Noches sin dormir, negativas a comer, demandas constantes de atención, nada parece consolarlo, no sabe entretenerse solito…. Y nos tiene agotados.
Muchos de vosotros os habréis sentido identificados enseguida. Un niño de alta demanda tiene, entre otras características, unos padres a menudo desbordados y que no saben muy bien como actuar ante las constantes demandas de su hijo. Padres que, a menudo, se sienten incomprendidos o que se preguntan si su hijo es “normal”.
En primer lugar, ¿qué son niños de alta demanda?
William Sears es un pediatra estadounidense padre de cuatro hijos. Acuñó el término “bebé de alta demanda” tras el nacimiento de su cuarta hija, que debió desbordarlo totalmente. Al parecer era una niña que exigía mucha atención y nada parecía consolarla, que mamaba con frecuencia, no quería estar solita y que, básicamente, exigía más cuidados y recursos que sus otros tres hermanos.
¿Qué le pasaba a la cuarta hija del Dr. Sears? Básicamente, nada. Simplemente que tenía lo que en Psicología se llama Temperamento Difícil. Como este término puede tener connotaciones negativas o peyorativas, él eligió otro más amable : Niño de Alta Demanda.
El comportamiento del niño tiene una parte que depende de su Temperamento (que es la parte de nuestra personalidad que viene determinada genéticamente) y algunos de los rasgos característicos de los niños de alta demanda pueden ser:
- Problemas para dormir: nada de dormir del tirón a los tres meses. Les cuesta dormirse, tienen muchos despertares por la noche y no les hacen mucha gracia las siestas.
- Maman continuamente.
- Tienen mucha energía y vitalidad. Parece que no se cansan y están siempre activos.
- Son muy sensibles y perciben todo lo que sucede en su entorno. Se disgustan mucho si les reñimos y viven con mucha intensidad sus emociones.
- Suelen ser ansiosos o preocupadizos. Y pueden tener muchos miedos.
- Son muy dependientes del adulto: necesitan aprobación constante y atención.
- A cariñosos y afectuosos no les gana nadie. Necesitan el contacto físico.
- Son inteligentes y despiertos.
- Pueden ser tercos y enfadones, y coger rabietas con facilidad.
- Necesitan al adulto para entretenerse: no saben jugar solos.
- Son muy perseverantes e insistentes.
Niño de alta demanda. ¿En qué nos puede ayudar saber si nuestro hijo es uno de ellos?
No se trata de etiquetar a los niños. Pero sí de entenderlos. Porque a menudo los padres nos sentimos desbordados, cuestionados, o incluso culpables de que nuestro hijo no duerma de un tirón, de que nos pida pecho cada media hora, o de que necesite nuestra atención constante. Parece que estamos haciendo algo mal, o que los tenemos consentidos o malcriados. Y tal vez, simplemente, es que cada niño es un mundo, y que algunos tienen una personalidad diferente a otros y por tanto necesidades diferentes.
Un bebé de temperamento fácil no va a exigir lo mismo de nosotros. Probablemente duerma durante horas plácidamente, se entretenga solito y ya, más adelante, sea un niño más autónomo y no tan exigente en cuanto a atención.
Los niños de alta demanda requieren tanto de los padres, que es importante aprender a interactuar con ellos para no acabar desbordados nosotros, y frustrados ellos.
¿Cómo interactuar con un niño de alta demanda?
- Necesitan por un lado, cubrir sus necesidades afectivas: contacto físico, atenciones, compañía. Tal vez pueda resultar abrumador en algún momento, pero si nos demandan atención es porque la necesitan.
- Debemos aprender a mantener la calma y gestionar adecuadamente sus rabietas, desafíos o demandas.
- Ser cuidadosos con el lenguaje pues son muy sensibles, y ayudarles a entender y manejar sus emociones.
- Aceptarlos tal cual son y no compararlos con otros niños o con los hermanos.
- Favorecer su autonomía personal progresivamente y de una manera respetuosa.
- Ser firmes y amorosos con los límites.
- Y aprender a buscar apoyos y a delegar, pues nos exigen mucho y podemos acabar agotados.
Un niño de alta demanda es un niño completamente normal. No le pasa nada. No es caprichoso o mimado. Simplemente nos necesita más, y nos lo hace saber.
Los niños de alta demanda son muy intensos y hay quien los califica de complicados. Son un reto a veces para padres y cuidadores. Y también son niños maravillosos con una fuerte personalidad que se convertirán en adultos maravillosos, pues suelen ser curiosos, apasionados, sociables y perseverantes para lograr sus metas, además de muy afectuosos.