Crónica de un encuentro cargado de ilusión: Tercera edición de Gestionando Hijos

Os ofrecemos una crónica detallada del tercer encuentro de Gestionando Hijos, en el que 1.000 personas y ponentes de primera se congregaron para reflexionar, divertirnos, emocionarnos y en defintiva entusiasmarnos por educar. .

El tercer encuentro Gestionando Hijos congregó a más de 1.000 personas en el Nuevo Teatro Alcalá el sábado 12 de diciembre y, a tenor de los comentarios del público asistente, consiguió su objetivo: reforzar el entusiasmo de padres y madres gracias a la brillante intervención de ponentes de primera.

 

El encuentro fue conducido por la presentadora de televisión Luján Argüelles, reciente mamá que se confesaba muy emocionada con este evento “porque quiero educar mejor a Miranda”, y Leo Farache, socio fundador de Educar es Todo y Más Cuota, empresas detrás del evento. Javier Palop, director de la Fundación SM, uno de los principales patrocinadores de este proyecto, nos contó que para él “es una ilusión ver el teatro tan lleno de gente interesada en la educación”, confesó que concibe la educación “como un compromiso, pero que tiene un punto divertido” y manifestó que “Gestionando Hijos es un movimiento que vamos a seguir impulsando”.

El evento contó con la participación de la iniciativa de Mediaset 12 meses, porque, como recordó Luján Argüelles, sabiendo más para educar mejor construiremos una mejor sociedad

Javier Urra fue el primer experto en subir al escenario para hablarnos del vínculo del amor, que, en opinión de Urra, es tan fuerte que hasta los hijos agresores “quieren querer a sus padres pero no saben cómo”. ¿Cómo define este gran experto el vínculo del amor? Urra nos cuenta que “es olvidar el yo. Esta sociedad es muy yo-yo”, criticó Urra, “pero lo importante es el tú, porque el que no sabe lo que siente el otro pierde”. Urra nos ofreció una definición más poética del vínculo del amor: “es el puente que

Javier Urra. Foto de Sapos y Princesas
Javier Urra. Foto de Sapos y Princesas

sostiene el Universo. Es en los ojos del otro donde existimos. No soy, somos”. Para Javier Urra, “ la vida es ser agradecido” y también “compadecerse, sufrir con el dolor del otro, algo que nos aleja de los psicópatas”. Suele manifestar que querer que nuestros hijos sean felices es pedir a la vida más de lo que nos puede dar. De modo que sus últimas palabras fueron: “enseñen a sus hijos a no pedir de la vida más de lo que esta puede dar”.

Tras esta intervención, vimos un tráiler de “El viaje de Arlo”, de Disney Pixar, película que colaboró para hacer posible este encuentro y que nos recuerda que la vida es un viaje emocionante.

El siguiente ponente que subió al escenario fue Álvaro Bilbao, neuropsicólogo que nos habló de cómo cuidar el cerebro de nuestros hijos, un asunto del que no tenemos quizá mucha información, porque “hablamos mucho de la higiene corporal de nuestros hijos, pero poco de la higiene cerebral”. Bilbao sabe que “los hábitos más importantes para cuidar el cerebro se aprenden en los primeros años”. Y la primera base para cuidar el cerebro es “dar afecto, que no podemos confundir con sobreproteger”.  Otra pauta para cuidar el cerebro es “realizar ejercicio físico, que permite oxgenar el cerebro y recordar mejor”. La nutrición neurosaludable (comer más frutas, verduras y pescado) es otro de los buenos hábitos para cuidar la salud cerebral porque “mejora la concentración y la memoria”. Cultivar la paciencia es otra de las pautas para cuidar nuestro cerebro y en eso, nos cuenta Bilbao, no estamos acertando. Y recurrió a una anécdota: “Nuestros hijos no tienen que esperar una semana para ver sus dibujos favoritos, porque los tienen en la tablet o en el ordenador. Yo de pequeño tenía que esperar una semana para ver mi serie favorita, que como la de muchos, sería por entonces David el Gnomo. No estamos enseñando a nuestros hijos a esperar”. Álvaro Bilbao nos mostró un vídeo en el que se desarrolla un experimento: se les dio a los niños una golosina en un plato y se les dijo que si esperaban sin comerla podrían tener dos. El vídeo provocó muchas carcajadas en el público asistente. Podéis ver aquí lo que pasó:

