10 claves para comprender y educar a los niños y niñas con dislexia, por Rafa Guerrero

La dislexia es un trastorno del neurodesarrollo sobre el que son conocidos muchos mitos, pero más bien pocas verdades.

Por eso, con motivo del Día Internacional de la Dislexia (8 de octubre), hemos querido averiguar qué es realmente la dislexia, qué implicaciones tiene y, sobre todo, cómo debemos actuar si a nuestro hijo o hija le diagnostican este trastorno. Para ello hemos hablado con el psicólogo Rafa Guerrero, quien nos ha dado 10 claves para comprender y educar a los niños con dislexia.

1. ¿Qué es la dislexia?

Una de las claves de una buena intervención en un caso de dislexia tiene que ser conocer.

“La dislexia es un trastorno específico del aprendizaje que se encuadra dentro de los trastornos del neurodesarrollo”. El psicólogo Rafa Guerrero nos explica que “estos trastornos se dan cuando el desarrollo del cerebro es más lento si lo comparamos con otros cerebros de niños de la misma de edad.  No solamente hay diferencias en lo anatómico, o en lo fisiológico, sino que el funcionamiento del cerebro también es diferente”.

“El problema de la dislexia está en la decodificación de los fonemas, son niños y niñas que tienen dificultades para decodificar determinados fonemas, grafemas…, y claro, eso les lleva a la confusión”, explica Rafa Guerrero.

El cerebro es un órgano que se encarga de decodificar e identificar, “yo soy capaz de reconocer que esto es una pelota, porque conozco la pelota y la sé reconocer, pero mi cerebro en algún momento ha tenido que decodificar que algo redondo, que bota, es una pelota. El problema de estos niños es que tienen esa dificultad para decodificar”.

Todo esto es importante saberlo porque vamos a montar una intervención en base a lo que le pasa, para visualizarlo voy a poner un ejemplo muy claro: a una persona ciega no hace falta que le hables despacio, porque no tiene un problema a la hora de comprender el lenguaje. Pues la dislexia la tenemos que entender de la misma manera.

2. ¿Está relacionada con un bajo coeficiente intelectual?

Uno de los criterios que descarta el diagnóstico de dislexia es la inteligencia baja. Es decir, existe el mito de que las personas con dislexia son personas con un coeficiente intelectual bajo, y eso no es cierto. Lo mismo ocurre con los TDAH.

3. El efecto dominó

Como nos explica Rafa Guerrero, también es importante apuntar que la dislexia produce un efecto dominó. Volviendo al ejemplo de la persona ciega, ser ciego no significa solamente no ver, sino que además va a conllevar que el hecho de no ver en el día a día tenga determinadas consecuencias.
Entonces, si somos capaces de estructurar el espacio de determinada manera para que una persona ciega pueda sobrellevar mejor el día a día, le vamos a facilitar la vida. Si, en cambio, le ponemos obstáculos, se la vamos a dificultar. Con la dislexia ocurre igual, la clave consiste en tender la mano, darles recursos que puedan servirles para que puedan estar lo más adaptados posible.

4. ¿Qué implicaciones tiene la dislexia?

“En primer lugar, hablando en términos generales (luego habría que ver cada caso), suelen ser niños y niñas que tienen la autoestima y el autoconcepto bastante bajo. Son niños que cuando están en clase lo pasan fatal cada vez que el profesor pide un voluntario para leer, por ejemplo, o si saben que el profesor les puede preguntar”, explica Rafa.

Tambié, añade que “en todo lo que tiene que ver con el ámbito académico lo suelen pasar muy mal. El ver que no leen como el resto de sus compañeros les genera mucha vergüenza, se sienten muy por debajo e intentan no participar en clase. No terminan de entender lo que les pasa y, si nosotros no les explicamos, se llevan el mensaje de que no valen”.

5. La psicoeducación

Otro aspecto muy importante es la psicoeducación. Esto consiste en explicarle al niño qué es lo que pasa: “Te estamos llevando a un psicólogo, logopeda, a un profesional (el que sea) porque ocurre esto”, nos cuenta Rafa.

A veces madres y padres a cuyo hijo se le ha diagnosticado algún trastorno como la dislexia nos preguntan si deberían o no contárselo. Respecto a esto, la respuesta de Rafa es rotunda: “Sin duda, hay que contárselo, a mí nunca se me a un paciente no contarle lo que tiene, y si tiene 5 años, pues lo haremos de forma adecuada a su edad. Y ya no solo se trata de algo ético, o de cómo yo lo concibo, es que es parte de la solución. El hecho de que yo esté haciendo algo mal y que no se me achaque a que es que eres un vago, eres un torpe, no, sino a que tengo una dificultad, y tú tendrás otra, pero hay que explicárselo y que sepa qué le pasa”.

