Mi hijo ha sacado buenas notas, en cambio mi hija…

Con la llegada de las notas y de las calificaciones se viven en las familias situaciones de tensión, sobre todo cuando hay una diferencia notable de resultados entre los hermanos. En las familias podemos caer en la comparación del rendimiento de cada uno y olvidamos que, aunque son hermanos, son personas únicas e irrepetibles y precisamente por ello debemos ayudarles para que desarrollen esas fortalezas y talentos únicos, en lugar de compararlos.

Frases como “tu hermano ha sacado mejores notas que tú, no te da vergüenza” o “a ver si aprendes de tu hermano”, entre otras, lejos de motivar lo que genera es un profundo malestar entre los hermanos que puede verse reflejado en peleas entre ellos como forma de expresar la rabia y la frustración que provocan esas comparaciones, llegando a afectar a la relación entre los hermanos.

Igualmente estamos fomentando, quizás sin quererlo, el poner una determinada etiqueta a cada hijo y, por consiguiente, influyendo en el comportamiento que se espera de cada uno, ya sean etiquetas positivas o negativas como ser responsable, maduro, estudioso, vago, irresponsable, distraído…Y no solo nosotros como padres les trataremos según esa etiqueta, sino también el resto de los hermanos, tíos, abuelos, etc. Las etiquetas tienen una influencia directa en la autoestima y una vez que se ponen cuesta mucho quitárselas de encima.

¿Qué podemos hacer entonces cuando uno de nuestros hijos suspenda y el otro saque buenas notas?

Actuar de forma natural, felicitando a uno por las notas obtenidas y analizando con el otro cuáles han sido las causas del suspenso. Es importante analizarlo de forma individual y ver qué hay detrás de esos resultados, si ha influido la relación con los compañeros, si es falta de organización o falta de concentración en clase, qué tipo de apoyo necesita en asignaturas concretas, si tiene dificultades de aprendizaje o si tienen altas capacidades y se aburren en clase. Deberíamos evitar el castigo puesto que ellos ya se sienten mal y avergonzados por haber suspendido.

La Disciplina positiva nos invita a no quedarnos en ver solo la punta del iceberg e ir un paso más allá tratando de averiguar la causa, a la vez que se centra en conectar con las necesidades de cada niño y sus emociones, reforzar sus habilidades para poder desarrollarse y sentir que pertenece al grupo por familiar, independientemente de sus resultados escolares.

Además, desde la Disciplina positiva los errores son vistos como oportunidades para mejorar, para aprender, para buscar soluciones juntos, ver qué necesita y validar lo que está sintiendo, tanto nuestro hijo como nosotros con estos resultados, sin emitir ningún juicio enfocándonos en sus fortalezas.

Otro punto que me parece muy importante es cómo hablamos los padres de las notas de nuestros hijos con otras personas como si de algo público se tratara, dándoles libertad para opinar y valorar esos resultados, y no nos damos cuenta de que es algo muy personal que debería quedar entre nosotros y nuestros hijos. Es una información para tratar en casa. Nosotros debemos ser el refugio seguro de ellos siempre, pero más en las situaciones en las que se puedan sentir vulnerables. Necesitan protección y no exposición.

 

Nosotros debemos ser el refugio seguro de ellos siempre, pero más en las situaciones en las que se puedan sentir vulnerables. Necesitan protección y no exposición.

 

¿Y qué hago como padre o madre con esta preocupación y, quizás, vergüenza ante los suspensos de mi hijo? Es natural que nos preocupemos o que nos sintamos frustrados si nuestro hijo suspende, al fin y al cabo, no han salido las cosas como esperábamos. Sin embargo, la vergüenza que podemos sentir cuando otros nos preguntan sobre las notas de nuestros hijos tiene más que ver con nosotros mismos, con nuestros prejuicios y con nuestras expectativas que con la situación en sí. La gente siempre se creerá con derecho a comentar algo sobre tu hijo, así que no dejes que los comentarios externos afecten a tu relación con él. Es mejor que te preguntes qué es lo que molesta o a qué tienes miedo y que trabajes en tus propios prejuicios, pues te ayudará a apoyar y a conectar mejor con tu hijo sin el lastre de los comentarios externos.

Os invito a que reflexionemos sobre este tema. Como padres, madres y educadores somos sus figuras de referencia y depende de cómo nosotros tratemos los errores y las situaciones de estrés, ellos desarrollarán un tipo de habilidades y adquirirán herramientas para situaciones futuras.

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Geny Diego

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