Nos cuenta Álvaro Bilbao que en un experimento se vio que la capacidad de los niños por controlar la frustración era el factor que mejor predecía su capacidad de adaptación, algo que es de gran importancia en la vida, nos recordó. Por eso, llegó a afirmar que “si queremos tener hijos felices, no debemos hacer que el viento sople siempre a su favor, tenemos que enseñarles a navegar en tempestades” y se mostró partidario de enseñarles a autorregularse, que no implica encorsetarse. Para Bllbao, “decir que no a nuestros hijos es una labor tan amorosa como el mejor de los besos”. Uno de los comentarios de esta ponencia que más impactó en los asistentes fue la explicación de los efectos en el cerebro de la sobreprotección. Ante un reto o un peligro, se suelen activar dos estructuras cerebrales: la amígdala, una especie de alarma que se activa cuando hay un peligro, y la corteza prefrontal, que se activa cuando hay un reto por alcanzar. De este modo, conviven el miedo y la valentía. Pero si sobreprotegemos, lanzamos el mensaje de que nuestro hijo no es capaz, de modo que desactivamos la corteza prefrontal y potenciamos la amígdala. En conclusión, “los niños sobreprotegidos se convertirán en adultos miedosos e inseguros”.

Tras la ponencia sobre el cerebro, Leo Farache contó a los asistentes que realizaremos una ruta por los FordStores con charlas muy inspiradoras. Para más información, visita http://gestionandohijos.com/ford

La siguiente ponente que tuvimos en el escenario fue Carmen Cabestany, secretaria de la asociación No al Acoso Escolar, que lamentó tener que contarnos una mala noticia: “dos millones, un 26% de nuestros niños y niñas sufren acoso escolar”. Pero al mismo tiempo, nos contó, venía a darnos una buena noticia, y es que con nuestros cinco sentidos podemos combatir esta lacra. Por ejemplo, con la vista podemos darnos cuenta de cambios de conducta, cambios en las notas, cambios en el ánimo (como no querer ir a clase, el andar encogido o cabizbajo). Con la vista, también podremos detectar cambios de comportamiento o de notas de la persona que acosa. Con el olfato, nos cuenta Carmen, debemos estar pendientes de señales sutiles del maltrato “y también echarle narices y valentía para actuar ante la situación”. Con el oído “tenemos que escuchar a los chavales que nos dicen que sufren acoso escolar”. A un niño acosado, nos dice Carmen, “le cuesta mucho hablar porque nos quiere proteger”. También hay que escuchar al acosador, pero “para ir al fondo de lo que ha pasado, sin concesiones”. Con el tacto, debemos apoyar, sostener a la víctima del acoso, pero también tener mano firme para actuar “con ellos, y no por ellos, y con serenidad”, nos recuerda Carmen. Con el gusto, con la boca, debemos cuidar la comunicación porque “es esencial para prevenir y combatir el acoso”. Carmen no se olvidó de los espectadores del acoso y del concepto de chivato, con el que, en su opinión, hay que acabar: “avisar de un acoso es ser solidario”. La intervención emocionante de Carmen concluyó leyendo una carta que una madre de un niño que sufre acoso escribió a los padres y madres de la clase: “Felipe muestra signos de depresión. El bullying puede ser muy sutil y silencioso, le puede estar sucediendo a cualquiera”. Por eso, Carmen terminó vehemente, manifestando que “el acoso escolar es cosa de todos y esta sociedad debe mojarse. Tenemos que acabar con ello”. Y ante preguntas de cómo educar contra el acoso escolar, Carmen lo tiene claro: “Se puede educar desde la cuna en las emociones y la solidaridad para prevenir el acoso”.

