Mar Romera: “El ser humano se mantiene y evoluciona no por la alegría, sino por la curiosidad, la seguridad y la admiración o el amor”

Mar Romera es docente, especialista en educación emocional, defensora de la infancia y una de las expertas que nos acompañarán el 16 de diciembre en Madrid.

“Sentirse bien no es ser felices. Se trata de estar en un concepto de flow, de fluir, donde lo que estás haciendo realmente merece la pena”.

Mar Romera es docente, especialista en educación emocional, defensora de la infancia y una de las expertas que nos acompañarán el 16 de diciembre en Madrid. En esta entrevista hablamos de la adicción social a la alegría, de cómo acompañar a nuestros hijos de forma sana en las emociones e incluso de que, como los hombres grises de Momo, parece que nos han robado el tiempo y hemos perdido el control del aquí y el ahora. Y nos asegura:  “Mis hijos tienen que ver que no soy insensible porque tengo prisa”. Una delicia de entrevista para disfrutarla sin prisa. 

  • ¿Cómo podemos acompañar sanamente a nuestros hijos en sus emociones? ¿Cómo podemos hacer que vivan todas las emociones de una manera sana?

La mejor manera, que es de sentido común pero muy difícil, es viviéndolas nosotros.  Si el adulto referente que está con el niño o la niña vive su enfado, su miedo o su asco desde la naturalidad y la comprensión de lo que está viviendo sin juicios de valor, el niño lo aprende. Pero suele suceder que el sentido común, como decía Groucho Marx, es el menos común de los sentidos.

Los adultos enjuiciamos y peleamos contra nuestras propias emociones y, en ocasiones, cuando las vivimos, no las manifestamos de manera equilibrada. El niño, como aprende lo que nosotros hacemos, pues aprende así también. De ahí viene el miedo y la incomprensión. Esto va de la mano de conocernos poco, de saber poco sobre cómo funcionan nuestros cerebros cuando es una parte fundamental de nuestra propia existencia.

  • En tu anterior ponencia con nosotros, dijiste que tú no creías tanto en el concepto de autoestima y más en el autoconcepto (dijiste que “si yo me creo Claudia Schiffer de autoestima estoy muy bien, de autoconcepto no tanto”). ¿Qué diferencia hay y cómo podemos apostar los padres por el autoconcepto?

Construir su propio autoconcepto significa tener un conocimiento real de mis propias potencialidades, mis habilidades y mis características, físicas, cognitivas, emocionales… Conocerme significa saber cómo reacciono ante los acontecimientos, cuáles son mis fortalezas y mis debilidades. Construir mi propio autoconcepto solo se puede conseguir a partir de una gestión de autonomía. Cuando yo soy pequeña y mis padres me dejan conquistar poco a poco el medio en el que me muevo, yo voy conociendo hasta dónde llegan mis posibilidades. Esa autonomía debe ser siempre conquistada y con unos límites, unas normas que sirvan de control de la propia impulsividad del ser humano. Pero al ir conquistando, voy conociéndome y sé que si hago 10 km me canso, pero si hago 5 km estoy bien.

Hay que dar oportunidades a que cada niño y niña se conozca y construya el autoconcepto siempre con expectativas, basándose en el amor incondicional y confianza en él. Las investigaciones neurocientíficas han demostrado que la proyección de expectativas positivas sobre el sujeto va a mejorar los resultados muchísimo. El “Confío en ti”, “Estoy aquí”, “No pasa nada si te equivocas” no es el “Tú puedes”.

Porque el “Tú puedes” provoca una presión tremenda sobre los niños y los adolescentes. Eso no significa no proyectar expectativas. En la proyección de las expectativas el niño va construyendo su autoconcepto. Y aceptar y valorar ese autoconcepto tal como es, eso es la autoestima. La autoestima no puede considerarse valorar lo que no soy. La autoestima es la valoración sobre el autoconcepto real.

En la sociedad y el momento en el que estamos, de un consumo atroz y de una velocidad tremenda, puedo conseguir mejorar mi dosis de autoestima. De hecho, un ejemplo de esto son las redes sociales, las redes sociales de adolescentes y de no tan adolescentes son mentira.

Tú miras en las redes las vacaciones de tus colegas y han sido tremendamente maravillosas: a nadie le ha llovido, nadie se ha caído, nadie ha perdido nada, nadie ha tenido una bronca. No es real, es todo una apariencia por la velocidad rápida. Mi autoestima mejora tomando una marca de yogur, vistiendo una marca de ropa, viajando a un determinado sitio… Esto es una falsedad tremenda que nos destroza. No podemos olvidar que ahora mismo la primera causa de muerte entre adolescentes es el suicidio.

  •  Dices que antes se nos dominaba con el miedo y ahora se hace con la alegría. ¿Cómo podemos madres y padres conseguir que la alegría no sea la nueva adicción de nuestros hijos?

