Patricia reflexiona sobre el vídeo viral del profesor de la ESO Pablo Poó a sus alumnos que han suspendido, a los que el profesor explica las consecuencias de no estudiar, de no tener referentes culturales ni sentido crítico. Y cree que, si queremos de verdad que la juventud tenga herramientas para su futuro, padres, madres y profesores deberíamos escuchar este mensaje y reflexionar sobre la necesidad de promover su autonomía y sentido crítico.
Hace un par de días vi el vídeo viral de un profesor que canta las cuarenta a sus alumnos suspendidos, alumnos que le dicen que para qué necesitan saber Literatura si quieren estudiar peluquería o ponerse a trabajar en el campo. Alumnos a los que el profesor dice “vosotros ahora vivís muy bien. Vuestros padres os preparan la comida, os pagan las pantallas de los móviles que rompéis, hasta vuestros botellones”. Pero Pablo Poó, que así se llama el profesor, advierte que “no sabéis nada de la vida. La vida no te espera, no te comprende, no te hace recuperaciones”. El profesor advierte a sus alumnos que “cuando salgáis de aquí, la vida os va a poner en vuestro sitio a bofetadas y es lo que os quiero ahorrar”. En este punto, no puedo evitar recordar el potente mensaje de Noelia López-Cheda contra la sobreprotección en vuestro encuentro. Si padres, madres y profesores dejamos a nuestros hijos y alumnos que resuelvan sus pequeñas dificultades, confiando en su capacidad para hacerlo, los prepararemos mejor para la vida.
¿Y qué sentido tiene estudiar y saber de cultura? Pablo lo tiene muy claro: “Cuando vayáis a firmar un contrato sobre un sueldo de mierda, sobre una jornada laboral que es eterna y no te has dado cuenta. Y se aprovecharán de vosotros porque no tenéis herramientas, no tenéis sentido crítico ni referentes culturales. Parece mentira pero en las mentes abiertas es más difícil entrar. Una mente cerrada se conquista con mucha facilidad porque sólo tiene una puerta”. Cuando escuché esta parte del vídeo viral me di cuenta de que, efectivamente, trabajar codo con codo para que nuestros jóvenes tengan referentes, herramientas y sentido crítico es algo tremendamente importante si queremos que los adolescentes no sean borregos de los que cualquiera se puede aprovechar o personas que se crean por encima de todo porque no tienen la humildad del que quiere seguir aprendiendo. Yo, desde luego, no quiero eso para mis hijos, quiero que tengan las mentes abiertas y no se dejen engañar.
Aunque mi hijo mayor, que vio conmigo el vídeo, dice que este profesor le parece un poco borde (en ocasiones a mí también me lo parece, como cuando dice que “la vida es una putada”) , Pablo termina su mensaje de un modo muy motivador. Anima a sus alumnos a “ponerle ganas por nosotros mismos y por nuestra propia autoestima para darnos cuenta de lo que somos realmente. Porque algunos, los que quieren que seáis felices desde los 12 hasta los 16 años, les importáis solo hasta que termináis la ESO. Pero yo he firmado con vosotros un contrato de por vida”. Y es que si les damos referentes, sentido crítico, si les dejamos superar sus pequeñas dificultades, si les invitamos a pensar por ellos mismos, claramente contribuiremos a que tengan una sana autoestima. Y, como dice Pablo, esa es una buena base para un “contrato de por vida”. Por eso yo creo que padres, madres y profesores deberíamos ver este vídeo para entender que solo si trabajamos juntos, si nos reconocemos en nuestro papel y si apostamos por la educación y la cultura y les animamos a ser autónomos y a pensar por sí mismos, nuestra juventud podrá construir un futuro bueno. Así que, como dice Pablo a sus alumnos, pero yo diría a padres, madres y profesores, “vamos a ponerle ganas”, por nosotros mismos y por nuestros hijos y alumnos.
Aquí tenéis la carta viral de Pablo Poó.
Aprovechando esta reflexión de Patricia, os animamos a firmar el Pacto por la educación en equipo, compromiso de padres, madres y profesores para trabajar conjuntamente para un objetivo común: formar a personas comprometidas, con buena autoestima, con creatividad y talento, con ganas de aprender…