Después de una breve intervención de Néctar Seguros de Salud hablando de los pilares de la salud (alimentación, salud emocional, salud mental y salud social) y después de ver el anuncio con el que Coca-Cola nos anima a hablar con Papá Noel, supimos que ya éramos Trending Topic con #educarmejor. Y fue el turno de Laura Baena, de Malasmadres, que nos hizo reír cuando confesó que le hizo mucha ilusión que le llamáramos para participar en el encuentro y que pensó: “No lo estoy haciendo tan mal”. Nos brindó 10 claves para educar sin morir en el intento. La primera clave es informarse, por eso ella se leyó mil libros. La segunda es no gritar. Pero ella nos confesó: “Lo intento, pero me sale la verdulera que llevo dentro”. Otra de las claves es la paciencia “pero la mala leche se interioriza y salen arrugas”. Por eso, Laura nos contó que a veces en el súper, ante los numeritos de las buenashijas dice que no son suyas. Otra de las claves es ayudar con los deberes. Laura tiene claro que “no seremos de la generación que vivamos sin deberes”. Y dentro de los deberes o muy relacionadas con ellos, están las manualidades Laura Baena“y la competitividad de las madres en los grupos de WhatsApp”, que, a tenor de las carcajadas en el público, nos deben de sonar mucho a todas y todos. Además, seguía Laura, hay que dar grandes respuestas a grandes preguntas, como “¿Por qué sigues teniendo tripa si la buenahija2 ya está fuera? ¿Existe Dios?”, o preguntas de ese tipo. Laura habló también de los castigos: “Mil veces he castigado a la buenahija1 esta semana, y dos mil  veces le he levantado el castigo”. La malamadre jefa también nos habló de los despistes de madres, que hace que los lleves pintados de Carnaval a la escuela antes de que toque o que “pierdas la oportunidad de comprar el disfraz de pastor en los chinos”. También hubo ocasión de contar cómo nos ha cambiado la vida desde que somos padres, pero a Laura no le pareció buena idea: “¿Para qué hacernos daño pensando qué hacíamos un viernes por la noche antes?”. Es muy importante, nos dijo también, conservar el optimismo, que en su caso se traduce en: “Esta noche voy a dormir ocho horas, este libro me lo leo en la playa o voy a descansar estas vacaciones”. Aunque nos reímos mucho durante toda su intervención, Laura consiguió emocionarnos al final, recordando que “las malasmadres no sabemos hacer croquetas, pero todas las noches los llevamos a la Luna”.

En el evento, también pudimos ver el mensaje ganador del concurso de Madresfera “¿Qué es lo que te preocupa de la educación de tus hijos?”. No os perdáis el vídeo de Olga y Antuán porque no tiene desperdicio y es una preocupación que seguro que compartís.

La siguiente intervención en forma de vídeo vino de la mano de Fernando Botella y Bankia, que nos recordaron la importancia de los héroes cotidianos, que son los que “hacen las cosas ordinarias de una manera extraordinaria”. Para Fernando, es importante “apoyar el talento desde pequeños para ponerlo al servicio de los demás y ser felices”. Leo Farache y Fernando Botella hablaron de cómo a menudo educamos con prejuicios, en especial contra la Formación Profesional. Por eso, Fernando nos recordó: “Qué importante es hacer lo que te gusta de verdad. Apoya el talento de tus hijos y serán felices”. Para Fernando, “cualquier aventura en la vida empieza con un sí, nunca con un no”. A Fernando le acompañó Papá Mago, que con unos trucos de magia nos pidió que “nunca perdamos la ilusión”.

