Las relaciones de pareja que establezcan nuestros hijos e hijas cuando sean adultos estarán determinadas por todo lo que aprendan durante su niñez, infancia y adolescencia. Nuestros hijos nos aprenden a nosotros, por tanto, el tipo de relaciones que establezcamos sus figuras de referencia, les influirán notablemente, pero no es lo único que les influye, también lo hace la televisión, la música, la publicidad… Es decir, lo que su entorno les está diciendo que debe ser una relación de pareja. Y aquí entran en juego los mitos del amor romántico, que están por todas partes y, por tanto, influyen en nuestra forma de construir las relaciones amorosas.
Los mitos del amor romántico
“Los mitos del amor romántico son una construcción simplificada de la realidad de las relaciones de pareja que tiene la capacidad de influir sobre nuestro comportamiento. Son el caldo de cultivo de las relaciones tóxicas y dependientes”, nos dice la psicóloga María Esclapez en su libro ‘Me quiero, te quiero: una guía para desarrollar relaciones sanas’.
Es decir, hay una serie de creencias (mitos) de cómo es el amor y de cómo debería ser una relación de pareja, instaladas en nuestra sociedad, que pueden llevar a nuestros hijos a tener una idea errónea de lo que es el amor y a desarrollar relaciones de pareja tóxicas.
Por eso es importante que enseñemos a nuestros hijos e hijas cuanto antes cuáles son esas líneas rojas que no deben pasar en una relación de pareja, para que puedan desarrollar relaciones sanas.
Red flags en una relación de pareja
Las ‘red flags’ son esos “por ahí no paso” que deberían tener clarísimos nuestros hijos cuando inician una relación de pareja. Porque si los pasan por alto, estarán entrando de lleno en una relación tóxica, sin embargo, convirtiéndolos en ‘green flags’ les permitirán construir una relación sana.
María Esclapez hacía un repaso hace unos días en sus redes sociales de los ‘red flags’ más importantes. Los repasamos:
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1.Te controlo porque te quiero
Cada vez hay más herramientas a nuestro alcance para controlar a las personas de nuestro alrededor, también a nuestra pareja. Me refiero a las redes sociales. Recurriendo a ellas podemos saber donde está nuestra pareja, con quién habla, quién le da a ‘me gusta’ a sus publicaciones, a quién sigue, si está conectada a WhatsAPP…
Y, lo más grave, es que el control se ve como una demostración de amor, cuando lo que deberíamos enseñar a nuestros hijos es que cuando quieres a alguien, confías en esa persona. Si no hay confianza, la relación, por mucho control que haya, nunca va a funcionar.
2.Yo soy así, si quieres estar conmigo, tienes que aceptarme como soy
Cuando conocemos a una persona, tendemos a idealizarla. Todo de ella nos gusta. Es con el tiempo, según nos vamos conociendo, cuando nos damos cuenta de que no todo es tan bonito como parece. Nuestra pareja tiene formas diferentes de pensar, distintas opiniones, puntos de vista… y no siempre coincidimos en todo. Es lógico.
Pero como señala María Esclapez en su libro: “No podemos pretender cambiar a las personas, pero sí sus conductas”. ¿Qué puede enseñar esto a nuestros hijos? Que “es completamente necesario cambiar comportamientos que resultan disfuncionales para el funcionamiento de una relación, que no es lo mismo que cambiar la forma de ser. Hay que separar lo que somos de los que hacemos”, nos dice Esclapez.
3.No entiendo porque tienes que irte con tus amigas si me tienes a mi
Es maravilloso querer estar con tu pareja y tener ganas de verla, pero que “tu pareja no quiera estar contigo en todo momento no significa que no te quiera; significa que, además de quererte, cumple con sus responsabilidades en sus estudios, con la familia, con sus amigos…” dice Esclapez en su libro. Por tanto, debemos enseñar a nuestros hijos e hijas que tener una relación de pareja no hace que todo tu alrededor deje de importar. Una relación de pareja debe sumar, nunca restar. Y a lo que ya tenemos, se suma una persona más.
4.El amor lo puede todo
“El amor es necesario en una relación, pero no suficiente. Se necesitan más cosas para poder mantener una relación en el tiempo: comunicación, empatía, capacidad de resolución de problemas, gestión de emociones, pasar tiempo juntos…”, nos recuerda Esclapez.
5.Los que se pelean se desean
“Si te peleas con alguien, no es que lo desees, es que te estás peleando. Fin de la historia”, nos dice Esclapez. El amor es estar bien con alguien, entenderte con esa persona, quererla y respetarla. Las parejas que pelean continuamente, no se quieren más o menos, simplemente, necesitan aprender a relacionarse desde el respeto y la comunicación.
6.Si tiene celos es porque te quiere
Los celos no son amor, son un reflejo de miedos e inseguridades. Por tanto, nada tienen que ver con cuánto se quiera a la otra persona. Esclapez, en su libro, nos recuerda que “los celos son una emoción, y como tal, no podemos evitar sentirlos, pero sí podemos manejarlos, controlar cómo afectan a la relación”.
Todos queremos que nuestros hijos sean felices, y su felicidad también pasa por saber construir relaciones sanas.