En este gran homenaje a la educación que estamos preparando (del 1 al 23 de diciembre) no podíamos olvidarnos de un tema importantísimo en nuestro día a día educativo: la alimentación.
Sobre “educar alrededor de la mesa” nos hablará el chef Juan Llorca, con quien hemos hablado para que nos adelante un poquito qué nos contará en su ponencia:
1. Juan, participas en un evento homenaje a la educación. ¿La alimentación está en el día a día educativo de las madres y padres, o es un mero trámite?
A día de hoy me atrevería a decir que, a no ser que haya una conciencia en el hogar y en la familia de llevar una buena alimentación, de tener claro los beneficios que eso tiene para la salud y darle la importancia que merece, son pocos los núcleos familiares que realmente integran la alimentación como parte de la educación diaria de sus hijos.
Lo veo diariamente en los comedores escolares, la gran mayoría de familias tienen puesto el foco y la atención en si sus hijos comen o no comen, ya seas quien seas, no importa la clase social, obviamente unas con más razón que otras, pero les preocupa más la cantidad que la calidad. Por lo que creo que hay mucho camino que recorrer aún como para poder decir que la alimentación forma parte de la educación diaria de los niños y niñas de este país.
2. Las tasas de obesidad infantil hablan por sí solas, e indican que lo estamos haciendo mal… ¿Por qué lo hacemos tan mal con la cantidad de información que hay?
Por la desigualdad social, por los precios irrisorios que tienen los productos malsanos, por la cantidad de publicidad dirigida al público infantil de dichos productos, por la poca conciencia que hay desde la propia consulta del médico, hasta el abuelo o la abuela que cuida de sus nietos, la necesidad de sentir que nuestros hijos e hijas comen sí o sí, frente a lo que están comiendo, por las prisas y el estrés de la sociedad que no ayuda, por la propia autoconciencia que tenemos como adultos y el mal ejemplo que podemos dar y por seguir viviendo en un país con mucha tradición y donde hay que mejorar mucho en cuanto a hábitos alimenticios en los hogares y en los comedores escolares.
3. En los colegios rara vez se aprovecha el “momento comedor” para inculcar buenos hábitos alimenticios… ¿debería tratarse de un espacio educativo más, como lo es la clase de música o la de matemáticas?
¡Por supuesto! El comer, socializar, el celebrar un acontecimiento sea triste o feliz, el reunirnos con amigos, con familiares lejanos, celebrar un cumpleaños, cerrar un negocio, pasar un rato en familia juntos, todo pasa y se vive prácticamente alrededor de una mesa.
Por lo que es un momento idóneo para enseñar modales, a comer sin prisas, disfrutar de lo que se come, a darle la importancia que merece el alimento, de dónde proviene, qué nos aporta, dejar de obligar, castigar, premiar, generar una bonita relación con esos alimentos dejando de lado el miedo a engordar, adelgazar, dietas, burlas… hay tantas cosas que se pueden hacer alrededor de una mesa y en el momento del comedor escolar, que no entiendo como lo desperdiciamos de esa manera.
4. En tu anterior ponencia en un evento gestionando hijos hablaste de respeto… hoy vienes a hablar de la conversación en torno a una mesa… ¿aprovechamos poco el momento de la comida? ¿Para qué podríamos aprovecharlo?
Para conocernos, hablar del día, para socializar, para demostrarnos cariño, respeto, alegría, tristeza, aprender a mostrar nuestras emociones, a conversar en familia, a ser el ejemplo de lo que queremos que sean nuestros hijos e hijas, a masticar, reír, mirarnos, silencios cómodos, conversaciones profundas, aprender de nuestros hijos, de nuestra pareja, de nosotros mismos, y dejar a un lado teléfonos, teles, ordenadores, tableta y todo lo que pueda distraernos de ese momento.
Yo hace años que cuando me siento en una mesa, esté con quien esté, apago todo y nada más importa que ese momento y esa persona.
5. ¿Qué mal hábito en cuanto a la alimentación infantil te sorprende más que sigamos cometiendo?
El desayuno y su necesidad imperiosa de que se siga dando porque es prácticamente obligado, pero sobre todo por la pésima composición del mismo lleno de azúcares, galletas, cereales, leche con chocolate… Al igual que la merienda. Dos momentos del día que sin duda lo hacemos mal. Muy mal.
6. ¿Cuál es el mensaje que quieres dejar con tu ponencia?
Aprendamos a conversar, escuchar, apreciar otras opiniones y estar dispuestos a abrir nuestra mente a un mundo distinto quizás, pero no por eso menos interesante, mejor o lleno de alegría.
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