La empatía: una habilidad necesaria para educar y para trabajar en equipo
En un reciente artículo en Forbes, el consultor Eric Bailey cuenta que desde que es padre aplica muchas ideas de gestión de empresas a la educación de sus hijos, pero que recientemente ha caído en la cuenta de que las lecciones que aprende educando en casa son de gran interés para la gestión de equipos. Y una de las lecciones más importantes es la empatía. Resumimos su interesante reflexión en este artículo. Porque hay aprendizajes cruzados y beneficiosos entre la familia y el mundo profesional, como este, Gestionando Hijos te propone conectar tu empresa con la educación mediante servicios que ayudarán a tu equipo a educar mejor en casa y así ser mejores profesionales. Visita nuestra web para empresas para más información.
Eric confiesa: “He pasado años estudiando literatura sobre liderazgo y gestión. Después de leer innumerables libros y artículos me di cuenta de que aunque fueran lecturas sobre negocios siempre podía encontrar un modo de aplicar los conceptos con mi familia”. Para Eric, estos aprendizajes son en las dos direcciones, porque “gestionar es ser padre y ser padre es gestionar”. Pero se dio cuenta de que “el elemento que faltaba en la mayoría de libros sobre negocios es la habilidad más dulce y poderosa, una habilidad que los padres emplean diariamente de un modo instintivo: la empatía incondicional”.
Eric nos cuenta que su pareja y él, “cada día de mis ocho años de paternidad, hemos aprendido cómo ser mejores padres. Hemos probado y nos hemos equivocado con diversas técnicas educativas, pero hemos encontrado varias ideas que nos funcionan, que nos hacen mejores padres y mejores gestores de negocios. De todas esas capacidades y competencias, creo que la habilidad de empatizar continua e incondicionalmente sin juzgar es una de las más impactantes en el desarrollo de las relaciones“.
Alguna diferencia hay, claro, porque “cuando un empleado nos desafía, podemos emplear acciones correctivas o despedirlo. Los padres no tenemos esa opción (solo pensar en esa expresión en el contexto de la paternidad es desconcertante). En vez de eso, debemos intentar entender a nuestros hijos: sus deseos y necesidades, sus experiencias y perspectivas, sus motivaciones e impulsos y, sobre todo, sus emociones”. ¿Y cuál es el principal obstáculo para intentar entender otro punto de vista, ya sea el del empleado desafiante o el de nuestro hijo? “Que no tenemos tiempo”. Pero Eric reconoce que “cualquier padre te dirá que cuando no hay tiempo es cuando demostrar comprensión es más eficaz para impulsar el crecimiento y la confianza en nuestros hijos”. Y nos pone un ejemplo que seguro que os suena: “El momento en el que tu hijo de dos años aprende a calzarse pero se pone el zapato en el pie contrario es el mismo momento en el que estás intentando daros prisa diciendo “Vamos a llegar tarde”. Para ti, como adulto, la amenaza de llegar tarde es una motivación para la acción. Pero para los niños es solo algo que se dice a menudo antes de entrar en el coche y entonces seguirán tomándose su tiempo para ejercitar su recién adquirida independencia. ¿Cómo podemos abordar esa tensión entre la lógica de los adultos y la de los niños? Somos más efectivos en la educación cuando nos tomamos un minuto y apartamos nuestras prioridades“.
Eric define de un modo particular la empatía: “La verdadera empatía, el tipo de empatía que sientes como padre, consiste en abandonar aunque sea temporalmente la idea de que nuestro marco de referencia es la perspectiva correcta y verdadera y permitirnos sentir lo que otro siente”.
Y para hacer ese ejercicio de empatía, nos ponemos en la piel del niño que acaba de ser capaz de calzarse: “Imagina que durante tus 700 días de vida alguien ha sido responsable de vestirte, lavarte y darte de comer. Pero un buen día, tus dedos pequeños pueden manipular tus zapatos y meter tus pies en ellos y abrochar el velcro. Este pequeño logro abre ante ti un terreno de independencia que no existía antes. Es literalmente lo más orgulloso de ti que te has sentido nunca. En esta situación, ¿importa llegar tarde? Esto es empatía, sientes lo que el niño estaba sintiendo. Uno se da cuenta del poder de este tipo de empatía por el vínculo de confianza que los niños desarrollan con sus padres, un vínculo tan único que no experimentarán nada exactamente igual con ningún otro humano en su vida”.
Apostando por crear unos vínculos fuertes en el mundo profesional, Eric se pregunta: “¿Qué pasaría si tú y tu equipo añadieseis un poquito de empatía incondicional en el campo de los negocios?” y nos pregunta: “¿Cómo reaccionarías si te sintieras orgulloso por un logro y un superior lo tratara como poco importante? Como gestores, pasamos mucho tiempo dictando las prioridades e importancia de varias iniciativas. Pero a veces hacemos esto en detrimento de la pasión o motivación de los empleados. Imagina cuánto confiaría en ti tu equipo si te tomaras el tiempo de tener en cuenta sus sentimientos. Como padre, estás genéticamente o legalmente comprometido con el éxito de tus hijos a largo plazo. ¿Qué sería capaz de alcanzar tu equipo si estuvieras comprometido del mismo modo con el éxito a largo plazo de tus empleados?”.
Si te interesa motivar a tu equipo conectando tu empresa con su importante labor de educadores en el hogar, visita nuestra web para empresas para más información.