Durante la última semana prácticamente todos los medios se han hecho eco de la polémica que envuelve a El Rubius, uno de los creadores de contenido online más famoso (actualmente cuenta con 39,5 millones de suscriptores en su canal de YouTube) tanto nacional como internacionalmente.
Resulta que este conocidísimo youtuber lleva siendo noticia varios días ya que anunció que iba a cambiar su residencia de España a Andorra. Si bien afirmó que la razón era que sus amigos residían allí, también reconoció que allí se pagaban menos impuestos.
A raíz de esto, muchas han sido las voces que se han pronunciado al respecto. A favor de El Rubius, en contra, a favor de que los que tienen más paguen más, en contra del sistema tributario español… Incluso ha vuelto a hacerse viral un vídeo de hace tiempo de Ibai Llanos, otro conocidísimo youtuber, hablando sobre por qué él está de acuerdo con pagar los impuestos que le toca en función a sus ingresos.
El debate está en las redes
A raíz de esta noticia podemos extraer varias conclusiones educativas muy interesantes:
Para empezar, la obvia: nuestros hijos e hijas admiran, siguen y vitorean a los que son sus referentes hoy en día: los influencers. Esto es peligroso, no solo por la configuración de su identidad virtual (que muchas veces se aleja muchísimo de su identidad real) en base a estos referentes, sino también por la aprehensión de valores que se produce durante la juventud y adolescencia y que puede estar influenciada en gran parte por estas figuras de referencia para ellos.
Esto no quiere decir que tengamos que prohibir a nuestros hijos e hijas seguir y admirar a influencers o youtubers, sino que noticias como esta pueden ser de gran utilidad para sacar temas de conversación con ellos y transmitirles valores como la responsabilidad, el respeto o la honestidad. De hecho, debemos hablar con ellos de estos temas, saber qué piensan, cómo se posicionan, si tienen una perspectiva crítica…
El pensamiento crítico en la era de la inmediatez
¿Y por qué es esto tan necesario? Antes de responder a esta pregunta os animamos a que os deis una vuelta por las redes sociales (especialmente las que más usan los jóvenes, como Instagram o TikTok) y echéis un vistazo a los comentarios de las publicaciones que hablan sobre esta noticia que os contamos de El Rubius.
Nosotros lo hemos hecho, y de esa experiencia se derivan las siguientes cuestiones: ¿Saben nuestros hijos e hijas qué son los impuestos? ¿Saben cuál es la función de Hacienda o dónde va a parar el dinero de la recaudación tributaria? ¿Nuestros hijos siguen a influencers en las redes sociales, o más bien son fans acérrimos que siguen a ciegas?
Es muy importante que reflexionemos sobre estas preguntas porque muchísimos jóvenes han participado en este debate de El Rubius, y muchos de ellos han entrado a defenderle cual apasionado del fútbol defiende a su equipo, pero sin argumentos que validen su postura. Probablemente muchos de vosotros hayáis pensado: bueno, y también hay muchos adultos que hacen eso en las redes sociales. Exacto, totalmente de acuerdo, y por eso tenemos que ayudar a nuestros hijos e hijas a reflexionar, a que se cuestionen, a que tengan un pensamiento crítico… en definitiva, que aprendan a pensar por sí mismos y no se dejen llevar por la corriente (o el/la influencer) del momento.
El poder de las conversaciones
Muchas veces nos centramos en que nuestros hijos no nos hablan, o no nos escuchan, y nos frustramos mucho cuando en la adolescencia pasan a ser mucho más reservados y callados. ¿Cómo tener conversaciones interesantes en familia si no hablan? Pues, por ejemplo, encontrando temas que a ellos les puedan apasionar, aunque a nosotros nos parezca una tremenda tontería, preguntarles por ello, dejar que se expresen y mostrar también nuestro entusiasmo. Que sepan que pueden hablarnos de cualquier tema, el que sea, que siempre van a tenernos ahí escuchando.
Puede que nuestro hijo sepa al dedillo lo que ha ocurrido con El Rubius y nos lo quiera contar. O puede que no le gusten los youtubers que generan contenido sobre gameplays, pero le encante una cuenta de instagram que comparte contenido sobre cómics, o arte, o moda… De la misma forma que ocurre con la lectura, que no conseguiremos que adoren leer si no les proponemos títulos que sean de su interés, tampoco conseguiremos tener conversaciones interesantes con ellos si todos los días les hacemos las mismas preguntas: ¿cómo ha ido en el cole? ¿qué nota has sacado en el examen de…? ¿tienes muchos deberes?
Por otra parte, esto también es muy interesante desde el punto de vista de lo enriquecedor que puede ser debatir con ellos, ver qué argumentos tienen, qué ideas defienden, si saben mantener el tono de voz o pierden los papeles muy rápido…
Como veis, podemos trabajar muchísimos aspectos con ellos mediante las conversaciones. Y justo el tema que os proponemos hoy puede dar para largos ratos de conversar en familia: la valoración de lo público que se financia a través de los impuestos, enseñarles que la escuela, las carreteras o el centro de salud no estarían ahí si no tuviéramos un sistema público que lo hace posible. También sobre las modas, las redes sociales, la educación financiera, los influencers… ¿Os animáis?