Eva Bach, pedagoga y escritora, nos ofrece en un vídeo de nuestra plataforma las bases para establecer una comunicación positiva con nuestros hijos. Y una de las claves era orientarnos en la búsqueda de soluciones, “en lugar de recrearse en los problemas. En lugar de decirles: “¿Cómo se te ocurre pintar la pared?”, es mejor decirles: “¿Cómo se te ocurre solucionarlo?” o “¿Qué has aprendido de esta situación?”, nos propone. Lo vemos con la historia de Daniel, que sus padres apodan, cómo no, “el Travieso”.
Recrearse en los problemas
Daniel tiene cuatro años y, como diría Alberto Soler, en un ejercicio de autonomía creativa, acaba de pintar una pared de su habitación con rayas de mil colores. Sus padres, que estaban mientras tanto cocinando, van a ver a su hijo porque su silencio les parece sospechoso y se encuentran con la obra de arte. Antonio y Sandra, los padres de Daniel, completamente enfurecidos, se recrean en el problema. Sandra no para de hablar con voz alta y disgustada :
-¿Pero cómo se te ocurre pintar la pared? ¿En qué estabas pensando? ¡Mira cómo está la pared, la has destrozado! ¡Y hace apenas tres meses que la habíamos pintado! Es que no hay manera contigo de tener una casa decente, ¡qué desastre!
-Ya no sabemos qué hacer contigo para que entiendas que las cosas hay que cuidarlas. Pierdes tus juguetes, has roto tu silla, rompiste mi jarrón favorito lanzando una pelota, estropeaste el mando de la tele porque decidiste que era buena idea meterlo en el baño… ¡Qué hartura, Daniel! – le dice su padre.
-Mira, me voy porque estoy muy furiosa, pero ya hablaremos cuando me calme- dice la madre, aún encendida.
Enfocarse en soluciones
Pasado un rato, los padres de Daniel se calman y tratan de relativizar: su hijo no ha pintado la habitación para fastidiarles, simplemente está aprendiendo, podría haber sido mucho peor (les habría horrorizado que estos rayajos estuvieran en la pared del salón) y, además, esto puede tener solución. Pero en vez de imponer esa solución a su hijo, deciden pensar con él cómo pueden solucionarlo.
-Daniel, lo sentimos, nos hemos puesto muy furiosos. Estamos muy disgustados, la verdad, pero simplemente te has equivocado, no se pinta en la pared, sino en el papel. Y cuando uno se equivoca tiene que pensar cómo solucionarlo. Así que vamos a pensar cómo lo solucionamos. ¿Alguna idea?
– ¿Y si lo dejamos así? A mí me gusta…- dice Daniel, con gesto inocente.
-Jajaja, buen intento- dice su padre.- Pero vamos a pensar una solución que nos valga a todos.
-Vale, ¿y si lo limpiamos con jabón?
– Pues podemos probar – dice la madre, más tranquila. – Y si no se va ya pensaremos soluciones, ¿te parece? Vamos a por jabón y un estropajo, a ver si hay suerte…
Claves para enfocarse en soluciones
- Recordar, como nos dice muchas veces María Soto, que nuestros hijos están aprendiendo, explorando, y por eso a veces se equivocan.
- Invitarles a pensar en soluciones antes que castigarlos airadamente, si queremos que nuestros hijos sean responsables y respondan de sus decisiones. Esto implica no dictar ni imponer la solución, sino reflexionar todos juntos.
- Dejar siempre claro que los queremos por lo que son, independientemente de lo que hagan.
- Como dice Eva Bach, criticar el comportamiento, no a la persona.
- Ante conflictos recurrentes, problemas que se repiten, hablar con nuestros hijos, analizar la situación y estudiar posibles salidas.
Si quieres reflexionar sobre cómo enfocarse en soluciones en la educación de tus hijos, te proponemos:
