muro”. Para este experto, es muy importante combatir el pensamiento único, por lo que “la tribu debe formar lectores, no leedores, con literatura oral y escrita”. Porque, nos confiesa Jaume, no es necesario leer para contagiar amor por la lectura: “Tengo un recuerdo imborrable. Mi abuelo, iletrado, me contaba historias que me hacían vivir otras vidas”. Jaume nos animó a compartir la lectura con nuestros hijos: “6 minutos de lectura concentrada reduce el estrés. Compartir lectura con nuestros hijos es el mejor regalo”, nos dice Jaume, que concluye diciendo que “el mensaje es claro: menos discutir y más abrazar”.
Jorge Salinas: “Una de las claves es preguntar, salir del rol de dictarles lo que tienen que hacer”.
Jorge Salinas, coach, experto en liderazgo y piloto, nos habló de ayudar a elegir a nuestros hijos. Y de nuevo nos advirtió contra la sobreprotección, que él considera “una agresión encubierta. Uno de los principales problemas de autoestima en adolescentes viene de haber sido sobreprotegidos”, nos dice Jorge. Frente a la sobreprotección, Jorge nos habla de la generosidad, “que también es dejar espacio para que otros me den a mí, dejar espacio para que crezcan y se sientan útiles”. Otra de las claves para educar para elegir es
la “asertividad, que es hacerse cargo de lo que digo con respeto y sin culpa. Así alimentamos una relación sana”. Para ayudar a nuestros hijos a elegir, debemos “ser mentores, que te ayuda a identificar creencias, valores y quién quieres ser en la vida o qué huella quieres dejar”. Los adolescentes, nos dijo Jorge, “están acojonados y “nuestra misión es ayudarles a convertir el miedo en entusiasmo”. Otra de las claves “es aceptar lo que quieren ser en el futuro”. En este sentido, Jorge se mostró partidario de “no manipular a nuestros hijos y no desprestigiar la formación profesional”. En este sentido, Jorge nos pregunta: “¿Qué habría pasado si a Nadal le hubieran obligado a ser abogado?”. Una de las claves para ayudarles a elegir su futuro, nos dice Salinas, es “preguntar, salir del rol de dictar lo que hay que hacer”. Y otra de las claves es “que no les quede lugar a dudas de que siempre estaremos a su lado. No lo demos por supuesto”. Jorge se mostró cansado de que “alimentemos el mito de que relacionarse con un adolescente es difícil”, llamó a padres y madres a “no tomar tanto ibuprofeno y paracetamol” para el dolor de cabeza que, dicen, provoca esta etapa, sino a tomar decisiones y concluyó diciendo que “magia somos nosotros y la relación con nuestros hijos”, por lo que nos dijo que “no os deseo suerte, sino éxitos”.
Henar Marrón, de LIDL España, salió al escenario a hablar de la Formación Profesional Dual, que básicamente implica “aprender haciendo” y se mostró convencida de que gracias a programas así se podría vencer el paro juvenil.
Sonsoles Ónega y Papás Blogueros
El encuentro concluyó con la intervención de la periodista Sonsoles Ónega, autora de Nosotras, que lo quisimos todo, que nos dijo que “al ser madre no quería dejar de ser todo lo que era” y que denunció que “no me extraña que las mujeres españolas consuman Lexatin, porque las mujeres padecemos el timo del siglo XXI”, afirmación que fue recibida con aplausos. “Las exigencias y el tiempo del cuidado del hogar están en la mochila de la mujer”, nos dice Sonsoles, que recuerda que “las mujeres tenemos una doble presencia”: si estamos en el trabajo somos las que recibimos las noticias del cole. “Los hombres están en el trabajo y solo en el trabajo”, subraya. Por eso, Sonsoles nos anima: “vayamos a por el 50%. Debemos ceder soberanía”. Sonsoles nos dice que a los que diseñaron los horarios de trabajo “no les interesa llegar a casa pronto”. Pero afirma que “esas reglas ya no valen” y después de preguntarse “por qué algunas reuniones son a las seis de la tarde”, se felicita porque hay mujeres, dice “que están tratando de cambiar eso”. Y de nuevo recibe una ovación cuando dice que los horarios laborales y la conciliación “deberían ser un asunto de Estado”. Sonsoles dice a las mujeres “espero que tengas la ambición de avanzar en tu carrera y cambiar el mundo”, porque “nos necesitamos”. En ese momento salieron al escenario los Papás Blogueros, que recordaron que “están hartos de la etiqueta de padrazo” y subrayan que “tener hijos es cosa de dos”. Sonsoles Ónega les pide que “seáis legión”.
Y así terminó un encuentro que congregó a más de 1.500 personas para educar mejor, que se convirtió en trending topic y que fue posible gracias al patrocinio de la Fundación SM, Cruilla, la Xarxa Ford de Catalunya y LIDL y al apoyo de Totto, EduCaixa, Adecco y Cadena Ser