Gabriel J. Martín: “Es muy duro que una persona tenga que censurar sus sentimientos por miedo a lo que podría desencadenar”

Gabriel J. Martín es experto en psicología afirmativa gay, escritor de varios libros como "Quiérete mucho, maricón" y youtuber. Hablamos con él sobre los avances y retos pendientes para que nuestra sociedad, nuestras casas y nuestros colegios avancen en la comprensión y respeto de la diversidad y dejen atrás la LGTBIfobia.

Gabriel J. Martín afirma que “lo mejor que pueden hacer padres y madres es formarse ellos mismos, asumir no solo la responsabilidad de que pueden tener un hijo o una hija homosexual y hay que respetarlos, sino que su hijo o hija por más cis y heterosexual que sea tendrá que relacionarse en un mundo en el que existimos las personas LGTBI, y tiene que ser una persona respetuosa” y se felicita por el hecho de que “España ocupa un puesto altísimo en el respeto a las personas homosexuales, esto significa que hemos hecho un trabajo enorme como sociedad para mejorar y esto nos lo tenemos que reconocer”.

¿Desde la familia y la escuela cómo podemos educar para vivir de forma positiva la diversidad sexual y avanzar en derechos?

Yo soy psicólogo clínico y trabajo con pacientes en consulta, no trabajo en el ámbito educativo. Dicho esto, lo más importante es naturalizar, hablar de homoparentalidad, de homosexualidad, de bisexualidad, en un formato que los críos puedan entender. Estuvimos participando en la elaboración de materiales para escuelas y era muy importante entender el desarrollo evolutivo de los críos. Con niños más pequeños era muy importante explicarles desde el primer momento que existen diversos formatos de familias, y dentro de ellas las reconstruidas, las multirraciales, las que contaban con varias generaciones, las monoparentales, las homoparentales. Además, es importante saber que hay niños que tienen dos papás o dos mamás. Es cierto que la visibilidad va siendo cada vez mayor y ya hay muchos colegios en los que van niños y niñas que son hijos de familias con dos padres o dos madres, entonces lo naturalizan un montón. Hay veces que alguien dice: “Esto no se lo podemos explicar a los niños”, pero la respuesta que tenemos que dar siempre es: “En realidad, lo que estás diciendo es que tú no eres capaz de explicárselo a un niño, pero un niño o una niña es perfectamente capaz de entender parejas del mismo sexo”.

A medida que el alumnado va creciendo y va teniendo su desarrollo psicosexual, sus cambios corporales y va empezando a descubrirse, es importante que haya una educación sexual amplia, donde se aborde la afectividad, el conocimiento del propio cuerpo y su funcionalidad y fisiología, donde se aborden los diferentes modos de vivir esa afectividad, el género. Aquí hace falta un enriquecimiento. Se van haciendo programas o charlas educativas, pero eso no es para tanto, porque es un día o una hora. Se podrían hacer intervenciones en aula, por ejemplo, proponer durante el mes del Orgullo un trabajo sobre la diversidad sexo-afectiva, se puede hacer de manera muy divertida. Es un enriquecimiento cultural, porque si la cultura en la que han crecido no tiene muchos referentes LGTBIQ, precisamente gracias a la investigación que realicen en clase aprenderán que existen muchas realidades y lo que son personas no binarias, pansexuales, etc.

De forma más transversal, es necesario que siempre haya referentes, que se hable de lo que significa el Día del Orgullo, que conozcan los símbolos como la bandera arco iris y su por qué, que estén familiarizados… Si hay profesorado LGTBIQ es muy bueno que estén fuera del armario para que puedan acudir a ellos. El profesorado lo está haciendo de maravilla y, aunque tenemos problemas, la mayoría de chavales y chavalas que pasan por nuestro sistema educativo salen bastante bien formados y respetuosos. Soy consciente de los pocos medios de los que dispone el profesorado y aun así hace unos esfuerzos inmensos por que alumnos y alumnas salgan informados, enriquecidos, familiarizados con la diversidad sexo-afectiva y de género. Es admirable. Ahora mismo la gente joven lleva mucho mejor todos esos temas de diversidad sexual e identidad de género y eso es por el esfuerzo que se está haciendo en las escuelas. Es impresionante lo clarísimo que esta generación lo tiene todo y lo informada que está. Los chicos y chicas que pasan por nuestro sistema educativo salen con una mentalidad muy abierta, muy comprensiva, muy respetuosa y eso es muy bonito. Y hay que agradecer el inmenso trabajo que con los poquitos medios a su alcance y con los problemas que están teniendo del profesorado español.

