Frases que ilusionan: “Prueba, empieza muchas cosas hasta que encuentres tu camino”

Nos decía Fernando Botella en su ponencia sobre el talento: ““He oído a muchos padres decir que sus hijos empiezan muchas cosas y no terminan nada. Pero yo cambiaría y diría: “¡Prueba! ¡Empieza!”. ¿Sabes que alguna de las veces en la que vas a empezar algo puedes encontrarte el talento de tu vida?”. Entender que todo lo que empiezan y no terminan son como pequeñas misiones de explorador y que todo lo que han empezado y no han terminado les enseña muchas cosas es una buena manera de verlo para alentarles a encontrar su camino. Lo vemos con la historia de Amanda y recordando lo que nos contó Raúl Bermejo, autor de Ser maestro, sobre cómo encontró su vocación. 

Amanda es una niña muy inquieta de seis años a la que le encanta el deporte. En el último año, ha ido pasando uno por uno por muchos deportes diferentes, apuntándose y desapuntándose al mes: a baloncesto, fútbol, balonmano, voleibol, gimnasia rítmica, natación, taekwondo y hockey sobre patines. Los padres de los niños con los que Amanda va a extraescolares,  los monitores y algunos familiares manifiestan su preocupación y crítica abierta por esta “manía” de Amanda de probar todo y no quedarse con nada.

-Es que así no va a entender la constancia, el esfuerzo, no tiene nada de paciencia- dicen a sus padres algunos familiares.

Sus padres quitan dramatismo al asunto:

-Pero es que es mejor que pruebe y que vea qué le gusta hacer a que vaya a disgusto. ¡Es una extraescolar! Y de todo esto aprende. Si no la dejamos explorar muchos caminos no va a encontrar el suyo. 

Cuando nuestros hijos son mayores y están buscando la formación para forjar su futuro profesional, también puede ocurrir que empiezan a estudiar algo y luego cambian de camino. Precisamente de esto dio fe Raúl Bermejo, autor de Ser maestro, que nos contaba: “Me puse a estudiar Telecomunicaciones aunque desde los siete años tenía claro que quería ser maestro. ¿Qué pasa? Que me decían que Magisterio no tenía salida, era muy difícil sacar la oposición, que hiciera una Ingeniería porque tenía muchas salidas y se cobra bien.Me di cuenta de lo que quería hacer y lo dejé todo. Yo no siento que haya perdido esos dos años y medio de mi vida que estudié otra carrera, sino que aprendí de ese error. Quiero ser feliz en la vida y poder dedicarme a lo que me gusta”.