Durante estos días me he topado bastante con artículos, tweets y demás posts en redes sociales que nos proponen planes para no aburrirnos en casa, para mantenernos entretenidos y aprovechar el tiempo. Y yo estoy encantada. Voy guardando cada propuesta para cuando tenga ratos libres.
Sin embargo, me pregunto cuándo podré realizar todas las ideas que estoy recopilando, pues aún no he tenido ni un minuto para mí desde que estamos recluidos en casa. Y soy consciente de que al ser madre renuncié a muchos momentos para estar asolas y tener tiempo libre, y que, desde que nuestro hijo llegó a nuestras vidas, han sido pocos los momentos de ocio y relax. Sin embargo, todo esto se ha magnificado durante estos días.
Ayer tuve una vídeo llamada con mis amigas, que duró alrededor de una hora. ¡Pero solo me enteré de tres o cuatro ideas sueltas! Mi hijo reclamaba mi atención constantemente, y no le culpo, no me malinterpretéis, solo me siento (como muchas veces desde que soy madre) como si estuviera en otra onda, distinta a la que sigue todo el mundo. Mientras la gente está aprovechando este tiempo en casa para hacer cursos, asistir a conciertos online, leer libros o ver series y películas que tenían pendientes, yo llego a la cama con la energía bajo mínimos y con la sensación de no haber aprovechado el día.
A pesar de ser una situación dura para todos, intento mirar la parte positiva y pensar en que posiblemente sea la mejor oportunidad (irrepetible y sin precedentes) para pasar tiempo juntos, en familia. Que todo esto es una aventura a la que tenemos que hacer frente y que nos hará crecer, madurar y conocernos más. Y una de las conclusiones que saco de todo esto es que la presión que nos ponemos nosotros mismos muchas veces es la misma causa de la frustración que sentimos. Nos comparamos, queremos hacer lo mismo que los demás, sin tener en cuenta nuestras individualidades y circunstancias concretas. Y, cuando tenemos hijos, el sueño perseguido e imposible de alcanzar consiste en ser los padres perfectos. Y la verdad que es taaaan agotador…
Así que, seguramente, lo que más haga en este período de confinamiento sea calmar rabietas, ver dibujos animados, cambiar pañales y acumular actividades en la lista de cosas pendientes que nunca haré. Y no me voy a martirizar por ello.
¿Y vosotros?
Cuéntanos tu historia y así elaboraremos todos juntos un diario de confinamiento con niños en el que podamos compartir nuestro día a día. Escríbenos a: info@gestionandohijos.com.