Que tu hijo aprenda jugando al Minecraft es cuestión de tiempos

¿Cuántas horas pasa nuestros hijos jugando a videojuegos? Atención a estas claves para controlar el tiempo que pasan delante de las pantallas

El Minecraft es uno de los videojuegos más valorados desde el ámbito educativo, ya que se trata de una fantástica herramienta para que niños y niñas adquieran habilidades relacionadas con la geometría, la creatividad, el trabajo en equipo… Pero, ¿cuánto tiempo están pasando nuestros hijos delante de la pantalla? ¿Estamos controlando que no se excedan?

Por mucho que los videojuegos pueden ser grandes aliados para que nuestros hijos aprendan, no podemos olvidar que la sobreestimulación es perjudicial para su cerebro, por lo que debemos establecer límites y normas para el correcto uso de las tecnologías.

Cómo controlar el tiempo que pasa mi hijo jugando al Minecraft

Lo primero que debemos tener en cuenta es que Minecraft no cuenta con una opción de control parental como otros juegos o aplicaciones. Sin embargo, esto no quiere decir que debamos dejarles jugar a su libre albedrío, o prohibirles su uso por completo, sino que somos nosotros los que debemos establecer las normas y supervisar a nuestros hijos durante su uso. Para ello, debemos tener claro:

Tiempos de pantalla según la edad

Como recomiendan desde la Asociación Americana de Pediatría, los niños y niñas menores de 2 años no deberían tener ningún contacto con las pantallas. Por su parte, niños y adolescentes no deberían pasar más de 1 o 2 horas diarias delante de las pantallas, intentando que consuman contenidos de calidad en la medida de lo posible.

Espacios libres de tecnologías

La Asociación Americana de Pediatría recomienda que los padres establezcamos “zonas libres de pantallas” en el hogar, asegurándonos de que no haya televisión, ordenador o videojuegos en los dormitorios de los niños, y apagando la televisión durante las comidas. De la misma forma, tendremos espacios donde sí estén permitidos los dispositivos tecnológicos y donde estemos presentes los demás miembros de la familia para poder supervisar la actividad y el tiempo en la red.

Límites y normas pactadas

Es importante que marquemos unos horarios en los que estará permitido el uso de pantallas, y que estos sean lógicos y consistentes. Es decir, si nuestra hija quiere jugar al Minecraft pero le toca irse a dormir, no le diremos “una partidita y a la cama”. Deberemos dejarle claro que tendrá que hacerlo cuando esté permitido y ayudarle a relajarse de otra forma antes de irse a dormir.

También es importante que nuestros hijos conozcan estos límites, y no que sean aleatorios. Una buena idea para lograrlo puede ser un “contrato” que nos comprometamos a cumplir y en el que se establezcan los horarios, las normas de uso y también las consecuencias de su incumplimiento.

Interésate por el Minecraft

Otro aspecto a tener en cuenta es que, si queremos supervisar la actividad de nuestros hijos, ¿qué mejor que jugar con ellos? Interesarnos por lo que les gusta nos ayudará a fomentar un clima de confianza y empatía en el hogar, así como a controlar las horas que pasan en las pantallas, tener conversaciones interesantes y pasar ratos divertidos en familia.

Cómo minimizar los peligros de Minecraft

Minecraft es un juego que dispone de un chat para los jugadores, lo que puede ser una posible fuente exposición a lenguaje poco apropiado, robo de datos personales o conversaciones con extraños. Por lo tanto, si queremos que nuestro hijo no pueda acceder a esta funcionalidad, la mejor opción es desactivar el chat:

  • Cuando jueguen a un juego multijugador, pulsa la tecla “ESC” y haz clic en “opciones”.
  • Si lo tienes configurado en español, te aparecerá la opción “chat”. Si lo tienes en inglés, verás la opción “multiplayer settings”. Una vez dentro, asegúrate de poner el chat en oculto.
minecraft
Paso 1
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Paso 2

En resumen:

  • Establezcamos normas, límites y consecuencias que nuestros hijos conozcan.
  • No más de 1 o 2 horas al día delante de las pantallas para niños y adolescentes.
  • Creemos espacios libres de pantallas en casa y otros en los que sí se permita su uso.
  • Interesémonos por sus gustos y juguemos con ellos.
  • Podemos desactivar el chat para que no reciban mensajes de extraños.
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Marina Borràs

Cuando era pequeña me sentaba a diez centímetros de la televisión para ver las noticias todas las mañanas antes de ir al cole. Cuando crecí un poco, se dieron cuenta de que la razón por la que me acercaba tanto al televisor era porque necesitaba gafas, aunque yo prefiero pensar que por aquel entonces ya había encontrado mi pasión: de mayor quería ser periodista. Y así fue. Estudié periodismo y comunicación política, y sigo formándome en los temas que me apasionan: educación, igualdad de género y nuevas tecnologías.

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