Frases para reflexionar: “Se aprende a base de tortas”

Reflexionamos sobre una frase muy típica, que más de uno habremos escuchado o dicho a lo largo de nuestra vida. Y aunque es cierto que se aprende equivocándose y tropezándose y esto puede ser una buena metáfora, no parece una frase muy alentadora ni positiva para animar a nuestros hijos a aprender de sus errores. Porque, en realidad, ¿aprendemos de los errores o de procesarlos y planificar mejor para la próxima? Lo vemos con la historia de Adrián y sus rabietas. 

Adrián tiene 4 años. Y lleva más de dos chocándose contra la realidad, frustrándose y estallando en rabietas incontrolables. Sus padres entienden que su hijo tiene que aprender de las rabietas, que cada frustración o rabieta le prepara mejor por sí misma para entender lo que es posible y lo que no y para buscar otras salidas. El padre de Adrián, Gustavo, suele repetir con frecuencia que “a base de tortas se aprende”. Pero Adrián vuelve una y otra vez a frustrarse por no poder subirse al árbol, por no conseguir montar el puzzle, por no tener una piruleta cuando él quiere, por ir al baño, por salir del baño… Sus padres intervienen poco, intentan mantener la calma e ignorarlo y piensan que solo así su hijo aprenderá.

Pero un buen día, en el parque, el primo de Adrián, Leo, de su misma edad, trata de trepar por el mismo árbol, no lo consigue y enfurece. La madre de Leo se acerca, espera a que se calme y le dice:

–Entiendo que estés frustrado por no haber podido subirte al árbol. ¿Quieres que miremos juntos un plan para hacerlo? ¿Se te ocurre dónde podrías poner el pie para poder subir mejor?

Leo, que no quiere rendirse, observa el árbol con cuidado y empieza a ver algún saliente donde podría apoyarse, casi sin interveción de su madre. Y así, poco a poco, sube por el árbol. Y es que de los errores (o las tortas) se aprende si tenemos herramientas para analizarlas y ver alternativas.