Se trata de un gesto muy común ya entre niños a partir de ocho años: buscan en una pantalla, ya sea en una tablet, móvil o portátil algún ejemplo para entender y realizar sus deberes o para buscar información para un trabajo de clase.
A medida que nuestros hijos e hijas se van haciendo mayores, van presentando una mayor necesidad de acceso a las tecnologías, no solo ya para socializar y comunicarse con sus amigos, sino también para hacer los deberes. Según datos de la “Encuesta sobre Equipamiento y Uso de Tecnologías de Información y Comunicación en los Hogares” del INE de 2019, el 66% de los menores de 10 a 15 posee un móvil. Con 10 años tiene un móvil un 22%; con 11 un 38,1%; a partir de los 12 años aumenta a un 63,9% y a la edad de los 15 ya tiene móvil un 93%. Asimismo, los datos que aporta el “I Decálogo XPLORA sobre niños y móviles” muestran que ya a los 9 años un 60% de los niños y niñas les ha pedido un teléfono móvil a sus padres.
Nuestros hijos necesitan la tecnología para su día a día, pero el uso tan temprano de esta puede provocar que no tengan una relación sana con ella y que, por ejemplo, cuando hagan los deberes, se distraigan con el teléfono o no lo usen para buscar información en ese tiempo, sino para entretenerse. ¿Qué podemos hacer los padres para que nuestros hijos no se distraigan con los aparatos tecnológicos durante sus ratos de estudio? Os damos algunas claves.
Claves para que tus hijos no se distraigan con el móvil
Tenemos varias opciones para que nuestros hijos no se distraigan con las pantallas mientras hacen los deberes.
Amaya de Miguel, mentora de familias y fundadora de ‘Relájate y Educa’ aboga por la opción de retirarles directamente las pantallas en las horas de estudio y de los deberes. Ella explica que debemos hacer un nuevo acuerdo o pacto tecnológico con ellos en el que se les indique que durante estas horas no vam a poder usar la tecnología.
Así lo plantea la experta: “Si un aparato electrónico es fuente de conflicto constante, elimina o reduce su uso todo lo que puedas”. Se trata de una decisión que puede enfadar a nuestros hijos, por eso no debemos comunicarles esta decisión a través del miedo, sino desde la convicción de que estamos haciendo los mejor para ellos. “Los adultos somos los líderes de la familia y estas decisiones tenemos que tomarlas nosotros. Acepta el conflicto y afróntalo con asertividad y sin agresividad, sabiendo que les vas a dar lo que realmente es importante para su desarrollo”, añade.
Sin embargo, no siempre funciona retirarles las pantallas de sus horas de estudio porque muchas veces las necesitan para buscar información o realizar trabajos de clase. En estas ocasiones, ¿qué podemos hacer?
- Poner los ordenadores, móviles, tabletas y televisiones en zonas comunes de la casa. Si nuestro hijo necesita usarlos para hacer sus deberes, tendrá que hacerlo en la zona común donde podamos verle.
- Límites y reglas consensuadas para utilizar la tecnología. Debemos enseñarles que en el horario de estudio solo se pueden usar las tecnologías para buscar información, ya que de otro modo se van a distraer y tendrán que alargar más la hora de estudio.
- Control parental. Podemos activar un control parental para que en estas horas de estudio no tenga tentación de usar redes sociales o de entrar
- Retirarles la tecnología para la hora de estudio y dársela los últimos 15/20 minutos de estudio para que pueda buscar las dudas que tenga.
Igualmente, para que nuestros hijos hagan un uso responsable de la tecnología y no tengan problemas de adicciones a las pantallas en un futuro, debemos proporcionarles una educación digital:
- Dar ejemplo: Somos los referentes de nuestros hijos, si nos ven que usamos el móvil en todo momento, cuando nos aburrimos o cuando cenamos, nos imitarán.
- Pon un horario del uso del móvil que cumpla toda la familia (también los padres)
- Navega, chatea, juega con tus hijos y entérate en qué páginas entran
- Transmítele información sobre protección y riesgos para ayudarles a que ellos utilicen su pensamiento crítico