“Eso no es amor”, por Marina Marroquí

Marina Marroquí es educadora social especializada en violencia de género. Sus ponencias en nuestros eventos son, sin duda, de las que más emocionan entre los asistentes. Y es porque el tema de su ponencia es algo que todos y todas hemos sentido: el amor.

La educadora social nos hace reflexionar sobre el concepto de amor que estamos enseñando a nuestras hijas e hijos, la manera en que también nosotros lo aprendimos, el fuerte poder de los medios de comunicación y el resto de la sociedad en su proceso de socialización, y tantos otros aspectos que muchas veces no nos paramos a pensar y que afectan directamente a la manera en que amamos y recibimos amor.

La adolescencia y el amor

En lo que respecta a nuestros hijos e hijas, el amor empieza a preocuparnos especialmente cuando entran en la adolescencia. Marina Marroquí cuenta que, cuando realiza talleres en los colegios e institutos, hace al alumnado dibujar su modelo ideal de persona y que elijan una serie de rasgos de personalidad y físico que tendría el prototipo de chica o chico que les enamoraría.

Entre los ejemplos que puso Marina de novios ideales, elegidos entre los grupos de chicas adolescentes que llevaron a cabo estas actividades, destacó características como “gracioso, cariñoso, divertido, fuerte, malote, alto o celoso”. Por otra parte, entre las características preferidas por los chicos para sus parejas destacaban “lista, guapa, culona, depilada, ninfómana, delgada, amable o con buen culo”, entre otras.

Cómo aprenden nuestros hijos e hijas qué es el amor

Obviamente, nosotros somos su ejemplo en todos los aspectos que nos podamos imaginar y, por supuesto, el círculo cercano influye mucho en cómo una persona aprende a amar y ser amada.

Pero tenemos que tener muy en cuenta que hay muchos factores externos que también influyen mucho en este proceso, como son la televisión, la publicidad, la música, las películas, los libros… Todo eso tiene un poder muy fuerte en la configuración de la idea de amor que tenemos como sociedad.

Y todos estos factores influyen en cómo nuestros hijos e hijas aprenden lo que es el amor, a menudo basándose en los estereotipos de género que hacen que eduquemos, aún hoy en día, de forma diferente a los niños y a las niñas. Como cuenta Marina Marroquí en su ponencia, “a las niñas se les construye una autoestima completamente externa: qué bonita eres, que bien te portas… siempre agradando a los demás. Y la autoestima de los chicos se construye mayoritariamente de forma interna: qué listo, qué fuerte…”.

Entonces, cuando la gente se pregunta por qué las mujeres siguen sufriendo violencia de género, Marina apunta a que “cualquier mujer educada en el machismo está predispuesta a que una persona externa venga y anule y destruya su autoestima”. Esto es algo que tenemos que tener muy presente, porque como indica Marina en su ponencia, “1 de cada 3 adolescentes sufren violencia de género”.

La interiorización de características según el género empieza desde la primera infancia con cosas tan simples como el azul para niños y el rosa para niñas, o las cocinitas y las muñecas para las niñas y los coches y superhéroes para los niños.

Además, Marina Marroquí explica que “características que son premiadas en los niños, están mal vistas en las niñas, y al contrario”. Cuando a una niña le gusta dirigir y tiene iniciativa es una mandona, pero si es un niño, es un líder. Y así en muchísimos aspectos, como que los niños no lloran o las niñas tienen que portarse como señoritas.

El amor romántico y sus falsos mitos

A pesar de que a priori el concepto de amor romántico nos parezca algo positivo, define algo que no lo es tanto. El amor romántico se basa en una serie de mitos que reproducen una concepción tóxica del amor y las relaciones de pareja. Marina Marroquí lo explica de esta manera en su ponencia:

“Siempre nos enseñan que para ser buena persona hay que perdonar. Siempre. Pero no nos enseñan que no se puede perdonar lo imperdonable. Porque al final todo estos falsos mitos del amor romántico: “Si amas, perdona”, “lucharé por ti hasta que mi corazón deje de latir,quien bien te quiere te hará llorar”, “el amor vale la pena”… Al final estamos hilando el amar al sufrir, cuando es simplemente todo lo contrario. Una persona que te ama bien saca la mejor versión de ti misma, te hace reír cada día, te deja ser tú. Y ese amor es el que no nos enseñan”.

1 de cada 3 adolescentes sufre violencia de género

Este dato que nos da Marina Marroquí es alarmante. Ella misma cuenta en su ponencia cuál fue su propia experiencia cuando fue maltratada física y psicológicamente por su pareja cuando era adolescente. Se trata de un tema al que tenemos que prestar mucha atención, por eso nos dio consejos para poder detectar las señales que pueden estar indicándonos que nuestra hija está sufriendo violencia de género.

Para empezar, es difícil que una persona detecte que está siendo víctima de maltrato porque no estamos preparados y concienciados para detectar las señales, “si ponemos el límite en si te pega, no te quiere, llegamos tarde y llegamos mal. Necesitamos herramientas de detección precoz.

También es cierto, como indica Marina, que la persona que lo sufre suele ser la última en verlo, a pesar de que las personas de su entorno se lo indiquen y repitan constantemente.

En la ponencia, Marina Marroquí mencionó nueve señales que nos pueden indicar que una mujer está sufriendo malos tratos:

  1. Te hace sentir culpable constantemente de vuestros problemas
  2. Se enfada si no estás disponible continuamente para él
  3. Utiliza el chantaje emocional para conseguir su propósito
  4. Te infravalora, intentando convencerte de que sin él no serías nada
  5. Tienes que pensar las cosas antes de decirlas, ¿cómo le sentará?
  6. Intenta estropearte las ocasiones especiales
  7. No te deja salir o hablar con tus amigos, te intenta alejar de ellos y de tu familia
  8. No te deja realizar actividades que te gustan
  9. Trata de obligarte a mantener relaciones sexuales con él, sino se enfada

Qué hacer si mi hija sufre violencia de género

En caso de que pensemos que nuestra hija está sufriendo violencia de género, Marina Marroquí nos dio las siguientes pautas:

  • Aumentar al máximo el apoyo social
  • Facilitar que pueda contarnos lo difícil de su situación sin quitarle hierro
  • Facilitar que acuda a profesionales para minimizar las secuelas psicosociales
  • Intentar, sin imponer, que no mantenga contacto con su maltratador
  • Intentar maximizar el ocio, para que no caiga en la dependencia emocional
  • Tranquilizarla en todo momento
  • Recalca su valentía por el paso que está dando
  • Aumenta los tiempos familiares, pero divertidos, sin que se sienta vigilada

Estas son algunas de las claves que explica Marina Marroquí en su ponencia, pero si queréis saber más, escuchar los ejemplos, aprender y disfrutar de su intervención como hicieron los asistentes de nuestro evento en València, aquí os la dejamos para que la podáis ver entera.

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Marina Borràs

Cuando era pequeña me sentaba a diez centímetros de la televisión para ver las noticias todas las mañanas antes de ir al cole. Cuando crecí un poco, se dieron cuenta de que la razón por la que me acercaba tanto al televisor era porque necesitaba gafas, aunque yo prefiero pensar que por aquel entonces ya había encontrado mi pasión: de mayor quería ser periodista. Y así fue. Estudié periodismo y comunicación política, y sigo formándome en los temas que me apasionan: educación, igualdad de género y nuevas tecnologías.

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