¿Qué prefieres que tu hija o hijo sea cuando tenga 25 años?: ¿Obediente o responsable?
“Tengo que decirle las cosas mil veces para que me haga caso”, “Parece que no escucha”, “Me desafía todo el tiempo”, “¿Por qué no me hará caso de una buena vez?”, “Mi hijo es muy bueno y obediente”. Sin duda, nuestra vida, como padres y madres, sería mucho más fácil si nuestros hijos nos hicieran caso a la primera, no se esmeraran en llevarnos la contraria tan a menudo y hasta nos agradecieran las normas y los noes con los que les educamos.
Pero quizá sería bueno recordar que la educación es una apuesta a largo plazo y por eso es interesante preguntarse: ¿es la obediencia un hábito bueno para la vida de nuestros hijos? ¿Queremos de verdad que nuestros hijos obedezcan a sus amigos cuando les ofrezcan alguna sustancia adictiva, o a personas que les pidan cometer injusticias? Seguramente no, los padres y las madres no queremos que nuestros hijos sean sumisos y sin criterio propio. Por tanto, tendremos que concluir que lo que realmente queremos padres y madres es que nuestros hijos sean responsables, sepan lo que tienen que hacer, sean autónomos a la hora de tomar sus propias decisiones y se hagan cargo de las consecuencias de sus actos.
¿Por qué debemos centrarnos en fomentar en nuestros hijos la responsabilidad y no tanto la obediencia? Antonio Ortuño, psicólogo infanto-juvenil y formador de familias, lo tiene claro. Lo expresa así en uno de los vídeos exclusivos de la plataforma Gestionando hijos
La responsabilidad se lleva bien con la felicidad y la inteligencia
Como nos dice Antonio Ortuño, “la responsabilidad se construye de forma progresiva”. Veamos algunas claves para fomentar la responsabilidad de nuestros hijos en el día a día:
- Es importante, para fomentar la responsabilidad, que dejemos que nuestros hijos tomen sus propias decisiones.
- Para ser responsables, es bueno que nuestros hijos experimenten las consecuencias de sus actos y decisiones, no es bueno que les rescatemos de estas consecuencias. La sobreprotección, el resolverles sus problemas, no les ayuda a ser responsables. Por ejemplo, si decide dejar su bañador en la mochila de la piscina en lugar de tenderlo, al día siguiente tendrá que usar su bañador mojado y tendrá la toalla quizá húmeda.
- Fomentamos su responsabilidad cuando confiamos en su capacidad para resolver sus problemas y reflexionar sobre sus decisiones y se lo hacemos saber cuando, por ejemplo, vivan peleas entre hermanos. Un “Sé que podréis llegar a un acuerdo y encontrar una solución” ayuda más que un “¿Quién empezó primero?”.
- Hablar sobre las posibles consecuencias de sus acciones (“Tú decides: ordenando tus juguetes sabes que los vas a encontrar”, “Has llegado más tarde de la hora acordada y estaba muy preocupada. ¿Qué crees que podemos hacer para resolver este problema?”…) puede ayudar a fomentar que nuestros hijos se responsabilicen de sus actos.
- Vivir los errores como oportunidades de mejora y de aprendizaje ayuda a nuestros hijos a responsabilizarse de sus actos y admitir sus equivocaciones. Si en casa vivimos los errores con culpa o vergüenza, será más difícil que nuestros hijos asuman esos errores.
Todos tenemos inquietudes educativas. ¡Y queremos buenas ideas para resolverlas! Por eso te proponemos que te suscribas a Gestionando hijos, encontrarás contenidos exclusivos que te ayudarán a saber más para educar mejor. Visita www.gestionandohijos.com/plataforma.