Diego Hidalgo: “Si no queremos sacrificar a una generación, tenemos que tomar medidas inmediatas”

El autor de 'Anestesiados' acaba de lanzar Manifiesto OFF, una iniciativa que pretende llamar la atención de la ciudadanía y las autoridades sobre el punto crítico que estamos alcanzando en nuestra relación con la tecnología digital y propone una serie de medidas concretas para afrontar este reto.

En España, el 88% de los jóvenes dispone de un smartphone a los 13 años. Cuanto más temprano se posea el primer smartphone, mayor es la probabilidad de padecer una salud mental frágil. Esta es una de las conclusiones de un estudio realizado por Sapien Labs. De hecho, según diversos estudio llevados a cabo por la Universidad de San Diego (EEUU), tener un móvil con 6 años aumenta un 61% la probabilidad de padecer depresión con respecto a tenerlo con 18 años.

“Regular la innovación tecnológica es complejo y constituye, junto la crisis medioambiental, el reto fundamental que afronta la humanidad. “, nos dice Diego Hidalgo, autor de Anestesiados, con quién hemos charlado con motivo del lanzamiento de Manifiesto OFF, del que es coordinador.

  • Diego, te preocupa mucho la relación que hemos establecido con la tecnología, y fruto de ello nace Manifiesto OFF. ¿De qué se trata exactamente?

Manifiesto OFF tiene como objetivo llamar la atención de la ciudadanía y las autoridades sobre el punto crítico que estamos alcanzando en nuestra relación con la tecnología digital y propone una serie de medidas concretas para afrontar este reto. Cada vez disponemos de más evidencia científica que respalda la relación que existe entre el deterioro de la salud mental y de las funciones cognitivas y desarrollo en niños y adolescentes y el uso de la tecnología. Es muy importante que la gente tome conciencia de la gravedad del momento que estamos atravesando.

Hemos vivido estos años en una fase de fascinación ante la tecnología, consumiendo todo lo que nos proporcionaba esta de forma compulsiva, sin ser conscientes de lo que esto suponía para nuestros cerebros.

  • ¿La sociedad está dividida entre los que están alarmados y los que no ven los peligros?

Hemos vivido estos años en una fase de fascinación ante la tecnología, consumiendo todo lo que nos proporcionaba esta de forma compulsiva, sin ser conscientes de lo que esto suponía para nuestros cerebros. Y, además, ha sido un cambio muy grande en muy pocos años. Si lo comparamos con otras innovaciones, por ejemplo, la escritura, que también ha modificado mucho como somos, tardó unos 5ooo años desde el momento en el que nació hasta que la mayoría de la agente la adoptó. Pero con los Smartphones ha sido todo rapidísimo, ha sido en un periodo de 15 años en el que hemos pasado de nada a todo. Pero es cierto que este periodo de fascinación está cambiando y dando lugar a otro de preocupación. Incluso si hablas con psicólogos, te cuentan que ellos mismos les daban la tablet a edades tempranas a sus hijos para que aprendieran idiomas o para que vieran dibujos animados en inglés, y que ahora no lo harían. También hay una industria muy poderosa que nos ha venido los supuestos beneficios educativos de la tecnología, sin discriminación de uso por edad, pero los estudios científicos nos alertan de los peligros de esto, y parece que estamos tomando consciencia de ello.

  • Esta fascinación por la tecnología, que nos ha llevado a no analizar a tiempo sus posibles riesgos, ¿ha puesto en peligro la salud de nuestros hijos?

Muchos padres han descubierto que si les dan una pantalla a sus hijos, esta les tranquiliza, les mantiene entretenidos, actúa como anestesia. Es humano necesitar a veces que tus hijos estén entretenidos y quietos, esto también lo conseguiríamos si les diésemos por ejemplo alcohol o un relajante, pero la diferencia es que esto sabíamos que no era bueno para ellos, de la tecnología no teníamos esta información. Ahora ya sí, sabemos que las tecnologías afectan negativamente al desarrollo del cerebro de nuestros hijos, entre otras cosas, pero esta información no ha llegado por igual a todo el mundo.

  • Entre las medidas que proponéis en Manifiesto OFF está la de establecer una moratoria a la introducción indiscriminada de la tecnología en las escuelas por debajo de una determinada edad…

Sí, porque nos hemos creído durante mucho tiempo la idea de que digitalizar era sinónimo de progresar, y eso nos ha llevado a introducirla en las clases de forma indiscriminada, cuanto antes, mejor. Afortunadamente, hoy esta idea ya se ha empezado a cuestionar. De hecho, esto es vox populi, pero los directivos de Silicon Valley, los que mejor conocen que hay detrás de la tecnología, llevan a sus hijos a escuelas sin tecnología hasta los 12 años, que luego se va introduciendo de forma muy delimitada en clases de tecnología, programación…

Nos hemos creído durante mucho tiempo la idea de que digitalizar era sinónimo de progresar, y eso nos ha llevado a introducirla en las clases de forma indiscriminada, cuanto antes, mejor.

