En muchas casas, durante el curso escolar, las tardes están monopolizadas por una única actividad: los deberes.
Es llegar a casa del colegio, merendar y a hacer deberes hasta la cena. Esta actividad nos acaba implicando a todos, también a los adultos, que nos pasamos la tarde pendientes de que nuestro hijo termine para poder hacer cualquier otra actividad.
En ocasiones, este exceso de tiempo dedicado a los deberes se debe a la cantidad de tareas que traen a casa, pero muchas otras veces, este exceso de tiempo se debe a que nuestros hijos se distraen con otras cosas y dilatan mucho el tiempo que tardan en acabarlas.
Si crees que tu hijo puede encontrarse en la segunda situación, te proponemos que pongas en práctica algunas estrategias para ayudarle.
MÁRCALE UN HORARIO PARA HACER LOS DEBERES
Algo que suele funcionar muy bien es establecer un horario para hacer deberes. Pero, ¿y cómo podemos saber cuánto es el tiempo adecuado que debe dedicar nuestro hijo a esta tarea? La fundadora de Relájate y educa Amaya de miguel nos propone que, ante esta situación, “hablemos con la tutora o tutor de nuestro hijo y le preguntemos cuanto tiempo debería invertir en hacer los deberes. Si nos dice que una hora, permítele estar una hora, con unos 10 minutitos de margen. La mayoría de los niños, si no tienen alguna dificultad o trastorno de aprendizaje, son capaces de hacer los deberes en el tiempo que el profesor considera, el problema es que se entretienen con otras cosas, se aburren, se distraen y buscan cualquier excusas para hacer otra actividad”.
Por tanto, si este es tu problema, puede que la solución sea poner un límite al tiempo que tu hijo puede dedicar a los deberes. Y te estarás preguntando: ¿qué pasa si no los termina? Pues que “al día siguiente los llevará a medias, pero rápido aprenderá a organizarse y no distraerse para terminarlos”, nos dice Amaya.
AVERIGUA SI TIENE ALGÚN PROBLEMA Y NECESITA AYUDA
Si el problema es que tu hijo no entiende bien alguna materia y, en consecuencia, no sabe realizar los ejercicios que le mandan desde el colegio, lo recomendado es ir a hablar con el tutor y ponerle en conocimiento de la situación. Los deberes deben ser actividades con las que nuestros hijos refuercen lo aprendido en clase, es decir, que practiquen con ejercicios que les hagan dominar mejor las materias, pero obviamente tienen que venir del colegio con la base suficiente para poder hacerlos.
FOMENTA EL HÁBITO DE ESTUDIO
Para que una norma se cumpla siempre es necesario que la convirtamos en un hábito. Así, por ejemplo, podemos tener como norma en casa que siempre después de cenar nos lavamos los dientes. Al principio, será una norma que nuestros hijos deban cumplir, y para que lo hagan, “tendremos que estar presente, recordándosela, pero llegará un momento en el que la hayan interiorizado tanto, que la cumplan aunque no estemos nosotros para recordárselo, simplemente la habrán convertido en un hábito”, nos dice la psicopedagoga María Helena Tolosa. Y esto es lo que tenemos que conseguir con el hábito de estudio. Muchos de los niños a los que les cuesta llegar a casa y hacer el trabajo que tienen que entregar al día siguiente en clase, lo que les ocurre es que no tienen instalado el hábito de estudio.
CREAR UN BUEN AMBIENTE DE ESTUDIO
¿Hay más niños en casa jugando a la vez que uno de ellos está haciendo los deberes? ¿Hay algunos, incluso, con la tele o música puesta? Algo que ayuda mucho a los niños a concentrarse en los deberes es crear un clima en casa propicio, en el que no haya grandes distracciones. Para conseguir esta paz puede ayudarnos cerrar un horario de deberes y estudio para todos los niños de la casa, de esta forma, ninguno molestará al otro. Otra buena forma de incentivar a nuestros hijos a hacer deberes es “sentándonos nosotros cerca de él a terminar informes del trabajo, o a realizar cualquier actividad que requiera concentración. De esta forma, estaremos generando una sensación de equipo y alianza con ellos”, nos dice el maestro y autor del libro ‘Cómo prevenir conflictos con adolescentes’ Alejandro Rodrigo.
ERRORES QUE COMETEMOS PARA CONSEGUIR QUE NUESTROS HIJOS SE CONCENTREN Y HAGAN LOS DEBERES
A menudo, para revertir la situación, las madres y padres recurrimos a todo tipo de estrategias. Hay tres muy comunes que no funcionan. Toma nota:
Castigos y premios
Estamos muy acostumbrados a premiar las que consideramos buenas conductas de nuestros hijos e hijas y a castigar las erróneas, y puede que esta estrategia nos funcione a corto plazo y nuestro hijo o hija nos termine haciendo caso, pero lo que está aprendiendo realmente es que la única razón para, en este caso, hacer los deberes, es recibir un premio o ahorrarse un castigo. Al fin y al cabo, como dice el psicólogo Alberto Soler, “si nuestros hijos siguen las normas solo por miedo a las represalias, en el momento en que nos giremos, dejarán de seguirlas”.
Etiquetarle y compararle
Cuando en una casa hay varios hijos, a veces tendemos a realizar comparaciones: “tu hermano ya ha terminado, y tú, que empezaste antes, aún sigues ahí”. En este sentido, Alberto Soler nos recuerda que “las comparaciones distancian a los hermanos, fomentan la competitividad entre ellos y les hacen rivalizar más que formar parte de un mismo equipo. Pero no solo las comparaciones negativas, también las positivas (qué bien que lo recoges todo, no como tu hermano), porque en una comparación siempre hay un agravio hacia alguna de las partes, por mucho que la intención sea ensalzar a una de ellas”.
Hacer los deberes por él
A veces, caemos en el error de acabar nosotros sus deberes para que los lleven hechos al día siguiente. “Los deberes los ponen los profesores a los alumnos, no a los padres de los alumnos, aunque a veces se nos olvida”, nos dice Alejandro Rodrigo. Es importante recordar que si queremos que nuestros hijos sean autónomos y responsables, tenemos que dejar que realicen ellos sus tareas y se responsabilicen de sus actos. Por tanto, hacer los deberes de nuestros hijos les perjudica a largo plazo.