Andreas es alemán, nació en Hamburgo hace 56 años, titulado en Física y Matemáticas, especializado en estadística y, sin duda, una de las voces más autorizadas en el mundo de la educación. España acaba de aprobar su reforma educativa y, más allá del papel de las leyes en la mejora de la calidad de la educación, le hemos contactado para hablar con él acerca del papel que tenemos en este sentido los ciudadanos, en especial las madres, padres y docentes.
Andreas nos atiende por vídeo llamada en el marco de un evento online que organizamos bajo el título de ‘La educación importa’.
Pregunta: Andreas, ¿cómo conseguimos, más allá de leyes, mejor la calidad de la educación?
Respuesta: Con toda la tecnología de la que disponemos en el mundo, tenemos muy claro que la calidad de la educación, la calidad de la enseñanza nunca podrá exceder la calidad de los profesores. La pregunta que hay que hacerse es: ¿cómo podemos hacer la enseñanza atractiva, no únicamente en el aspecto económico (ya sabemos que es importante que los profesores tengan un salario adecuado), sino también desde el punto de vista intelectual, para que los mejores quieran ser profesores. En esto tiene mucha importancia el respeto que la sociedad debe tener hacia los profesores. Como padre, querré que mi hijo sea profesor cuando sea una profesión valorada. También se trata de crear un ambiente de trabajo para hacer el trabajo de profesor intelectualmente atractivo. Es decir, no se deben de impartir clases prefabricadas, sino que los profesores deben de convertirse en diseñadores creativos dentro del contexto de la enseñanza. Convertirse en los arquitectos de la educación del mañana. No solo ser instructores, también receptores; ser buenos mentores, buenos moderadores, buenos evaluadores. Si creamos este tipo de ambiente, yo creo que podemos conseguir que las mejores personas quieran ser, se conviertan en profesores.
Pregunta: Particularmente en España, ¿es la de profesor una profesión atractiva?
Respuesta: Bueno, si lo miras desde la perspectiva económica, el salario de los profesores no está mal en España si lo comparas con el salario de los trabajadores que están similarmente cualificados. Pero, una vez más, creo que el trabajo de los profesores está industrializado. Los profesores son las personas que entregan la información que otras personas han debatido. Esto no es el trabajo que inspira a las personas. Los profesores en España suelen trabajar aislados en la clase, saben todo lo que ocurre dentro de ella, pero no están conectados con los compañeros, no están conectados con el futuro de la educación o las investigaciones que crearán las enseñanzas del mañana. Yo creo que esa es la barrera que impide a las personas querer dedicarse a la enseñanza, a pesar del salario.
Pregunta: ¿Qué podemos hacer los ciudadanos para que los docentes sientan ese reconocimiento al que hacías referencia?
Respuesta: Yo creo que parte de la solución radica en construir una mejor relación entre la sociedad y los colegios. Los colegios han sido muy buenos a la hora de mantener a sus estudiantes dentro y al resto del mundo fuera. Y eso no es el futuro de la educación. De hecho, durante la pandemia ha sido el momento en el que los padres más se han involucrado en el aprendizaje de sus hijos, sintieron más responsabilidad; los profesores estuvieron más abiertos para establecer conexiones con los padres, aportándoles sus propios recursos para apoyar la educación de sus hijos. Se hicieron responsables, también desde el punto de vista del desarrollo social y emocional. Cuanto más sólida sea la estructura que construyamos en la relación entre los profesores y la sociedad, más se valorará por parte de la sociedad el trabajo de los profesores. Normalmente, no podemos apreciar el trabajo que no podemos ver. Incluso en España, en los últimos 10-15 años ha habido una tendencia hacia mercantilizar la educación. Los estudiantes se han vuelto los consumidores del aprendizaje, los profesores los proveedores y los padres los clientes, y esto ha creado un distanciamiento. Eso no es sano, la enseñanza no es nunca un fenómeno de transacción. Por ello, creo que es importante unir a los profesores, los estudiantes y las familias, que sientan esa responsabilidad y empoderamiento. Creo que es absolutamente crucial para fortalecer el valor de la enseñanza en la sociedad.
Pregunta: Eres el director de un informe que mide el nivel académico de los niños de todos los países de la OCDE… y has dicho en alguna ocasión que hay pequeñas cosas que podemos hacer las madres y padres que tienen gran repercusión en sus resultados… ¿cuáles son?
Respuesta: La enseñanza nunca triunfa sin que todo el mundo esté implicado, sin que todo el mundo forme parte del proyecto. Te pongo un ejemplo: el simple hecho de que los padres pregunten a sus hijos todos los días “¿Cómo ha ido el colegio?”, tiene un gran impacto el rendimiento matemático de los estudiantes en el informe PISA, mucho más que la propia renta familiar. Esto no significa que tengamos que emplear 3 horas de exhausto trabajo con los hijos, o que debamos tener un título de universidad para poder ayudarles. Simplemente, mostrarles que lo que han hecho en el colegio te importa a ti personalmente, que tiene importancia para ti. De esta forma, mejorará la actitud que tiene tu hijo hacia el aprendizaje, hacia la enseñanza. Si muestras, como padre, que respetas la autoridad del profesor y valoras su trabajo, tus hijos reflejaran esa actitud. Es una cuestión de actitud, más que de conocimientos o tiempo.
Pregunta: Escuchándote, Andreas, se podría concluir que un gran cambio en la educación puede conseguirse con ideas sencillas…
Respuesta: Sí, son ideas sencillas y también cosas que todas las personas podemos hacer. No es cuestión de no tengo el tiempo, no tengo la energía, no tengo la cualificación necesaria. Es el valor que le doy a la educación, al futuro, como le enseño a nuestros hijos lo que es importante. Si inculcas a tu hijo que todo depende de la inteligencia innata, si no ha nacido para entender las matemáticas, ¿cómo conseguirás que estudie y lo intente con todas sus fuerzas? Son las actitudes que le inculcamos a nuestros hijos lo que condiciona su pensamiento.
Si deseas ver la entrevista completa, te la dejamos aquí: