Por desgracia, el uso de sillas a contramarcha en el vehículo más allá de los 15 meses de edad sigue generando mucha incertidumbre, e incluso rechazo, entre algunos padres debido a algunas falsas creencias que aún hoy tenemos.
Lo cierto es que tanto la DGT como expertos en seguridad vial recomienda viajar en el sentido contrario a la marcha el mayor tiempo posible. Es por ello que hoy vamos a tratar de derribar esos mitos,
Las sillas a contramarcha son muy caras
¿Más caras con respecto a qué? Las sillas de coche buenas a favor de la marcha también son “caras”. Y lo ponemos entre comillas porque se trata de un artículo que está protegiendo la vida de nuestros hijo. Además, si hacemos cálculos, y dividimos lo que nos cuesta por el tiempo que la vamos a usar, la cifra no es tan alta. Se trata de invertir en seguridad, y en estos casos, tratar de ahorrar dinero nos puede salir muy caro.
Se aburren porque no ven
Otro de los mitos de viajar a contramarcha es que los niños se aburren porque “no ven”. La pregunta es: ¿qué es exactamente lo que no ven o lo que tendrían que ver? No ven la carretera de frente como la vemos los adultos que viajamos delante, pero ven por ambos lados a través de las ventanillas, ven a sus hermanos sentados a su lado y ven lo que vamos dejando atrás por la luna trasera del vehículo. Ven el cielo, paisajes, árboles, carretera… Ven lo mismo que vemos nosotros pero desde otra perspectiva diferente. De todos modos, si el niño se aburre cuando viaja en coche siempre hay alternativas más seguras para entretenerle que colocarle de frente a la marcha antes de tiempo.
Yo no les veo
A veces, somos los adultos los que dejamos de llevar a nuestros hijos a contramarcha porque sentimos que no podemos verles. Esto no es cierto. Puedo tener contacto visual con mi hijo a través del espejo retrovisor interior del vehículo si instalo un espejo adicional y lo coloco en el reposacabezas del asiento trasero en el que vaya instalada la silla. Además, cuando nuestro niño era un bebé y viajaba en su maxicosi, tampoco le veíamos.
En las sillas a contramarcha no caben las piernas cuando crecen y van incómodos
Cuando son bebés, nadie cuestiona que los niños vayan cómodos en una silla a contramarcha, pero a medida que van creciendo la pregunta sobre dónde meten las piernas se vuelve una pregunta recurrente. Solemos pensar que no tienen espacio, que van incómodos o que las piernas se les duermen. Pero esto no es así. Si la silla elegida es la adecuada al peso y altura de nuestro hijo, habrá espacio suficiente para que el niño ponga sus piernas de forma cómoda, en ocasiones extendidas sobre el respaldo y en otras cruzadas.
Si tenemos un accidente, pueden romperse las piernas
Del mito anterior, viene este mito: solemos pensar que si las piernas no le caben bien, si tenemos un accidente, se les van a romper. Los expertos coinciden en que no se han registrado roturas de piernas por ir a contramarcha, pero en caso de que se produjeran debido a un accidente, esta lesión nunca llegaría a ser tan grave como los daños, a menudo irreversibles, que se producen en las cervicales ante un impacto frontal con una silla de cara a la marcha.
Los niños se marean
Pensemos un momento: cuando nuestro bebé es pequeño debe viajar en el vehículo en un grupo 0 o 0+ y éstos van colocados de espaldas a la marcha. Somos los padres los que decidimos darles la vuelta cuando escogemos un grupo 1 a favor de la marcha. Si nunca acostumbramos a nuestros hijos a ir a favor de la marcha, es muy difícil que se mareen por ir a contramarcha.
Si quieres obtener más tips relacionados con buenas prácticas de seguridad vial cuando viajamos con niños, descárgate la guía gratuita ‘Educando a bordo’.