El “caso máster” por el que la ex presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, está siendo juzgada, nos sume en una profunda y bochornosa indignación.
Queremos empezar homenajeando a todos los estudiantes que se esfuerzan por conseguir el título que les acredita haber superado con éxito y con esfuerzo las pruebas que demuestran sus conocimientos.
La actuación de Cifuentes es propia de una persona estólida, malévola, despreciable.
Estólida en su planeamiento y desarrollo. Alguien que, en su posición, quiere obtener un título de postgrado universitario con el que pretender ser más admirada -apreciada es un insulto a la inteligencia-. Su inicial y mentirosa justificación, su chulería, sus coacciones, su desprecio a la verdad es provocadora y un lamentable ejemplo.
Malévola por el daño hecho. Miles de honrados estudiantes, profesores y personal administrativo de la URJC han visto manchadas su reputación por el acto de una sola persona. Cientos de miles de estudiantes que han estudiado, creado, desarrollado, presentado sus TFM (Trabajo final de Máster) se han sentido indignados por la ofensa que supone ver un entramado montado para regalar un título que a ellas y a ellos tanto les ha costado.
Despreciable por lo que su actuación significa. Es un insulto a la educación, a todos los que de alguna u otra forma tenemos relación con ella. Es despreciable por su falta de humildad, de reconocimiento de su error.
La historia de Cristina Cifuentes sigue. Ahora en los medios de comunicación de Mediaset (en Cuatro) donde, por lo que se ve, se premia con la fama a aquellos que son el peor ejemplo para la sociedad pero que quizás atraigan (supongo que por morbo) a la audiencia.
Escribe Fernando Savater en “Ética para Amador” que “lo contrario ser moralmente imbécil es tener conciencia” algo que, a nuestro juicio, tanto le falta a Cifuentes y Mediaset. Tanto la política como el medio de comunicación parecen no “saber que no todo da igual porque queremos realmente vivir bien, humanamente bien”, son incapaces de “desarrollar un buen gusto moral, de tal modo que haya ciertas cosas que nos repugne espontáneamente hacer”
Nosotros somos gente generosa y esperanzada. Por eso le vamos a hacer un regalo a los injustos Cristina Cifuentes y directivos de Mediaset con la esperanza que hagan uso de él:
Un hombre que cultiva su jardín, como quería Voltaire.
El que agradece que en la tierra haya música.
El que descubre con placer una etimología.
Dos empleados que en un café del Sur juegan un silencioso ajedrez.
El ceramista que premedita un color y una forma.
Un tipógrafo que compone bien esta página, que tal vez no le agrada.
Una mujer y un hombre que leen los tercetos finales de cierto canto.
El que acaricia a un animal dormido.
El que justifica o quiere justificar un mal que le han hecho.
El que agradece que en la tierra haya Stevenson.
El que prefiere que los otros tengan razón.
Esas personas, que se ignoran, están salvando el mundo.
Jorge Luis Borges (Los justos)
Un regalo que nos hacemos a nosotros mismos y que proponemos que compartas con las personas que más quieres, tus hijos.
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