Nosotros tenemos 2 solecitos, de 6 y 3 años. El pasado 10 de febrero nuestra vida ya cambió drásticamente al diagnosticarme un cáncer de mama agresivo e inflamatorio; esa misma semana inicié el primer paso de la recuperación con la quimioterapia, a lo que seguirá operación quirúrgica, etc…
Mis hijos ya me demostraron ser unos valientes al aceptar de forma muy natural la situación. Y ahora nos viene a todos esta pandemia.
Tenemos un piso sin balcón y ellos son muy movidos. Sin embargo, están muy concienciados con el coronavirus y no piden salir a la calle. Sí que empiezan a echar de menos ver a sus abuelos y, esta semana que tuve que recibir mi tercer ciclo, ha sido una prueba más dura porque no he podido estar por ellos cómo me hubiera gustado debido a los efectos secundarios.
Pero ellos son toda mi fuerza, sin duda. Mi hijo mayor dice que “antes” no teníamos tiempo de jugar los cuatro tanto como ahora, y es verdad. Ya el cáncer nos dió un STOP de golpe a la vida conforme la vivíamos, y tras pasar el pánico inicial de ser población de riesgo ante este dichoso virus, ahora somos felices pintando con témperas, haciendo deberes escolares, pero sin prisa de tener que acabarlos para mañana después de las extraescolares de turno.
También con el agobio de no disponer de tiempo libre para ver una serie de Netflix, leer por placer aquellos libros pendientes o rutinas de entrenamiento. En nuestro caso es “tiempo extra de regalo” que dedicamos a dejaros fluir… y vivir el día a día. Yo, que siempre pensaba en el mañana, este confinamiento me ha hecho concentrarme y disfrutar el hoy.
Cuéntanos tu historia y así elaboraremos todos juntos un diario de confinamiento con niños en el que podamos compartir nuestro día a día. Escríbenos a: info@gestionandohijos.com.