Tras sortear dos mochilas de Totto, pudimos disfrutar de la intervención de Gregorio Luri, filósofo que nos contó que las palabras mágicas en la educación son “por favor, gracias, perdón y confío”, pilares de la cordialidad. Para Luri, “a medida que el mundo se hace más complejo es más importante no olvidar lo básico, la cordialidad”. El perdón, nos contó el filósofo, “tiene la capacidad de hacer reversible el tiempo, es el complemento ideal de la confianza”. Y la confianza es de ida y vuelta, porque “los niños necesitan tener confianza en que nosotros seremos sus aliados contra los monstruos que sí existen” y padres y madres debemos confiar en nuestros hijos, porque “los niños, como los barcos, están más seguros amarrados, pero no están hechos para eso”, porque “ser niño es tener mucha más energía que sentido común para gestionarla”.  Gregorio Luri se confesó “defensor acérrimo de la familia normal”, que definió como aquella “ que lleva sus neurosis cotidianas sin demasiadas estridencias”. Porque Luri sabe que “seríamos la familia perfecta el día que pudiéramos tener el segundo hijo antes del primero”. Luri nos lanzó una pregunta que hizo reír al público: “¿Se consideran mejores padres que los Simpson?”. La pregunta no es mala, porque los Simpson “se quieren y por eso Homer es capaz de llevar a su hijo a un museo”, nos contó entre risas Luri. Ya un poco más serio, nos contó Luri  que “el aprendizaje más importante es aprender a amar y saber que, aunque seas imperfecto, puedes encontrar a alguien que te quiera”. Para Luri, es importante incorporar en los derechos de los niños dos nuevas ideas: “el derecho a tener unos padres tranquilos y el derecho a tener unos padres imperfectos”. Aspirar a ser un padre normal, nos dice el filósofo, “es una utopía razonable”.  Luri dijo que no puede dar recetas de educación (si bien nos recordó que “el órgano de la educación no es el oído, es el ojo”, porque aprendemos por imitación) , pero que sabe que “un hijo no está bien educado si no es capaz de corresponder al amor que ha recibido”.

Visitamos de la mano de Manolo Sanchís el Club Deportivo Ford Tourneo, donde se enseña fútbol a chavales a través de un decálogo. “El deporte provoca mucha convivencia,  generosidad, espíritu de equipo y solidaridad”, nos recordó Sanchís.

Después llegó el turno de Heike Freire, experta en innovación educativa que nos habló de la importancia de educar en verde. “El contacto de los niños y niñas con la naturaleza es una necesidad que cae de cajón para algunos y es una utopía para otros”, empezó Heike, que nos dijo que “vivimos en un mundo tan del revés que las cosas de sentido común se han vuelto utópicas”. Heike nos animó a recordar nuestra infancia y seguramente acertó al decir que “muchos de esos recuerdos de infancia suelen estar relacionados con el contacto con la naturaleza, que nos confiere un sentido de libertad”. La experta nos pidió que observáramos las reacciones de nuestros hijos y aseguró que “nuestro hijo estará más contento y relajado si contacta con la naturaleza que con las pantallas”. Nos sorprendió un dato que nos ofreció Heike: “Los nórdicos pasan más tiempo al aire libre que nosotros”, especialmente en invierno. El aire libre, el frío, ayuda a nuestro sistema inmune, asegura Heike. Y además nos señala que “el sedentarismo es una lacra para niños y niñas de hoy”. En un estudio que citó en una entrevista, se descubrió que los niños y niñas pasan el 76% del tiempo sentados o tumbados. Heike también habló de los padres y madres helicópteros o moscardones, que sobreproten a sus hijos y están todo el rato sobrevolando y diciendo: “No te subas que te vas a caer”. Para esta experta, es mejor enseñarles a gestionar el riesgo y a tener un concepto de seguridad activa (reflexionando con el niño sobre lo que puede hacer para protegerse él mismo). Heike sabe que muchos niños cuando llegan a un espacio verde empiezan a decir que se aburren, pero para ella eso no nos debe dar miedo porque, como decía el poeta José Bergamín, “el aburrimiento es la perla de la ostra”. Heike concluyó: “Es un placer ver la naturaleza con los ojos de un niño. El contacto con la naturaleza estrecha el vínculo entre padres e hijos y entre la comunidad”.