Va a sonar un poco raro, pero no facilitándolo todo. El ser humano se mantiene y evoluciona no por la alegría, sino por la curiosidad, la seguridad y la admiración o el amor. Es importante dejarles participar en su propia búsqueda. Se lo damos todo hecho. Queremos hacer la transformación de un cole y le propuse a una profe que pensara en el cole que querría para su hijo. Y el claustro me decía que querían el cole donde los niños sean felices. Pero entonces viene una pregunta: ¿Ser felices es que todos los días haya una fiesta de cumpleaños? Si todos los días hay una fiesta de cumpleaños, a la tercera semana la fiesta ya no me sirve. La fiesta de cumpleaños o el Día de Reyes son chulos porque son una ve al año. Ahora se hace graduación en tres años, seis años, en doce, en catorce, en dieciséis, en dieciocho. El día de tu boda es chulo porque te casas pocas veces, si te casaras todos los años….  Vamos subiendo el umbral de dopamina. Sentir la excitación y la satisfacción que dan la fetilconina o la serotonina desde la seguridad, desde la calma, desde la curiosidad, eso es lo que realmente nos hace sentir bien. Pero sentirse bien no es ser felices. Se trata de estar en un concepto de flow, de fluir, donde lo que estás haciendo realmente merece la pena. Pero no se tiene que vivir desde la alegría, porque si es desde ahí tu umbral de dopamina sube cada día. Eso no tiene ningún sentido. Algunos chicos después de las cañas de la tarde pasan a las copas de la noche, a la discoteca donde hay algo más que copas y ya necesito el after del día siguiente. No hay un nivel de control y eso te lleva al no disfrute, lógicamente.

  • Para contrarrestar esta adicción a la dopamina, ¿cómo podemos cultivar las otras emociones agradables de las que hablas, la seguridad, la curiosidad y la admiración?

Escuchando a los niños y las niñas y diseñando una educación con la infancia y no para la infancia. Se trata de tenerlos en cuenta y enseñar desde el cerebro del que aprende y no desde el cerebro del que enseña, hacer un sistema en el que la clave sea aprender a preguntar y no aprender a responder.

Preguntar es la clave para evolucionar, para ubicarnos en curiosidad y en admiración. Aprender a responder, hoy, lo hace Google por nosotros.

No puedo pretender que exista ni curiosidad ni admiración en una respuesta, pero sí en provocar una pregunta. Ahora, ante cualquier pregunta del profe el niño sabe que la respuesta la tiene en el bolsillo, por lo tanto no es un reto. A día de hoy e objetivo para la evolución de la propia condición humana es aprender a preguntar, preguntarse siempre el porqué. La clave es potenciar la curiosidad.

  • ¿Qué reto te parece más preocupante para padres y madres en la sociedad de ahora para que la infancia creca más sana?

La gestión del tiempo. ¿Cuánto tiempo gastan las redes sociales en nuestra vida? Las hemos metido sin sacar nada, así que algo falta. Podría estar con mis hijos mientras subo fotos a Instagram, que encima las subo de mis hijos, pero hay un problema del control del aquí y del ahora, de disfrutar del momento sin esperar a un resultado de hoy para mañana.

Necesitamos recuperar y controlar el tiempo de ahora. Nos está pasando un poco como a los hombres de gris de Momo, se están llevando el tiempo.

Además siempre decimos: “Esto lo hago mañana” y cada noche nos acostamos con cosas sin hacer. Y si nosotros jugamos a redes o a WhatsApp nuestros hijos también. En el momento de la mayor comunicación mundial, vivimos la mayor incomunicación en casa, en los grupos de iguales… Necesitamos tiempo para pasear, para observar la naturaleza, tiempo para llorar y estas lágrimas tienen que ser en familia. Mis hijos tienen que ver que no soy insensible porque tengo prisa.

  • ¿Por qué te has animado a participar una segunda vez en Gestionando hijos?

Siempre que pueda estaré en cualquier foro en el que se dignifique la infancia, se apueste por decir que el único tesoro del planeta está en los niños y en las niñas, en el encuentro, y eso es lo que nos puede hacer romper todas las fronteras, porque serán ellos y ellas los que hagan este mundo un poquito mejor, en el que tenga la oportunidad de aportar aunque solo sea una coma de todo el discurso maravilloso que construís.


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Educar es todo

Educar es Todo es un proyecto cuyo objetivo es colaborar con madres y padres en su labor educativa. Uno de los pilares fundamentales de una buena sociedad es apoyar la tarea de las madres y padres que lideran los hogares y la educación de sus hijos. Por eso, queremos acompañarlos en este apasionante viaje educativo, aportando ideas, reflexiones y estrategias que les ayuden a conseguir ese objetivo, que entendemos que es el de todos. Esperamos que también el tuyo.

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