El consumo de porno comienza en la infancia. Entre los 8 y los 12 años los niños y niñas empiezan a ver pornografía, según datos de la última campaña “Por no, porno. Educa a tus hijos antes de que el porno lo haga por ti” que ha lanzado la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD).
En edades más avanzadas, entre los 13 y los 17 años, siete de cada diez adolescentes consume pornografía. El conocimiento que tienen los padres y madres sobre el consumo de porno de sus hijos es muy reducido, y solo uno de cada tres padres supervisa la actividad de sus hijos en Internet, las redes sociales y los videojuegos.
Estos datos se reafirman con el informe de Save the Children “(Des)información sexual: pornografía y adolescencia”, que señala cómo un 53,8% vio porno por primera vez entre los 6 y los 12 años.
El acceso al porno se diferencia por género
El 68,2% de adolescentes ve pornografía con frecuencia, ellos casi el doble que ellas. Según Save the Children, los chicos ven pornografía ya que “está diseñado para ellos” y las chicas “se adentran en la pornografía como método para «aprender» qué se espera de ellas (gestos, posturas, etc.)”.
En estos primeros contactos con la pornografía, la principal fuente de acceso que tienen los niños y niñas a este contenido audiovisual es a través de su grupo de iguales, con un 51%, mientras que en un 28,5% busca porno conscientemente.
Las tecnologías han acelerado el consumo de porno
La democratización de las tecnologías ha hecho que el porno abunde en Internet y con una búsqueda rápida demos con ello. El uso que hacen los niños pequeños de los dispositivos electrónicos posibilita que encuentren este contenido con gran facilidad.
“A lo largo de los años, al mismo tiempo que se han desarrollado y difundido los smartphones y redes sociales, la edad a la que accede la población adolescente por primera vez a la pornografía es cada vez más baja”, explican en el informe de Save the Children.
La pornografía como única fuente información sobre sexualidad
Save the Children señala que el 36,8% de adolescentes que ve pornografía más a menudo no diferencia la pornografía de sus propias relaciones. El consumo tan temprano de porno y la falta de educación sexual en las familias hace crecer a los niños y niñas con ideas de sexualidad basadas en la violencia hacia la mujer y los estereotipos de género.
“Si no empezamos a incorporar de forma más decidida la educación afectivo-sexual en la familia o en el currículo escolar les estamos dejando a merced de Pornhub”, señala Beatriz Martín Padura, directora general de FAD. Sin educación sexual, los niños solo tienen como modelo de referencia del sexo y la sexualidad, el contenido pornográfico.