Estar en paz con tus padres para poder educar en paz a tus hijos

¿Guardas rencor a alguno de tus padres? ¿Cómo te sientes cuando piensas en tu padre o en tu madre? Borja Vilaseca, escritor y conferenciante, nos plantea estas cuestiones en uno de los vídeos de la plataforma Gestionando hijos: “Estar en paz con tus propios padres”.

Para tratar este tema tan complejo y profundo, Borja Vilaseca empieza contándonos un cuento de Joan Garriga:

Había una vez un chaval que cumplió 18 años y sus padres le entregaron unas monedas, no se sabe si eran de oro, de plata, de bronce… ni tampoco la cantidad de monedas que le dieron a su hijo, pero el hijo las miró e indignado se las tiró a la cara, salió de la casa dando un portazo, pues creía que esas no eran las monedas que merecía.

Entonces decidió salir a buscar esas monedas, que debían de estar en alguna parte, para encontrar el sentido de su vida. Mientras los padres se quedaron tristes y encogidos.

Al principio, cuando era joven, las buscó en los amigos, en el botellón, la fiesta… pero no encontró las monedas, se sentía igual de vacío, de perdido.

Cuando tenía 25 años pensó, “las monedas están en el amor”. Así que tuvo varias relaciones sentimentales, pero nada, seguía sin encontrar las monedas.

“Claro, hay que formalizar esto, hay que casarse. En el matrimonio encontraré las monedas”, pensó. Y entonces se casó, ya con 30 años, pero ni rastro de monedas.

“Bueno, el matrimonio es un medio, son los hijos, los hijos me darán las monedas que necesito para ser feliz y encontrar el sentido de mi vida”, pensó. Vino el primer hijo y l pareja, que no estaba en su mejor momento, empezó a distanciarse un poco, pero aun así decidió tener un segundo hijo en busca de las tan ansiadas monedas. Pero nada.

Al final, vino ese momento maravilloso de la vida, de muchos padres, la crisis de los 40. Entonces el protagonista de esta historia tuvo un despertar, un clic, de pronto se dio cuenta de qué iba esto de la vida. Y viendo la relación tan negativa que tenía con su pareja, con sus hijos… se dio cuenta de dónde estaban las monedas.

Volvió a casa de sus padres, pero con otra actitud. Llamó a la puerta y sus padres, que ya estaban más mayores, se sorprendieron al verlo. “Mamá, papá, siento mucho cómo me he comportado con vosotros todos estos años, os agradezco todo lo que habéis hecho por mí y vengo a pediros, humildemente, si podéis devolverme las monedas que me disteis en su día. Los padres, muy contentos, cogieron las mismas monedas y se las entregaron a su hijo, quien respondió: “Gracias, papá, mamá, porque estas son las monedas que necesito para seguir mi propio camino en la vida”.

La paternidad inconsciente

A través de este cuento, Borja Vilaseca nos explica que, “todo aquello que no has resuelto dentro de ti con respecto a tus propios padres inconscientemente lo acabas trasladando sobre tus propios hijos”, lo que dificultará que podamos tener una relación sana, nutritiva, maravillosa y satisfactoria con ellos. “A esto se le llama paternidad inconsciente, es decir, hacer con tus hijos lo mismo que tus padres hicieron contigo, y es algo que venimos trasladando de generación en generación”, añade Vilaseca.

En otras palabras, “para poder ser una influencia sana y positiva para nuestros propios hijos, tenemos que liberarnos de la influencia psicológica que tenemos sobre nuestros padres”.

Aquí, y después de haber leído esta historia y la explicación de Borja Vilaseca, es momento de plantearnos las preguntas que os proponíamos al principio de este artículo: ¿guardas rencor a alguno de tus padres? ¿Cómo te sientes cuando piensas en tu padre o en tu madre? Reflexionemos un instante acerca de esto.

Emanciparse de los padres

Es fundamental aprender a emanciparnos emocionalmente de nuestros padres, cortar el cordón umbilical a nivel emocional. ¿Qué implica esto? “Por una parte, dejar de esperar algo de ellos. Y, por otra, estar agradecidos por todo lo que han sido, por todo lo que no han sido, por todo lo que te han dado, por todo lo que no te han dado. Sin olvidar que todo el mundo lo hace lo mejor que sabe, que todo el mundo tiene derecho a cometer errores, y seguramente tus padres hayan cometido muchísimos errores, los mismos que nosotros podemos estar cometiendo ahora mismo con nuestros hijos”.

En definitiva, Borja Vilaseca hace hincapié en que “si queremos ser una influencia positiva para nuestros hijos, tener una buena relación con ellos y formar una familia consciente, es fundamental sentir paz y agradecimiento hacia nuestros propios padres, el lugar de donde venimos. Esto nos permitirá hacer lo propio con nuestros hijos, a quienes hay que darles raíces, pero también alas, y para eso es fundamental desapegarnos de ellos y dejar que vuelen”.


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Marina Borràs

Cuando era pequeña me sentaba a diez centímetros de la televisión para ver las noticias todas las mañanas antes de ir al cole. Cuando crecí un poco, se dieron cuenta de que la razón por la que me acercaba tanto al televisor era porque necesitaba gafas, aunque yo prefiero pensar que por aquel entonces ya había encontrado mi pasión: de mayor quería ser periodista. Y así fue. Estudié periodismo y comunicación política, y sigo formándome en los temas que me apasionan: educación, igualdad de género y nuevas tecnologías.

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