Entrevista a Carles Capdevila: “Mi motivación es reconocer públicamente que los maestros son nuestros socios y hay que aplaudirlos”.
El periodista Carles Capdevila habla en esta entrevista sobre la tensión en la relación familia-escuela y sobre las razones que están detrás de este desencuentro. “Los padres y las madres a veces tenemos una tendencia a estar tan al lado de tu hijo que el profesor es casi tu rival”, además, ya desde la escuela infantil , “no nos hablamos a la cara, no nos miramos”.
Pero Carles subrayó que “hay maestros maravillosos, la mayoría”, que están bien lejos de aplicar estos consejos que comparte Eduforics para convertirse en un mal profesor. Carles subraya que siempre le han llamado la atención por hablar bien de los profes y nos recuerda que “el prestigio de los maestros es un activo muy importante, más que las leyes y los medios. La moral, el estado de ánimo de los profesores, es el activo más importante de la sociedad”.
“Estamos demasiado tensos, los padres y los maestros desconfiamos demasiado, nos criticamos delante de la puerta del cole. Es como cuando un aficionado silba a su propio portero, no se puede hacer, hay que animarlo”, sentencia Carles Capdevila. “Es incompatible dejar a tu hijo con alguien y no confiar en él. Si le dejas con esa persona, confías en él, le das autoridad, lo respetas y lo quieres. Yo por la mañana hago una reverencia a los maestros, les digo gracias, os quiero, aquí tenéis a mis hijos, tratadlos bien”, nos indica.
¿Por qué existe este desencuentro entre profesores y padre? Para Carles, “tenemos que inventar la autoridad moral. Venimos de un autoritarismo en el que el maestro era el centro y tenía el monopolio de la información y tenía el poder y luego buscando esta nueva relación a veces nos perdemos, y creo los maestros también tienen que entender que la autoridad te la ganas, que el respeto te lo ganas, que no te viene regalado”. Por eso, quizá, en Eduforics muchos de los consejos para convertirse en un mal profesor se centran en conservar la autoridad del profesor por encima de todo. Por ejemplo,
Un mal profesor no expone públicamente los logros porque “crearás líderes en el grupo que pueden llegar a quitar el poder”, da más importancia al resultado que la actitud porque así “tú tendrás el control sobre su aprendizaje. Imagina que los alumnos pudieran aprender por ellos mismos, entonces perderías poder”
Usa etiquetas porque “esto te hará tener un mayor control sobre tus alumnos porque ellos se comportarán como tu esperas”
Utilizan el castigo porque “los alumnos tendrán miedo a actuar y bajarás su confianza, lo cual aumenta tu autoridad como profesor”
Nunca cuestionan su labor docente cuando los alumnos se equivocan porque “podemos caer en el error de que los alumnos sean críticos con nosotros”
Priorizan el orden al disfrute porque las técnicas divertidas “normalmente hacen que los alumnos se levanten, jueguen hablen con otros. Si haces esto puedes perder el control de la clase”.
Además, Carles subraya que otra tendencia de los padres no ayuda a resolver este desencuentro, sino que lo agrava: “los padres y las madres a veces tenemos una tendencia a estar tan al lado de tu hijo que el profesor es casi tu rival. Pero no, a un niño le da mucha tranquilidad saber que su padre y su maestro están de acuerdo”.
En definitiva, el mensaje de Carles no puede ser más claro: “Necesitamos decírnoslo: somos del mismo equipo, los profes son nuestros héroes: les dejamos lo más importante de nuestras vidas, pues vamos a prestigiarles y a quererles”. A los profesores, tan acostumbrados al desprestigio y la crítica “hay que animarles y recordarles que un buen maestro te deja huella para siempre. A los maestros les sometemos a mucha presión, hablamos mal de ellos y necesitan cariño, como todos necesitamos cariño. Mi motivación es reconocer públicamente que son nuestros socios y aplaudirlos”.