Nosotros, en cambio, hemos introducido la tecnología en los procesos educativos, sin saber muy bien los efectos. De hecho, los informes que tenemos de la UNESCO indican que esto no es productivo, digitalizar la educación no ha dado mejores resultados, pero es que además vemos que las propias familias cuestionan la utilidad de que los niños tengan los deberes en una plataforma online, en lugar de apuntarlos en un cuaderno ellos mismos. Los niños viven en un mundo de contradicciones, por un lado empieza este llamamiento de que estén más despegados de las pantallas, y por otro lado les obligamos a recurrir a ellas para realizar sus deberes u otras tareas que tienen que realizar en los colegios.

  • Manifiesto OFF aboga, no por la prohibición de la tecnología, sino por poner límites, barreras…

Exacto. Barreras físicas (la tecnología no debería estar en todos los espacios), barreras temporales (establecer horarios de uso de esta tecnología), barreras por tipo de contenido y barreras por edad. Se trata de hacer un uso responsable. Usarla nosotros a ella, porque de lo contrario, ella nos acabará usando a nosotros.

  • Pero este cambio, que podemos hacer a título individual porque estemos muy concienciados como padres, no es suficiente, necesitamos un cambio estructural, global… ¿estás de acuerdo?

Por supuesto. El cambio individual es muy necesario, pero no es suficiente, porque a nuestros hijos no solo los educamos en casa, también se educan en la escuela y en la sociedad en general, y porque la presión social hace todo muy difícil (temer que tu hijo sea el raro de la clase por no tener un smartphone, por poner un ejemplo). Todo esto complica mucho que la acciones individuales funcionen, son insuficientes. Por tanto, necesitamos provocar un cambio cultural muy amplio. Tomar conciencia de la gravedad de la situación en la que nos encontramos y encontrar soluciones colectivas, y los centros educativos deben ser santuarios donde la tecnología penetre de forma muy limitada.

Los centros educativos deben ser santuarios donde la tecnología penetre de forma muy limitada.

  • ¿Estamos en un momento crítico? 

Estamos viviendo una epidemia de problemas de salud mental. El inicio de esta epidemia se sitúa al rededor de 2012. La mayoría de los problemas de salud mental se han incrementado entre un 50 y un 100% en estos últimos 10 años. No estamos hablando de un aumento leve, sino un aumento jamás observado anteriormente. ¿A qué se debe? ¿Se puede establecer un vínculo científico entre este uso indiscriminado de la tecnología y estos problemas? La respuesta es claramente sí, como confirman varios estudios al respecto, uno de ellos publicado la semana pasada en Cyber Guardians, que confirma que desde 2012, año en el que la penetración de Internet de Alta Velocidad alcanza al 50% de los hogares de España, las tabletas y los smartphones son fácilmente adquiribles y se produce una amplia aceptación social del uso de redes sociales por menores, los casos de enfermedad mental en niños y adolescentes sufren un incremento explosivo, al tiempo que se consolidan patrones de suicidios crecientes entre adolescentes. Pero hay más studios, como el llevado a cabo por Sapiens Labs, que ofrece datos como este: tener un móvil con 6 años aumenta un 61% la probabilidad de padecer depresión con respecto a tenerlo con 18 años.

Tener un móvil con 6 años aumenta un 61% la probabilidad de padecer depresión con respecto a tenerlo con 18 años.

Estos datos, lejos de asustarnos, deberían funcionar como incentivo personal y colectivo: cada año que retrasemos la entrega del smartphone a los niños, estaremos haciendo una inversión grande en su salud mental.

  • ¿Eres optimista respecto al gran reto que tenemos por delante como sociedad, conseguir ese uso responsable de la tecnología?

Soy razonablemente optimista. Estamos ante una urgencia sanitaria, y si no queremos sacrificar a una generación, tenemos que tomar medias inmediatas. Las familias no pueden hacerlo solas, necesitan regulación por parte de los gobiernos. Lo que está en juego es mucho, y no podemos cerrar los ojos.

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María Dotor

Tener solo unas líneas para presentarse no es fácil. Espero hacerlo bien 😉 Soy periodista y amante de la educación. Una de mis frases favoritas es: “La educación no cambia el mundo, cambia a las personas que van a cambiar el mundo” de Paulo Freire. Por eso creo que es tan importante tomárnoslo en serio. Por eso, y porque educar es el más apasionante e importante de los viajes. ¿No crees?

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