Solo nos sale una palabra para definir la nueva producción española de Netflix, “Loco por ella” (+16 años), de Dani de la Orden: maravilla. Se trata de una película que nos ha hecho llorar, reír, reflexionar… en definitiva, nos ha encantado. Y creemos que firmemente que verla con vuestros hijos e hijas adolescentes es un planazo que no os debéis perder. Os explicamos por qué (¡sin spoilers!).
1. La representación (y no estigmatización) de las enfermedades mentales
La trama de esta película se desarrolla en un centro de salud mental y algunos de los protagonistas tienen síndrome de Tourette, depresión o bipolaridad, entre otros. Sin embargo, como ya sabemos, la simple aparición de personas con problemas de salud mental no siempre es algo positivo, es muy importante el enfoque con el que se trate, y en “Loco por ella” la representación que se hace es maravillosa. No hay cabida para la burla, el desprecio o la estigmatización de las enfermedades mentales o las personas que las sufren: el enfoque busca la normalización. Algo muy necesario en una sociedad que aún trata de forma distinta a las personas que sufren algún tipo de trastorno, que intenta invisibilizar sus dificultades en lugar de ayudarles a hacer su vida un poco más llevadera.
2. Querer no siempre es poder
Esta película también rompe con los mensajes Mr.Wonderful que muchas veces nos frustran más que ayudarnos. Y es que querer no siempre es poder, intentarlo no siempre es ganar, y este es un mensaje muy importante que debemos trasladar a nuestros hijos e hijas. Pero, ¡ojo! No se trata de no animarles a intentarlo o promover una perspectiva pesimista, todo lo contrario: se trata de fomentar un optimismo realista. De proponerles retos, pero siendo conscientes de que todos somos “nosotros y nuestras circunstancias”, y que también tenemos que tener en cuenta nuestras circunstancias a la hora de proponernos retos, sino solo generaremos frustración.
Además, yendo al caso concreto que nos ocupa, no podemos pretender que las personas que tienen una enfermedad se curen poniéndole ganas y deseando su recuperación. Puede que os parezca demasiado evidente, pero una persona con ansiedad no se va a tranquilizar por decirle “cálmate, estás muy nervioso”; una persona con depresión no va a estar más feliz por escuchar “sonríe un poquito más, que la vida son dos días”; y así una larga lista… Con este tipo de comentarios no estamos proporcionando nuestra ayuda o apoyo, sino que estamos negando e invisibilizando tanto a la persona como su condición.
3. No queremos príncipes azules
Por otro lado, y como no podía ser de otra manera, tenemos que hablar de la concepción del amor que esta película traslada. “Loco por ella” rompe con los estereotipos de género y los mitos del amor romántico a los que tan acostumbrados nos tienen las comedias y dramas amorosos. Carla, la protagonista, no necesita un príncipe que vaya a salvarla, y eso nos queda clarísimo desde el principio de la película. Aunque Adrián, el protagonista, tarde un poquito más en darse cuenta…
4. El amor es aceptación
Es probable que conozcáis a alguien de vuestro entorno, o incluso a lo mejor vosotros mismos, que tenga una relación en la que espera que la otra persona cambie. A veces cosas mínimas, aspectos que se pueden mejorar, y eso está genial. Pero, muchas otras veces… esperamos que esa persona cambie completamente para encajar dentro de la idea que nos habíamos hecho acerca del tipo de pareja que queríamos. Esto lo podemos ver reflejado también en muchísimas películas y series. Pero, en realidad, el amor es aceptación y admiración, y esto debe quedarle clarísimo a nuestros hijos e hijas.
Por una parte, porque deben aprender a querer a los demás sin intentar cambiar su personalidad, pero también al revés: no deben cambiar, ni olvidarse de quién son, de su esencia, por nadie.
Esto podemos verlo claramente reflejado en “Loco por ella”, por eso nos gusta tanto la concepción del amor que promueve. La cuestión no reside en esperar a que en algún momento la persona amada “se cure” y así poder ser felices, sino en conocerse cada vez más, acompañarse y cuidarse mutuamente. Eso es el amor verdadero.
5. El problema de la sociedad
En esta película podemos ver también que muchas veces, los grandes impedimentos de las personas que tienen cualquiera de estos problemas mentales, no vienen dados por su problema en sí, sino por la sociedad en la que vivimos.
Por ejemplo, una de las protagonistas tiene síndrome de Tourette, pero eso no es lo que la lleva al centro de salud mental, sino la depresión que tiene derivada de las piedras que la misma sociedad le ha puesto en el camino.
En definitiva, “Loco por ella” es una opción ideal para pasar un rato de calidad con nuestros adolescentes, para hacerles preguntas, para reírnos, para aprender juntos. Esperamos que la disfrutéis, familia. Y también que os encarguéis de recordar a vuestros hijos e hijas que, como dice la directora del centro en un momento determinado de la película, “lo difícil de tener una enfermedad mental es que la gente quiere que te comportes como si no la tuvieras”.
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