Las pantallas son una extensión más de los brazos de los adultos, y cada vez más de nuestros hijos e hijas pequeños. Este uso excesivo de las móviles y otras tecnologías desde tan tempranas edades afecta al desarrollo de nuestros hijos, sobre todo a nivel cognitivo.
Los móviles, las tablets o los videojuegos fascinan a los niños, pero afectan y perjudican al desarrollo cerebral de nuestros hijos, sobre todo cuando son pequeños, según señalan varios estudios. Podemos ver en nuestro día a día cómo los niños están expuestos a estas pantallas diariamente. Las usan para entretenerse, para buscar una duda, para estudiar… Pero también nosotros como padres y madres a veces usamos estas tecnologías para conseguir que nuestros hijos se calmen, en la mayoría de los casos porque no encontramos una mejor solución o no tenemos las herramientas para conseguir que se relajen.
Los datos confirman este uso excesivo. Según datos de Empantallados y Gad 3, los más pequeños usaron las pantallas en el año 2020 casi 4 horas al día. Desde Kaiser Family Fundation señalan que un 43% de los niños con menos de 2 años ve la tele todos los días y los menores de seis años están dos horas diarias frente a estas pantallas, casi el mismo tiempo que pasan jugando al aire libre, y tres veces más tiempo del que pasan leyendo o escuchando lo que alguien les lee.
¿Cómo afecta el móvil y el resto de pantallas al desarrollo cerebral de los niños?
Cada vez surgen más investigaciones cuyo objetivo es estudiar cómo el tiempo de exposición a las pantallas puede afectar al cerebro de los más pequeños, y cómo así puede repercutir en las conductas y habilidades de los niños y niñas. El estudio en curso Adolescent Brain Cognitive Development (ABCD) comenzó en 2018 y estudia a más de 11.000 niños expuestos a diferentes factores entre ellos, las pantallas.
Los primeros resultados han mostrado que los niños que pasan más de dos horas expuestos al móvil o a otros dispositivos, obtienen peores puntuaciones en los test de lengua y pensamiento. Asimismo, los escáneres cerebrales realizados en esta investigación han mostrado cómo existen diferencias en los cerebros de aquellos que pasan más de 7 horas al día con todo tipo de dispositivos frente a otros cerebros que no tienen tanta exposición. Desde este mismo estudio se está examinando si una gran exposición a las pantallas puede conllevar una corteza cerebral más fina.
Este otro estudio publicado en la revista Jama Pediatrics señala que existe una correlación entre un gran número de horas de exposición a las pantallas y una disminución de materia blanca en el cerebro. Aunque se necesitan más investigaciones para abalar este hecho, un uso excesivo de pantallas en edades tempranas pueden reducir la materia blanca cerebral, por lo que puede perjudicar a nuestro aprendizaje del lenguaje.
Los móviles y la pérdida de atención
La introducción de las pantallas en nuestra vida ha modificado nuestra capacidad para concentrarnos y atender. Nos lo contaba la doctora en Psicología y Educación Catherine L’ecuyer en esta ponencia: las plataformas de streaming nos ofrecen reproducir los contenidos a doble velocidad para que podamos mantener la atención, los contenidos audiovisuales están llenos de estímulos para que no distraigamos con otras pantallas.
“Cuando nosotros veíamos la Abeja Maya, volaba lentamente con Willy y era todo muy lento. Ahora están rehaciendo muchos de los contenidos que nosotros veíamos de pequeños pero a una velocidad vertiginosa”. Así, “el niño se acostumbra a esa velocidad, que no existe en el mundo real. Cuando vuelve al mundo real todo le aburre”, nos contaba Cathérine.
Este estudio publicado por la Foundation Acta Paediatrica también reafirma esta posición sobre la pérdida de atención y los dispositivos electrónicos: mientras que la lectura de un libro la aumenta la conexión del cerebro con las áreas del lenguaje, las regiones del control visual y cognitivo, el tiempo que están expuestos los niños disminuye la conexión cerebral.
Las pantallas pueden perjudicar a la salud física de los niños
Un uso excesivo de las pantallas también pueden perjudicar a la salud física de los niños. Este estudio publicado en la revista Pediatrics Obesity demuestra cómo los niños estadounidenses de edades de 9 y 10 años que hacen un mayor uso de las pantallas, tienen más probabilidades de aumentar de peso un año después. Según uno de los investigadores del estudio, los factores de obesidad y pantalla se relacionan porque “el tiempo frente a la pantalla es a menudo sedentario y puede reemplazar el tiempo para la actividad física. Los niños están expuestos a más anuncios de comida y son propensos a comer bocadillos y comer en exceso mientras se distraen frente a las pantallas”.
La Academia Americana de Pediatría también señala la obesidad como una posible consecuencia del uso excesivo de las pantallas, así como añade otros factores como complicaciones para conciliar el sueño, problemas en el ámbito escolar o comportamientos de riesgo en un futuro.
Recomendaciones para hacer un buen uso del móvil y otras tecnologías
Desde la revista de la Academia Americana de Pediatría se recomienda que los niños hasta los 24 meses no estén expuestos a ningún tipo de pantalla. Y desde los 2 y 5 años, el tiempo máximo debe ser de 1 hora, y se debe procurar que sea un contenido de calidad y educativo.
Para niños y niñas más mayores, Unicef señala que los niños entre 5 a 12 años deben estar un máximo de hora y media al día con pantallas y su uso debe estar supervisado. A partir partir de la adolescencia recomiendan que se les guie para que hagan un uso adecuado ellos mismos.