Palabra de CEO: ¿Por qué es importante que dejes que tus hijos fallen o se equivoquen?
En un artículo en la edición india de Forbes, Ajay Kela, CEO de Wadhani Foundation, que se dedica a la creación de puestos de trabajo, afirma rotundamente que “los errores repetidos pueden desarrollar la resiliencia y coraje y convertir a nuestros hijos en ciudadanos globales que darán forma al futuro de este mundo”. Sobre la resiliencia habló de manera brillante Noelia López-Cheda en su genial ponencia, en la que recordó que esta habilidad será fundamental en el mundo incierto en el que vivirán nuestros hijos. “Ser resiliente es tener la capacidad de reponerse ante la adversidad con éxito”, nos recordó.
Kela sabe que “el fracaso es una de las experiencias humanas más desagradables. Por eso, nuestro instinto paterno intenta evitar el fracaso de nuestros hijos, sin darnos cuenta de que, haciendo eso, privamos a nuestros hijos de dos habilidades imprescindibles: resiliencia y coraje”. Ambas habilidades se cultivan, afirma el CEO, a través de los errores repetidos. “Cometer errores frecuentes y aprender a no sucumbir ante ellos construye resiliencia. Seguir intentándolo después de cada fallo desarrolla el coraje”.
¿Y qué pasa si nuestros hijos no adquieren la habilidad de ser resilientes? Kela cree que esto podría llevar a “una grave depresión o devastación cuando nuestros hijos encuentran un fracaso destructivo en sus vidas”. Además, “ningún deportista olímpico ni empresario ha llegado a un logro significativo sin fallar repetidamente antes”. Kela nos pone ejemplos, como Thomas Edison, que dijo: “No he fallado 10.000 veces, he encontrado con éxito 10.000 manera de que algo no funcione”. O Henry Ford, que se arruinó dos veces antes de ser “un titán de la industria”. Incluso, revela Kela, “Walt Disney fue despedido como editor de un periódico porque no era bastante creativo”. Más recientemente, JK Rowling estaba desempleada, arruinada, divorciada y con un hijo que cuidar antes de “vender más de cien millones de copias de Harry Potter”. O el tenista Andy Murray afirmó: “No tengo miedo a fallar. Fallo todo el tiempo”.
Por eso, el CEO invita a padres y madres a introducir el fallo en la educación de nuestros hijos. “Nuestros hijos son nuestra mayor contribución a la sociedad”, explica, “así que nada puede ser más importante que cultivar sus mentes para ser el tipo de personas que el mundo necesita -no los que se derrumban ante los fallos, sino los que se levantan tras caerse y cambian el mundo para mejor”. Se trata de “proveer a los niños de las habilidades de convertir los fallos en un trampolín para su desarrollo personal” y esto es tan importante como la educación académica. Kela afirma rotundamente que “solo aquellos entrenados para doblarse y no romperse aprenderá a usar estos errores en su propio beneficio”.
¿Qué podemos hacer para entrenar a nuestros hijos a usar los fallos como trampolines? Algunas ideas del CEO, son:
-En sus primeros años de vida, no corras a cogerlos cuando se tropiezan en sus primeros paseos.
-No vayas inmediatamente a rescatarlo cuando le empujan en el parque.
-No formes un consejo de defensa cuando sufra comentarios mordaces en el colegio.
-Deja que piense cómo afrontar esos contratiempos
-Exponles a actividades en las que aprender de sus errores, como deportes o pequeñas iniciativas para sacarse un dinero en el vecindario (como vender limonada en un día frío.
“Niños expuestos a repetidos errores los incorporarán en su vida para correr riesgos de forma responsable y lo usarán como una herramienta para hacer de ellos mismos mejores ciudadanos. Construyendo la capacidad para fallar, has empezado, de muchos modos, el camino hacia el éxito“, concluye Kela.