A todos los padres y las madres nos gustaría que nuestros hijos vivieran en un mundo mejor, pero este mundo mejor no va a venir de la nada, sino que serán nuestros hijos e hijas los que podrán construirlo si les hemos dotado de las herramientas necesarias. Y esas herramientas residen, sin duda, en nuestro modo de educar en valores.
Hoy, más que nunca, las madres y padres sabemos la importancia de inculcar a nuestros hijos esos valores que contribuirán a construir una sociedad mejor en el futuro. Las madres y padres, pero también los centros educativos, los cuales tienen cada vez más clara su función como catalizadores de esta transformación.
Todo esto se puede resumir con una frase: “Nuestros hijos e hijas no van al colegio solo a aprender matemáticas, lengua e inglés. Nuestros hijos van al colegio a aprender a convivir, a contribuir al bien común, a conocer qué les apasiona hacer, a superar pequeños y grandes retos, a adaptarse a un entorno cambiante y a cuidarse a sí mismos y a los demás”.
Como nos decía siempre la experta en talento Noelia López Cheda, “vivimos en un mundo incierto en que la mejor preparación no va a ser solo los conocimientos que nuestros hijos tengan, sino sobre todo su capacidad para adaptarse, para sobreponerse a pequeñas dificultades, para trabajar en equipo y colaborar y para superarse cada día. Pero no solo hablamos de su futuro profesional. Para llevar una vida satisfactoria, es imprescindible aprender a llevar y cuidar relaciones positivas, a escuchar, a ser amable y honesto… Por eso, se puede decir sin duda que la educación en valores marca la diferencia”.
Si bien la educación en valores más importante se realiza en la familia, en el cole, dependiendo de cómo se gestionen los conflictos, de cómo se entiendan los errores, de si se promueve la competitividad o la colaboración, nuestros hijos aprenderán unos u otros valores.
“No es necesario que las normas de casa y las del cole sean las mismas, pero sí debe haber una sintonía de fondo: nos deben guiar unos valores, unos objetivos, unos sentimientos, unas motivaciones parecidas, similares, coincidentes, cuanto menos compatibles”, asegura la pedagoga Eva Bach.
Por eso, en la búsqueda de un colegio para nuestros hijos, no podemos olvidar tener en cuenta cuáles son los valores que promueven.
Claves para educar en valores
Para inculcar a nuestros hijos esos valores que creemos fundamentales, antes debemos tener en cuenta 5 cosas:
- Decidir qué valores son importantes para ti y para el mundo en el que quieres que tus hijos vivan. Puede ser que tú consideres más importante el respeto, o la honestidad, el pacifismo, el optimismo, o la solidaridad…
- Ser el cambio que quieres ver en el mundo. Es una frase de Mahatma Gandhi que nos recuerda que educamos con el ejemplo. Si quieres inculcar en tu hijo un valor en concreto, lo primero que habría que tener en cuenta es si tus actos están dando ejemplo.
- Debatir sobre valores con nuestros hijos, tirando del hilo de situaciones que vivimos en el día a día, haciéndoles reflexionar…
- Hacer entender a nuestros hijos que tenemos un papel importante a la hora de mejorar el rinconcito en el que vivimos, y que esto puede tener un impacto positivo más allá. La resignación, la hostilidad hacia el mundo y el inmovilismo no parecen valores muy interesantes a la hora de educar.
- Rodearte de los valores que quieres inculcar. Se trata de vivir acorde a como pensamos, porque de no hacerlo, acabaremos pensando de la forma en la que vivimos. Y, en este sentido, conviene buscar el mejor entorno educativo para nuestros hijos, donde tiene un papel fundamental la escuela.
La educación en valores, los cimientos del British Council School
En el British Council School, llevan años poniendo en el centro de todas sus acciones la educación en valores. Pero, ¿cuáles son estos valores fundamentales que, a través de sus alumnos, pretenden trasladar a la sociedad?
- Caring: el respeto y la preocupación por los demás promueven la integración y el apoyo entre los alumnos.
- Loyalty: la lealtad refuerza el sentimiento de pertenencia y fomenta un buen trabajo en equipo.
- Flexibility: capacidad para encontrar soluciones creativas y adaptarse a situaciones nuevas.
- Resilience: resiliencia. Capacidad para enfrentarse a las dificultades y contratiempos.
- Challenge: gusto por superar los retos, por vencer los obstáculos y por alcanzar buenos resultados.
Como señalan en el British Council School, gracias a este eje vertebrador, “los alumnos aplican valores claros y significativos para sus vidas y la forma en la que la viven, asumen su responsabilidad y tratan de ser lo mejor que pueden ser”. Unos cimientos bien firmes, ¿no os parece?