Mientras que el cierre de las escuelas ha supuesto un alivio para todos los alumnos y alumnas que sufrían bullying, esto no quiere decir que el acoso haya desaparecido, simplemente ha cambiado de escenario. Desde la Fundación ANAR (Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo) afirman que están recibiendo muchas consultas y peticiones de ayuda por ciberbulliyng durante el confinamiento.
Este cambio de escenario es aún más preocupante si tenemos en cuenta que los espectadores habituales de este tipo de acoso (profesores, personal del centro…) ya no pueden verlo y, por tanto, no puedan detectar y ayudar a un alumno que está siendo acosado.
Ante esta situación, en la que el acoso escolar va ampliando sus ámbitos de actuación (ya no solo se restringe al aula, sino que llega a todos los rincones a través de un móvil o un ordenador), cabe preguntarse: ¿cuál es el antídoto contra el bullying? Para el catedrático de Psicobiología Luis Moya Albiol, la clave está en la empatía.
Qué es exactamente la empatía
Luis Moya Albiol, autor del libro “Educar en la empatía: el antídoto contra el bullying”, nos contó en el último webinar de Gestionando hijos que ser empáticos y empáticas quiere decir saber ponernos en el lugar de la otra persona a dos niveles:
- Desde las cogniciones: es decir, entender la perspectiva de cómo está pensando la otra persona.
- Desde las emociones: se trata de un acercamiento emocional, “cómo yo me siento ante lo que le ocurre a otra persona”.
Otro de los aspectos que aclara Luis es esa duda que nos planteamos muchas veces sobre si las personas “demasiado empáticas” pueden pasarlo mal por este exceso de empatía. El catedrático nos explica que una cosa es la empatía y otra la simpatía, y debemos diferenciarlas. La empatía implica “sintonizar emocionalmente con alguien, pero ser consciente de que se trata de lo que siente otra persona”. Entonces, no significa sentir lo mismo que alguien, sino comprender su estado emocional. Sin embargo, “cuando hacemos nuestra la emoción de otra persona, simpatizamos. Es lo que ocurre cuando alguien nos cuenta un problema que nos afecta y, por ejemplo, nos ponemos a llorar”, explica Luis.
También cabe diferenciar entre la empatía exacta y la empatía subjetiva. La empatía subjetiva es cuando, para ponernos en el lugar de los demás cuando les pasa alguna cosa concreta, recordamos cómo nos sentimos nosotros cuando nos ocurrió eso o cómo creemos que nos sentiríamos si nos pasara. La empatía exacta, sin embargo, no nos toma a nosotros como referentes, sino a la persona que está sufriendo, e intenta comprender sus emociones, que no tienen que ser las mismas que podríamos sentir nosotros en su lugar.
Variables que influyen en el desarrollo de la empatía
- Componente genético
Luis Moya Albiol nos explica que un análisis realizado con 46.000 participantes en el que se estudió en qué medida los factores genéticos determinan ciertos comportamientos, en el caso de la empatía se indicó que solo dependía un 10% de los factores genéticos.
- La gestación
Durante la gestación va a ser un proceso muy importante, pues lo que ocurra a la persona gestante afectará al desarrollo del cerebro del bebé. Luis Moya Albiol resalta factores como la alimentación, el sueño, el estrés, consumo de sustancias…
- Ambiente empático y afecto
Luis nos explica que es fundamental “que haya un apego seguro, una protección, confianza… porque todo esto va a hacer que el cerebro se configure de modo que las vías de la serotonina, que regulan nuestro equilibrio emocional, se van a activar”.
- Cada niño es único y diferente
Un educador/a empático tendrá la capacidad de entender las fortalezas, capacidades y debilidades de cada menor, y así poder desarrollarlas. Por eso es tan importante acercarnos a las necesidades de cada niño y cada niña.
Por qué y cómo educar en la empatía
“La empatía y violencia son dos caras de la misma moneda”, afirma Luis Moya Albiol. Como cuenta el catedrático, “casi el mismo circuito cerebral está implicado en ambos comportamientos (el violento y el empático), por eso cuanto más trabajamos en un sentido, inhibimos el otro”. Por eso esto se relaciona tanto con el bullying, así como con otros tipo de violencia, “si educáramos más en la empatía, evitaríamos muchos tipos de violencia”.
Para educar a nuestros hijos e hijas en la empatía, Luis Moya Albiol apunta dos claves: “Educar su yo interior y cómo se relacionan con los demás”. ¿Y cómo se consigue esto?
- Desterrando la sobreprotección: Sobreprotegiendo a los niños no solo no dejamos lugar para la autonomía, sino que además se fomenta “el invididualismo, rasgos egocéntricos, que llevado a extremos puede llegar al narcicismo, lo que dificulta la empatía y activa el circuito del miedo, lo que provoca que el cortex prefrontal trabaje menos, estructura de la que depende en gran parte la empatía”.
- Desarrollo de la autonomía y la autoestima: como hemos comentado, la sobreprotección es un impedimento para la autonomía, y la no autonomía hace que no se desarrolle una fuerte autoestima, “es una cadena, porque la autoestima se construye en base a lo que podemos y sabemos hacer”.
- Educación espiritual: respecto a esto, Luis Moya Albiol aclara que “se confunde la espiritualidad con la religiosidad. La espiritualidad va más allá de la religión, incluye una forma de estar en el mundo, de la educación en valores, incluye el respeto, el medioambiente, la gratitud, la humildad, el perdón… todos esos valores que hacen que los pequeños entiendan qué hacen aquí, por qué están aquí y sepan comportarse de una forma concreta en el mundo”.
- Además, Luis Moya Albiol también destaca como factores indispensables ayudar a nuestros hijos e hijas en el control de la impulsividad (algo que es complicado incluso para nosotros, los adultos), el desarrollo de la asertividad, la flexibilidad cognitiva, la creatividad, innovación…
Estas son algunas de las claves que nos dio Luis Moya Albiol en el webinar “Educar en la empatía: el antídoto contra el bullying”. Aquí os lo dejamos para que podáis ver su intervención completa, con la explicación más en profundidad de todos estos aspectos que os hemos contado y la ronda de preguntas y respuestas con la gente que lo vio en directo. ¡Que lo disfrutéis!