La asertividad es una habilidad muy cotizada en el día a día. Es esencial para crear relaciones saludables con nuestra familia, amigos o compañeros a través de la empatía y el respeto. La necesitamos para saber decir que no, expresar nuestra opinión sin temor, saber negociar y defender nuestro punto de vista, resolver conflictos, respetar la opinión de los demás…
Una herramienta muy necesaria que se debe potenciar desde que los niños y niñas son pequeños. Pero muchas veces no sabemos cómo inculcar estos valores o aprendizajes, y aunque les demos “charlitas” y les expliquemos una y otra vez las cosas, nuestros hijos no captan bien el mensaje. Pero existen otras formas de aprender mucho más intuitivas y autónomas, como lo son los juegos.
La psicóloga Patricia Ramírez reitera en varias ocasiones que “todo lo que se aprende jugando, se retiene mejor”. Cuando los niños escuchan las palabras “vamos a jugar”, su expresión cambia. Les permite relajarse, perder el sentido del ridículo, así como expresar su opinión sin miedo.
Los juegos son perfectos para potenciar la asertividad. Como cuenta Nacho Marco Martí, director de la Escuela Marcais en el curso ‘Jugando a educar’, si nuestro hijo o hija tiene una autoestima baja y tiene miedo de expresar lo que piensa o sus emociones, a través del juego sentirá que no es juzgado y lo asociará a un espacio libre y seguro. Asimismo, Marco Martí indica que practicar la asertividad les permitirá “comunicar lo que sienten sin dañar a nadie” y “aceptar que pueden estar equivocados”.
Los mejores juegos para fomentar su asertividad
Si queremos que vayan aprendiendo a ser asertivos desde pequeños, estos juegos pueden ayudarles:
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Juegos al aire libre en grupo
Jugando con más niños y niñas aprenderán a relacionarse con los demás siguiendo unas normas sociales. Debemos intentar que sean juegos donde no compitan entre ellos, sino que compitan contra sí mismos. Por ello, es interesante que sean juegos que planteen conseguir un objetivo si cooperan todos entre sí. Así aprenderán que lo importante no es ganar solo, sino conseguir el premio colectivamente.
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Juego “si fueras”
La educadora Cristina García Lestón propone un juego para ponerse en el lugar del otro. “Si fueras una bebida cuál serías y por qué. Si fueras un superhéroe cuál serías y por qué”. De esta forma, aprenden a no quedarse solo con su opinión y posición, sino que también ven lo qué sienten, lo qué piensan y la visión que tienen los demás.
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Juego de roles
Podemos planificar una actividad de teatro donde se den situaciones en las que tienen que expresar su punto de vista o tienen que negociar entre diferentes posiciones. Para que así, cuando tengan una situación real, sepan cómo actuar y comunicarse con los demás.
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Jugar a pregunta – respuesta
Se trata de hacer preguntas que todos los miembros del grupo deben contestar para luego comparar las respuestas. Los niños y niñas entienden así que hay todo tipo de opiniones y se deben respetar. Asimismo, se fomenta la curiosidad, el pensamiento propio de los niños y la tolerancia. Ellos son escuchados y sienten que sus opiniones son válidas.
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Juegos de mesa
Los juegos de cartas o los juegos de mesa en equipo les pueden ayudar a tomar (pequeñas) decisiones, a establecer estrategias y a saber perder.
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Convertir las situaciones del día a día en un juego
Si nuestro hijo nos cuenta una situación que no sabe cómo gestionar, podemos plantear su conflicto como un juego y ayudarle así a encontrar una solución. Por ejemplo, si se ha peleado con un amigo suyo y no quiere dar su brazo a torcer a la hora de pedir perdón, podemos plantearle con el juego de roles cómo cree que se debe sentir su amigo.