Nuestro hijo nos grita, nuestra hija nos pega, nos contesta mal… Son conductas que tienen los niños, niñas y adolescentes que catalogamos como malos comportamientos. Estas conductas no nos gustan nada, y a veces se lo hacemos saber a nuestros hijos de una mala manera: etiquetándoles, denominándoles “niño malo, niña traviesa”, gritándoles, criticándoles, recriminando sus conductas o usando la manipulación emocional “si sigues siendo así de malo, mamá se irá de casa”.
A veces usamos estas herramientas porque no tenemos otras, no sabemos cómo comunicarnos con ellos para explicarles que no nos gustan esas conductas y que tienen que parar de realizarlas. ¿Cómo podemos hacerles saber que sus conductas no nos gustan o que queremos que cambien sus “malos” comportamientos? La técnica del sándwich nos permite comunicarnos en positivo con nuestros hijos, así como ser asertivos con ellos, por lo que con ella podremos hacer comentarios de crítica constructiva para que entiendan.
Esta técnica del sándwich la podemos usar cuando nuestro hijo se comporta mal y queremos hacer una crítica a la conducta (¡nunca a su persona!) pero no queremos hacerlo hiriéndole, ni que piense que por ello nos decepciona.
¿En qué consiste la técnica del sándwich?
Imaginémonos un sándwich. Podemos diferenciar en él tres capas: una de pan, otra del contenido que queramos incluir en el sándwich y otra más de pan. La comunicación con nuestro hijo también tiene que tener varias capas o fases. Vayamos una por una:
1ª capa: comunicación basada en la comprensión y en el halago.
2ª capa: crítica constructiva a la conducta del niño o niña.
3ª capa: reafirmarles y búsqueda de la solución.
En la primera capa debemos lanzar a nuestro hijo o hija un mensaje de comprensión y de halago de sus capacidades, a pesar de que haya tenido un mal comportamiento. Tenemos que ser empáticos con ellos y entender que cuando somos pequeños no tenemos las mismas habilidades para acatar las normas y los límites como las tienen los adultos. Es normal que a veces nos desobedezcan, están aprendiendo con nuestro ejemplo a cumplirlas.
La segunda capa del sándwich es la crítica constructiva a la conducta. Debemos decírselo con mensajes claros, breves y sencillos, usando palabras que ellos entiendan. Si vemos que no lo han comprendido, repitámosles el mensaje.
La tercera capa nos sirve para reafirmar sus capacidades y para que ellos puedan buscar una solución. Si son muy pequeños podemos darles opciones para que ellos vean qué formas de solución tienen.
Esta técnica del sándwich nos permite crear una comunicación asertiva en donde podamos hacer entender a nuestros hijos que aquello que han hecho no está bien, pero que no se critica a su persona, sino a su conducta.
Ejemplos de la técnica del sándwich
Esta técnica para comunicarnos asertivamente con nuestros hijos e hijas se puede entender mejor si ponemos varios ejemplos:
Nuestro hijo quiere quedarse más rato en el parque, le decimos que no. Como la decisión que hemos tomado no le gusta, se enfada con nosotros e incluso nos llega a pegar. Cuando esperamos que se calme, podemos aplicar esta técnica, porque en plena rabieta no van a entender nuestras razones:
1ª capa de la comunicación: Comprendo que estés enfadado porque querías jugar más rato con tus amigos.
2ª capa de la comunicación: Pero tu enfado no es motivo para que me pegues y me empujes. Cuando lo haces me haces daño y a nadie le gusta sentirse herido. No se puede pegar.
3ª capa de la comunicación: Cada vez controlas mejor tus impulsos. ¿Te parece que la próxima vez que estés enfadado en vez de pegar expreses en voz alta que estás enfadado y triste?
Nuestro hijo nos da una mala contestación. Lo primero que debemos hacer nosotros es mantener la calma, es preferible que no nos contagiemos de su emoción y les respondamos mal. Una vez que tú encuentras la calma y nuestro hijo también se ha calmado, podemos comunicarnos con ellos con la técnica del sándwich:
1ª capa: Entiendo que estés enfadado y tienes todo el derecho a enfadarte. Yo a veces también necesito enfadarme.
2ª capa: Pero no puedes hablarme así por estar enfadado. Cuando me das una mala contestación me haces daño, y a nadie le gusta que le hablen mal. Hay muchas otras formas de decir las cosas con la que puedes expresar tu enfado.
3ª capa: Sé que te esfuerzas mucho por no dar una mala contestación. ¿Qué alternativas se te ocurren para expresar tu enfado? ¿Quieres que te dé espacio, quieres que me quede contigo o necesitas un objeto como un cojín para soltar tu frustración?
Una comunicación asertiva y una comunicación en positivo usando esta técnica va a mejorar el vínculo con nuestros hijos e hijas, así como podemos comentarles críticas constructivas sin destruir su autoestima y sin ponerles etiquetas.