La guinda del pastel de esta mañana tan interesante la puso Carles Capdevila, que comenzó diciendo que la víspera había sido el cumpleaños de su primera hija, de modo que llevaba 20 años y un día de paternidad, “que suena como una condena”. Nos quiso hablar de todo lo que había aprendido en ese tiempo: Lo primero es que desde que eres padre estás expuesto a la mirada pública. Por eso, “en el ascensor los vecinos te preguntan que si lo esperabas. O en la farmacia, al enterarse, te abrazan. Hoy, visto lo que me he gastado en medicinas, pienso que el farmacéutico me abrazó poco”.  También ha aprendido la importancia de compartir. Por eso, habla de que “se debería fundar la ONG de madres “Ningún niño sin cubo”, que obligan a sus hijos a dejar sus juguetes, porque “hay que compartir””. Carles subraya que “compartir está bien pero es difícil. Los adultos no compartimos nada”. Para Carles los parques son como un ring. Por eso le sorprende que haya madres que antes de dejar a su hijo en un parque le digan: “Sobre todo, no te pelees y no te manches”. Carles observa en esos niños una mirada hacia sus madres como diciendo: “Entonces, ¿para qué hemos venido?”. Carles nos confesó que otro de sus aprendizajes es que los niños son muy diferentes. Carles tiene 4 hijos, dos yCarles Capdevila GH3a adolescentes y dos pequeños, “de la misma madre”, subrayó, “esto siempre sorprende. Pero es que hemos estado tan liados educando que no nos ha dado tiempo de divorciarnos”. Capdevila nos contó que la hija mayor hacía los deberes sola y por su cuenta, de modo que no vivieron los agobios por los deberes. Pero con el segundo, la tutora les llamó porque no los hacía. “Le eché una bronca tremenda a mi hija por no habernos avisado de que llevaba años teniendo y haciendo deberes”, nos dijo entre risas. Otra cosa que ha aprendido es que “lo más contrario al fair play son los padres del fútbol”. Un día escuchó a un padre desde la grada decirle a su hijo: “Ten confianza, inútil” o a una madre montar en cólera cuando un árbitro anuló un gol de su hijo diciendo “A mi hijo no se le anula un gol, con la ilusión que le hace”. En medio de las carcajadas del auditorio, Carles subrayó que para él esa frase era “lo contrario de educar”. Otra de las enseñanzas es que el ejemplo marca. Por eso, se sorprendía cuando un amigo “que abrazó su smart TV cuando la compró, se extrañara de que su hijo fuera consumista”. Además, la experiencia le ha hecho aprender que “niños prodigio hay pocos”. Recordó una anécdota de unos amigos que preguntaron si su hijo pequeño ya tocaba el violín, porque tenían que aprender muy pronto. Pero hablando de extraescolares (un tema que salió mucho en la jornada), Carles dijo que “lo importante es que la educación sea un equilibrio entre actividades”. También habló de cómo los padres hacemos el ridículo. Un pediatra le contó que unos padres preocupados porque su hijo apenas comía observaron que comía la comida del suelo, de modo que “esterilizaban el suelo para ponerle ahí trozos de comida”. También recordó cómo, al irse uno de sus hijos de campamento, trató de contener las lágrimas mientras al lado una mujer lloraba desconsolada y le confesó que “era la madre del monitor. Entonces entendí por qué lloraba. Pero es que me llegó a decir que su hijo era muy despistado y solía perderlo todo. No sé si esa información me hacía falta”. Otro de los aprendizajes de la paternidad es que “es la experiencia que más contradicciones provoca”. Carles nos confesó que había prometido públicamente jamás ir a buscar en pijama a sus hijos después de una noche de juerga. Y lo ha cumplido a  medias, porque fue a buscar a su hija tras un concierto, “pero no fui en pijama, eso sí”. Y la gran gran contradicción de los padres y madres es que somos esas personas “obsesionadas porque nuestros hijos aprendan a hablar y a andar para luego pedirles que se sienten y se callen”. Carles Capdevila, que participó en este encuentro en medio de la recuperación de una intervención quirúrgica, nos contó que quiso participar para agradecer la viralidad de su ponencia en nuestro encuentro en Barcelona. Nos confesó que ahora en la calle lo llaman “el del vídeo”.

Mensaje RRSS2Con estas carcajadas concluyó una jornada muy completa (de risas, de denuncia, de reflexión, de emociones) que, tras leer ciertos mensajes en redes sociales, no podemos por menos que decir que logró su objetivo: entusiasmar y emocionar a padres y madres con su labor de educar.

 

Aquí tenéis el genial vídeo resumen realizado por Mediaset.

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Educar es todo

Educar es Todo es un proyecto cuyo objetivo es colaborar con madres y padres en su labor educativa. Uno de los pilares fundamentales de una buena sociedad es apoyar la tarea de las madres y padres que lideran los hogares y la educación de sus hijos. Por eso, queremos acompañarlos en este apasionante viaje educativo, aportando ideas, reflexiones y estrategias que les ayuden a conseguir ese objetivo, que entendemos que es el de todos. Esperamos que también el tuyo.

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