El término ‘Yo-Yo, Ya-Ya’ fue acuñado por la educadora emocional Cristina Gutierrez Lestón para referirse a aquellos niños y jóvenes que tienen un comportamiento egoísta e impaciente.
Según cuenta en su libro ‘Crecer con valentía’, “en estos momentos son tantos los niños así que podemos hablar de la generación Yo-Yo, Ya-Ya”.
Más allá de la definición, ¿cómo son estos niños? Según Lestón, “son chavales que creen que ellos siempre son los primeros y están antes que nadie. Además, lo necesitan todo ya y no soportan esperar. Tienen muy poca tolerancia a la frustración, se enfadan con facilidad y abandonan al primer traspié ya que el desanimo se apodera de ellos con muchísima facilidad”.
Causas de la generación ‘Yo-Yo, Ya-Ya’
Para la educadora emocional, hay tres causas principales:
1.La sobreprotección
Cuando somos nosotros quiénes preparamos la mochila de nuestros hijos, preguntamos en el grupo del WhatsApp de padres qué ejercicios tiene que hacer o hacemos cosas por ellos que ya podrían hacer ellos por sí mismos, les estamos acostumbrando a que son los demás los responsables de sus cosas, hasta el punto “de que se creen que otros son los responsables de su felicidad, y que si el esfuerzo o sacrificio que le pedimos le angustia, se le perdona para que tengamos la fiesta en paz”, dice Lestón.
Para que esto no ocurra, antes de resolver un problema a nuestro hijo, deberíamos preguntarnos si él no está acaso preparado para resolverlo por sí mismo. Y, en caso de no estarlo, guiarle, pero no resolverlo por él.
A menudo, los padres sobreprotectores convertimos sus fracasos en los nuestros, porque estamos viviendo dos vidas: la suya y la nuestra. “Digamos que nos ocupamos tanto de su existencia, que dejas de vivir tu vida (o buena parte de ella) porque siempre estamos pendientes y en alerta”.
2.Los niños son lo primero
Dice la periodista Eva Millet (autora del libro ‘Hiperpaternidad’) que hemos pasado de los hijos mueble a los niños altar. “Hubo un tiempo no muy lejano en el que a los niños no se les hacía demasiado caso. Se recomendaba actuar antes ellos como si fueran muebles. Ignorarlos hasta que les pasase la rabieta. Hoy hemos pasado al modelo altar, en el que los niños son el centro de la familia y todo, absolutamente todo, gira en torno a ellos”.
En este sentido, Lestón que recuerda que este modelo provoca que “niños de tan solo 3 años sean capaces de dirigir a la familia como marionetas con frases como: no, quiero que me dé la comida mamá, tú, no”.
Los niños altar son los reyes de la casa. “Como consecuencia de esto, cuando llegan a la escuela infantil y han de convivir en el universo de las relaciones, empiezan las luchas y las dificultades”.
3.Aceleración
“Vivimos acelerados, en una maratón constante de infinitas obligaciones diarias con el fin de preparar a nuestros hijos para el futuro”, nos dice Lestón.
Pasar del Yo-Yo al nosotros-nosotros
Lestón nos propone como solución pasar del ‘Yo-Yo’ al ‘Nosotros-Nosotros’, como familia, como clase. “Esto se consigue no sobreprotegiéndolos, dejando que hagan lo que son capaces de hacer, poco a poco y a su ritmo”. Además, debemos decidles cada día “que todos somos igual de importantes, que no hay nadie primero ni último”.