Como madres y padres, queremos que nuestros hijos duerman bien. Que descansen y tengan un sueño reparador. Principalmente por su bienestar y desarrollo, pero también por el nuestro. Sabemos que cuando ingerimos alimentos no saludables nuestro descanso se ve afectado negativamente, pero lo que quizá desconocemos es que cuando no hemos descansado, nuestro cuerpo nos pide alimentos más intensos, estimulantes y menos saludables. En esos momentos ni siquiera controlamos las señales de apetito y saciedad que nos envía nuestro organismo. Es decir, que la alimentación influye en el sueño, y viceversa.
Es una de las claves que nos explicaba recientemente el nutricionista Aitor Sánchez durante un directo en Instagram de mano de Flex. El experto nos ofrecía varias recomendaciones muy fáciles de seguir para que tanto nuestro descanso como el de nuestros hijos mejore notablemente.
¿Qué podemos hacer?
- Una de las primeras cosas que podemos llevar a cabo es revisar nuestras rutinas diarias. Según Aitor Sánchez, hay veces que con solo adelantar un poco la hora de cenar, la situación cambia radicalmente para bien.
- También hemos de prestar atención a las luces de casa. Y es que la intensidad lumínica influye más de lo que pensamos en nuestra salud, ya que impide que segreguemos suficiente melatonina y, por tanto, nos cueste más conciliar el sueño a la hora de irnos a la cama.
- Otra de las claves que nos puede ayudar es adelantar también la hora de acostarnos. No se trata necesariamente de dormirnos antes, sino de relajarnos antes. Y, por supuesto, cambiar la pantalla por la lectura de un buen libro en los minutos previos a conciliar el sueño.
- El deporte es beneficioso y saludable por muchas razones, y una de ellas es el descanso. Eso sí, el nutricionista nos aconseja que tengamos cuidado de no practicarlo en los instantes cercanos a la tarde y la noche. Favoreceremos más el descanso si lo realizamos a lo largo del día.
- Aunque Aitor Sánchez nos relataba que no está comprobado que haya alimentos que por sí mismos favorezcan el descanso, es importante incluir hidratos en las cenas. Además, lo que sí favorece el sueño reparador es el hecho de no saltarnos las comidas y, por lo tanto, irnos a la cama cenados. También hacerlo con un margen de una hora u hora y media antes de dormir.
- Junto a los hidratos, las verduras y las proteínas de calidad han de conformar la cena. “Las verduras nos sacian, hacen ligeros los platos, y en cuanto a las proteínas tenemos que tener en cuenta que no valen nuggets como carne o varitas de merluza como pescado. Ni, por supuesto, flan de huevo como sustituto del huevo”, explicaba el nutricionista.
¿Qué no debemos hacer?
- Sí que hay un tipo de alimento que influye negativamente en el descanso, y ese es el que incluye entre sus ingredientes la cafeína y derivados. Es decir, los cacaos, refrescos, cafés, bebidas energéticas o alcohol hay que restringirlos y mucho más en las horas próximas al descanso. “Sería impensable ver cómo un niño entra a un bar y se pide un café, pero no pestañeamos si lleva una lata de refresco y es incluso más perjudicial: tienen azúcar, cafeína equivalente a dos o tres cafés”, nos contaba Aitor Sánchez durante nuestro directo.
- Muy relacionadas con las bebidas azucaradas, están las edulcoradas. Que si bien son menos perjudiciales, siguen sin ser saludables. Aunque no lleven azúcar como tal disparan nuestra medida del sabor y generan efectos indeseables en nuestro intestino.
- Aunque la melatonina puede ser un suplemento útil, tal y como afirma el experto, no debe enmascarar el problema, y siempre ha de estar prescrito en consulta.
- Otro de los tipos de alimentos a evitar son los procesados, que llevan entre sus componentes más sal y azúcar y nos acercan, como consecuencia, a un peor estado nutricional y a un peor descanso. En este sentido, cuando damos a nuestros hijos uno de estos envasados acabamos desplazando a la comida saludable, a una pieza de fruta o a unos frutos secos, y perdiendo una valiosa oportunidad.
En definitiva, lo que nos propone Aitor Sánchez en este directo y en este artículo es hacer una reflexión sencilla que nos puede hacer modificar un menú entero. “Antes de darle a tu hijo una merienda o un alimento a media mañana para picar, piensa si se lo darías en la comida o la cena. Siempre bajamos la guardia entre horas y ese es, junto con la falta de verduras de nuestra dieta, que es una prioridad absoluta, el mayor error que cometen las familias”.