Seguro que en las comidas familiares te podrás encontrar con el típico familiar que cree que tu hijo está maleducado porque no acaba lo que está en el plato o que “es malo” porque se levanta de la mesa para jugar. Y es que padres, madres e hijos estamos muchas veces sometidos al juicio de familiares, amigos, vecinos y hasta personas que nos encontramos en la calle.
Borja Vilaseca, conferenciante, profesor y especialista en Eneagrama, nos da algunas claves para no juzgar y no juzgarnos por la forma de educar a nuestros hijos, algo que quizá nos venga bien en los banquetes con familiares a veces lejanos. Juzgar la forma de educar es parte del día a día.
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Cuenta Borja Vilaseca dos escenas que nos pueden resultar muy familiares. Un día, iba en taxi con su hija pequeña, que se movía mucho, quería tocarlo todo. El taxista le dijo que no se preocupara, que él tenía tres hijos, y le deseó mucha suerte con la educación de la niña.
En el viaje de vuelta, en otro taxi, el conductor no paraba de resoplar por la niña inquieta. El segundo taxista le confesó que no tenía hijos. Por eso dice Borja que una cosa que ha aprendido desde que es padre es que “yo ya no juzgo a otros padres”, ni siquiera a una amiga que le dice que se ha vuelto a dejar el carrito con el bebé en un restaurante, porque la paternidad es una “experiencia desafiante, llena de aprendizajes apasionantes”. “Te crees que te conoces a ti mismo, pero espera a tener un hijo”, nos dice Borja.
También es verdad que padres y madres nos juzgamos, nos sentimos culpables o pretendemos ser perfectos. Por eso, nos dice Borja que un aprendizaje importante de la paternidad es “no juzgarse uno mismo. Somos los padres que nuestros hijos necesitan”. Así que, nos dice, “si eres padre, choca los cinco y feliz viaje”.
3 claves para no juzgar la crianza de otros padres
1.- Vivir la paternidad o maternidad con humildad, como una oportunidad de aprender. Si entendemos que no lo sabemos todo, que podemos aprender de nuestros hijos y de nuestro entorno, seguramente sentiremos menos presión por los juicios que emitimos hacia nosotros mismos o que recibimos de otras personas. Del mismo modo, tendremos quizá menos tendencia a juzgar a los demás. Como nos dice Eva Bach , “tenemos que crecer para ayudar a crecer. No es verdad que el crecimiento de los adultos esté acabado”.
2.- Tener claro que somos los padres y madres que nuestros hijos necesitan. Como nos dice Gregorio Luri, “nuestros hijos tienen derecho a tener unos padres y madres imperfectos y tranquilos”. La aspiración a la perfección puede ser muy tentadora, pero también frustrante, porque es inalcanzable. No nos presionemos más de lo debido.
3.- Encontrar nuestro propio criterio. Nos dice Javier Urra también que está muy bien que leamos libros de educación, pero lo importante es encontrar nuestro propio estilo. Dice Lucía Galán, la famosa Lucía mi pediatra, que para ella es importante no ya “educar según el sentido común sino educar según tu sentir“.