Soy consciente de los pocos medios de los que dispone el profesorado y aun así hace unos esfuerzos inmensos por que alumnos y alumnas salgan informados, enriquecidos, familiarizados con la diversidad sexo-afectiva y de género. Es admirable.

¿Cómo viven niños y niñas y adolescentes su despertar sexual?

Más que sexual es afectivo, el despertar sexual es con la pubertad. Desde pequeñito notas que al niño de al lado le tienes una simpatía muy especial, te hace una ilusión muy especial tener a esa amiga cerca, te emocionas un montón cuando te propone hacer cosas juntas y te das cuenta de que algunas personas de tu mismo sexo te van causando unas emociones que no te causan las del otro sexo. Al principio no sabes lo que es eso, no tiene nombre. Más adelante te vas dando cuenta de lo que ocurre. Luego llega el despertar sexual y no solo es que te excites sexualmente es que te enamoras profundamente, platónicamente y te das cuenta de que estás sintiendo algo importantísimo por una persona de tu mismo sexo. La mayoría de las veces, cuando nos enamoramos por primera vez es cuando ya nos damos cuenta de lo que nos pasa, como a un heterosexual.

Hay dos situaciones que salen de esta norma, que sería la deseable y que ojalá que fuera la que vivieran todos los chicos y chicas del mundo. Una de esas situaciones es menos dura y otra más dura. La situación menos dura es cuando la persona tiene tan bloqueada la idea de que podría ser homosexual, que niega o esconde sus sentimientos, que se pasa muchos años sin sentir nada hacia nadie, lo rechaza o huye cuando siente atracción hacia alguien, van desapareciendo los sentimientos y se pasa años en los que no siente nada auténtico. Es muy duro que una persona tenga que censurar sus sentimientos por miedo a lo que podría desencadenar.

El otro caso, más doloroso, donde los colegios son lugares poco seguros y hay que seguir trabajando, es cuando el niño o la niña tiene un comportamiento que contraviene los estereotipos de género. Esas criaturas son las que más bullying sufren. Mis pacientes cuentan que la primera vez que escucharon la palabra “maricón”, se la estaban gritando en el colegio como un insulto. En ese momento sabes que algo pasa contigo y es algo malo, algo que los demás rechazan, que no quieren tener cerca y eso es terriblemente doloroso. Vas creciendo con rechazo a tu propia afectividad, a tu propia sexualidad. Están cambiando muchas cosas pero sigue existiendo esto. Espero que en el futuro esto cada vez ocurra menos o que las criaturas lleguen más empoderadas y si reciben insultos se sepan defender. Es duro, porque ni siquiera has tenido aún ningún tipo de emoción o sentimiento hacia nadie, estás en esa nube de la infancia en la que solo te importa jugar. Ese insulto con la intención de hacerte daño marca tu afectividad y sexualidad de forma dolorosa para siempre.

¿Qué retos quedan pendientes como sociedad para respetar y vivir de manera positiva la diversidad sexual?

En cuanto a los retos, nos queda naturalizar mucho más, lo estamos haciendo muy bien, España es un país muy adelantado en estas cosas y cuando hay avances siempre va a haber reaccionarios. La mayoría de la población es muy respetuosa, no me gusta la palabra tolerante porque implica verticalidad y colocarse por encima de los demás. Es verdad que estamos en un momento revuelto políticamente, pero llevamos viviendo en la crispación política toda la vida. Si ves programas de televisión de mucha audiencia, la homosexualidad se trata con mucha naturalidad, la transexualidad se trata cada vez con más naturalidad. Si ves el cine, te das cuenta de que a la gente ya no le asusta ver a dos hombres besándose o que Fulanita tenga una novia. Quedan cuatro trogloditas, lamentablemente, pero si te digo la verdad esta gente tiene una disfunción y necesita definirse en oposición a otro grupo y van a existir siempre. Creo que el reto que nos queda es afear la maldad de las personas que muestran sus prejuicios, ser capaces de decir que estamos en desacuerdo, que no nos gustan este tipo de personas en nuestra sociedad porque somos respetuosos y tenemos muy claro que la diversidad sexual es algo muy natural y queremos que siga existiendo. Tenemos que mostrar el rechazo de la sociedad a los homófobos, igual así reaccionan y se educan.