“Dentro de la psicoeducación también es muy importante que madres y padres sepan que “la dislexia tiene un componente genético muy importante”, señala Rafa Guerrero.

6. Acompañar

Otra clave fundamental es el acompañamiento, que se sientan acompañados, legitimados, sobre todo por los padres y los profes. “Dar la mano literal y metafóricamente a los niños, entender qué es la dislexia, aceptar la dislexia y aceptar al niño o niña. Al final cada niño tiene sus ritmos, y la clave consiste en que mamá, papá y profes hagan trajes a medida, no trajes estándar“, señala Rafa.

El acompañamiento también implica no recriminar. Ya pero es que es un vago o es que no le gustan los estudios y a mí me gustaría que estuviera más implicado… “Bueno, pues igual que a ti a lo mejor no te gusta determinada comida, es legítimo, lo cual no quiere decir que tenga que dejar de hacerlo”, indica el psicólogo.

7. La mirada incondicional

Rafa Guerrero hace hincapié en que tenemos que mirar a nuestros hijos e hijas de forma incondicional, “sin etiquetarles, sin juzgarles por lo que hacen, sino que les acompañándoles y mirándoles por lo que son”.

Rafa nos advierte que “lo que no podemos hacer, como dice José Ramón Gamo, es condicionar el cariño, el amor, el tiempo… por ejemplo: Si hoy te portas bien, por la tarde vamos al parque. Eso es una auténtica aberración, es como si te digo si te portas bien te doy de cenar y si te portas mal no te doy de cenar. En este caso vemos más claro que es una aberración porque en el primer caso ya nos hemos acostumbrado a castigar con lo social”.

Por lo tanto, muy importante también: no castigar. “El castigo no se puede activar en ninguno de los casos, pero menos con en estos niños”, señala Rafa. Y añade: “Niños y niñas que dedican el doble o el triple de tiempo en hacer sus tareas escolares y a pesar de eso reciben bastantes peores resultados que sus compañeros. Entonces, lo que hay que hacer es premiar el trayecto, el esfuerzo”.

“Además, es fundamental respetar los ritmos y el desarrollo de cada niño y niña en todos los casos, pero especialmente en estos”, remarca Rafa.

8. Comorbilidad

Los trastornos del neurodesarrollo, entre ellos, son muy comórbidos. Es decir, “que la probabilidad de tener otro trastorno asociado es mayor. Por ejemplo, el TDAH es un trastorno muy comórbido, lo cual quiere decir que estas personas, en un 70-80% de los casos, también tienen otro trastorno como puede ser la dislexia, dificultad de aprendizaje…”, explica el psicólogo.

9. Búsqueda de ayuda profesional

Es muy importante que los padres y madres lleven a los niños con sospechas de dislexia a un profesional experto en dislexia: “Es fundamental”, recalca Rafa. “Mi título de psicólogo me permite diagnosticar anorexia o trastorno límite de la personalidad, pero no se me ocurriría hacerlo, porque no soy experto en ello”.

10. Importante la detección precoz

“Cuando antes intervengamos, mejor”, apunta Rafa Guerrero.

La dislexia es un trastorno del neurodesarrollo que se debe diagnosticar a partir de primero de primaria, nunca antes. Rafa explica que esto se debe a que “si no hemos aprendido ni a leer ni a escribir, y el cerebro no está preparado para ello, no se puede diagnosticar este trastorno”.

Sin embargo, “yo puedo tener una probabilidad alta por mis genes a desarrollar una dislexia, pero resulta que si en la etapa de infantil hemos desarrollado bien la psicomotricidad, hemos trabajado bien los grafemas, los fonemas, hemos trabajado bien lo que se tiene que trabajar en niños de esa edad, la probabilidad de desarrollar una dislexia es menor, no es nula, pero es menor”. “Y también puede ocurrir al contrario”, explica el psicólogo.

Por lo tanto, “es un diagnóstico que se tiene que dar a partir de la etapa de primaria, pero siempre se pueden ir trabajar este tipo de cosas”.

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Marina Borràs

Cuando era pequeña me sentaba a diez centímetros de la televisión para ver las noticias todas las mañanas antes de ir al cole. Cuando crecí un poco, se dieron cuenta de que la razón por la que me acercaba tanto al televisor era porque necesitaba gafas, aunque yo prefiero pensar que por aquel entonces ya había encontrado mi pasión: de mayor quería ser periodista. Y así fue. Estudié periodismo y comunicación política, y sigo formándome en los temas que me apasionan: educación, igualdad de género y nuevas tecnologías.

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