Frases prohibidas: “¿No te da vergüenza el numerito que me estás montando delante de todo el mundo?”

Como nos dijo Alberto Soler, “si dejamos de ver la crianza de nuestros hijos como un pulso o una batalla, tendremos mucho avanzado. Nuestro hijo no es el enemigo, ni un ser dócil que siempre deba obedecernos. Es una personita en desarrollo con sus propias necesidades, preferencias, gustos e ideas. Que a veces pueden ser muy poco oportunas, pero siempre que podamos deberíamos tenerlas en cuenta. Ser flexibles, negociar, saber pedir perdón, ser humildes, respetuosos… son esos valores que si queremos ver en nuestros hijos, primero debemos mostrarlos nosotros”. Lo vemos con el numerito de Carlos en la puerta del colegio y el apuro de su madre, Elisa, por “no hacerse con él”. 

mafalda-no
¡Qué sabia Mafalda!

Carlos, de seis años, tiene un enfado considerable a la puerta del colegio cuando sale de clase porque su madre, Elisa, no ha traído la pelota azul con la que quería jugar con sus amigos en el parque. Nada más salir, le pregunta a Elisa si ha traído la pelota y la madre le dice que no, que no está en el coche. El niño empieza a llorar, pidiendo ir a casa a buscarla, pero la madre le dice aún calmada que no va a ir porque se va a hacer de noche pronto y es mejor ir al parque primero. “Ya la cogeremos otro día, Carlos”, le dice, queriendo dar por zanjado el asunto y con miedo de que el conflicto vaya a más delante de tanto público. Carlos no se da por vencido y empieza a llorar, a gritar, a tirarse al suelo y a rogar. Elisa se siente observada y en su fuero interno se siente mal por no “hacerse” con el niño, por no vencer esta batalla. Y como sola no puede, cree que tiene que buscar aliados y  los padres del cole que la observan les dice: “La que me está montando el niño por una pelota, ¿tú te crees?”. Y cuando un amigo de la clase de su hijo se acerca con interés a saber qué ha ocurrido, Elisa trata de buscar otro aliado: “Pues mira, César, está enfadado porque no le he traído la pelota que quería”. Y volviéndose hacia su hijo, le dice: “¿No te da vergüenza que todo el mundo vea el numerito que estás montando?”. El niño, claro, no se calma y se pone más fuera de sí. La madre, por supuesto, tampoco está calmada.

Quizá si Elisa no hubiera entendido el enfado de su hijo como una amenaza a su buena imagen de madre y, como nos dice María Soto de Educa Bonito, lo hubiera interpretado como una necesidad de su hijo de pertenencia a su grupo de amigos, habría actuado con más calma, más empatía y pensando en soluciones más satisfactorias para todos en lugar de una batalla donde uno, por supuesto, debe perder.

Cuando ya ambos se calman, en casa, Elisa y Carlos encuentran una solución a este tipo de conflictos: pondrán un bloc en la cocina en el que el niño apuntará las cosas que quiere llevar a la salida del cole. Así se evitarán olvidos y Carlos tendrá una responsabilidad para que episodios como este no ocurran.

 

 

Picture of Educar es todo

Educar es todo

Educar es Todo es un proyecto cuyo objetivo es colaborar con madres y padres en su labor educativa. Uno de los pilares fundamentales de una buena sociedad es apoyar la tarea de las madres y padres que lideran los hogares y la educación de sus hijos. Por eso, queremos acompañarlos en este apasionante viaje educativo, aportando ideas, reflexiones y estrategias que les ayuden a conseguir ese objetivo, que entendemos que es el de todos. Esperamos que también el tuyo.

Añade aquí tu texto de cabecera

Añade aquí tu texto de cabecera