Ojalá todos los padres y madres hagan un esfuerzo para cuestionarse sus propios prejuicios y den una educación a sus criaturas que sea lo más respetuosa con toda la diversidad humana, sea sexoafectiva, étnica, racial, de creencia, religión, etc.

¿Qué papel pueden tener padres y madres para que haya más respeto a la diversidad sexual y para afear las conductas homófobas o LGTBIfóbicas?

Ojalá todos los padres y madres hagan un esfuerzo para cuestionarse sus propios prejuicios y den una educación a sus criaturas que sea lo más respetuosa con toda la diversidad humana, sea sexoafectiva, étnica, racial, de creencia, religión, etc. Un niño o una niña que ha escuchado en su familia cómo se habla mal de la homofobia, cómo se afean las conductas homófobas de otras personas o cómo se critican los comportamientos crueles y discriminatorios aprenden que la homofobia es mala, que los comportamientos discriminatorios son malos y procura plasmar en su comportamiento ese modelo respetuoso que ha recibido de sus padres. A veces los padres y madres tienen que sentarse con sus hijos e hijas a preguntarles por qué han dicho algo de una niña lesbiana o de un niño homosexual y hablar con ellos de que a veces el grupo adolescente puede ser una fuente de presión para comportarse como los demás y explicarles que hay cosas en las que es preferible no parecerse a los demás. Eso no significa que no pueda haber algún comentario poco respetuoso porque los niños son inmaduros y es comprensible, pero aunque pasen por etapas un poco más rebeldes aquellas personas que durante su infancia han recibido un modelo de respeto hacia la diversidad serán respetuosas en el futuro. Lo mejor que pueden hacer padres y madres es formarse ellos mismos, asumir no solo la responsabilidad de que pueden tener un hijo o una hija homosexual y hay que respetarlos sino que su hijo o hija por más cis y heterosexual que sea tendrá que relacionarse en un mundo en el que existimos las personas LGTBI y tiene que ser una persona respetuosa. Dar ese ejemplo de respeto es lo mejor que pueden hacer.

Un porcentaje altísimo de personas mayores ya han comprendido bastante bien lo que tiene que ver con la diversidad sexo-afectiva y aceptan de buen grado la salida del armario de sus hijos.

¿Refieren tus pacientes haber sufrido bullying o rechazo en su familia por su orientación sexual?

Sí, sobre todo los mayores. Cuanto más mayor eres peor llevas tu homosexualidad, porque son personas que han sufrido mucha más homofobia, bullying y rechazo de su familia. Son personas de 35 o 40 años en adelante. También pasa con gente que viene de Testigos de Jehová o del Opus Dei, han sufrido muchísimo rechazo por su familia y lo han pasado muy muy muy muy mal. Tengo pacientes de todo el mundo y hay países en los que la situación es parecida a la de España y países en los que todavía hay mucha homofobia: en Panamá o Nicaragua te puede pasar de todo por ser homosexual y sigue siendo una situación muy peligrosa.

En España, gente de menos de 30 años ha sufrido menos homofobia, llevan mucho mejor su homosexualidad que incluso los adultos.

Un porcentaje altísimo de personas mayores ya han comprendido bastante bien lo que tiene que ver con la diversidad sexo-afectiva y aceptan de buen grado la salida del armario de sus hijos.

Por tu experiencia, cómo suelen acoger las familias la homosexualidad de sus hijos. ¿Está cambiando esta acogida, mejorando con el tiempo?

Depende. En un país como España las cosas están mucho mejor, incluso en los pueblos. Un porcentaje altísimo de personas mayores ya han comprendido bastante bien lo que tiene que ver con la diversidad sexo-afectiva y aceptan de buen grado la salida del armario de sus hijos. Quedan algunos remanentes, en algunas poblaciones mucho más pequeñitas, más rurales y conservadoras, en sectores muy religiosos como Opus Dei, Legionarios de Cristo, Testigos de Jehová o evangelistas, porque esa interpretación que se hace de la religión en estos grupos es bastante homófoba y tránsfoba y lo tienen mucho más difícil. Estos grupos ultraconservadores están en sectas integristas y ese modo totalitarista de pensar las hace intolerantes con la diferencia. Son los que más daño pueden hacer y quedan unos cuantos. Pero en general los informes internacionales muestran que España ocupa un puesto altísimo en el respeto a las personas homosexuales y esto es muy bueno porque significa que hemos hecho un trabajo enorme como sociedad para mejorar y esto nos lo tenemos que reconocer.

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