Escenas educativas vol. 13: Un viaje terrible que se convierte en mágico

Laura nos cuenta cómo salió airosa de un viaje en coche con sus hijas en el que su gran aliado, el DVD portátil, se quedó sin batería antes de tiempo. La magia de las palabras y de los cuentos tuvo mucho que ver.

Laura nos cuenta cómo salió airosa de un viaje en coche con sus hijas en el que su gran aliado, el DVD portátil, se quedó sin batería antes de tiempo. Gracias a un disco de cuentos, un viaje terrible se convirtió en mágico. Recuerda que si quieres compartir tu historia, puedes contárnosla escribiendo a autores@gestionandohijos.com.

No sé cómo nuestros padres emprendían un viaje de más de 8 horas con tres niños o más en el coche, sin cinturones y sillas que neutralizaran a los peques impidiéndoles moverse, sin tablets o DVD portátiles en los que dejarnos ver pelis mientras duraba el viaje. Eso mismo estaba pensando yo cuando arranqué el coche en el que iban montados mis dos hijas, de 6 y 10 años, para iniciar un viaje de casi tres horas a un pueblo tan perdido que ni siquiera salía en mi GPS (artilugio sin el cual, ya os lo digo, no llego ni al bar de la esquina). Normalmente no me gusta hacer viajes de más de una hora sola, especialmente por el tema de que el copiloto pueda ocuparse de las niñas, pero en este caso no quedó más remedio. Y además, con un par de pelis en el DVD portátil, barra libre de gusanitos y un mapa que me había estudiado mil veces, ¿qué podría salir mal?

Pues hay cosas que sí se pueden torcer. De repente, en una de esas curvas que solo tienen las carreteras que llevan a pueblos tan perdidos que no salen ni en el GPS, la bolsa de gusanitos salió despedida y el suelo de mi coche se convirtió en una alfombra de gusanitos. El disgusto de las niñas no fue pequeño. “Menos mal que queda la peli”, pensé. Pues como si el destino fuera una especie de bufón guasón que se quisiera burlar de mí, mientras trataba de seguir las indicaciones, al poco rato a la máquina de pelis se le agotó la batería antes de tiempo y el cargador no estaba por ninguna parte. Ya el disgusto de mis hijas era gigantesco.

Mi cabeza daba mil vueltas buscando un plan B mientras no perdía de vista las curvas de la carretera. Quedaba hora y media para llegar y no estaba dispuesta a pasar 90 minutos escuchando protestas y lloriqueos y los eternos: “¿Cuánto queda, mamá?”. De repente recordé que tenía bien a mano unos audiocuentos que me habían regalado (Un cuento propio, sobre mujeres de la Historia que no son muy reconocidas) y que nunca había visto el momento de ponerlos. Si había un momento adecuado, era este. Así que los puse y la verdad es que enseguida las niñas se quedaron embelesadas con las geniales historias, con la magia de sus palabras y unas canciones muy molonas. Y qué queréis que os diga, recuerdo ese viaje que se anunciaba terrible con un cariño inmenso. Porque me di cuenta de que los audiocuentos y la música seguían teniendo magia incluso para unas niñas acostumbradas a las pantallas.

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Educar es todo

Educar es Todo es un proyecto cuyo objetivo es colaborar con madres y padres en su labor educativa. Uno de los pilares fundamentales de una buena sociedad es apoyar la tarea de las madres y padres que lideran los hogares y la educación de sus hijos. Por eso, queremos acompañarlos en este apasionante viaje educativo, aportando ideas, reflexiones y estrategias que les ayuden a conseguir ese objetivo, que entendemos que es el de todos. Esperamos que también el tuyo.

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