Ponencia de Carles Capdevila: “El activo más importante de la sociedad es el estado de ánimo de los maestros”
Carles Capdevila nos hizo reír y nos emocionó con su ponencia en la que habló de la importancia de hacer buen equipo, valorar, querer y confiar en los profesores, una actitud que le parece de sentido común. “Para mí, un padre o una madre que critica a su maestro es como el aficionado que silba a su propio portero”.
Carles quiso empezar su intervención realizando “una confesión en público. Pese a ser padre, quiero a los maestros” y de este modo comenzó a provocar carcajadas en el público. No se trata, nos aclara, de un amor altruista, sino “interesado. Desde que tuve a mi primera hija, descubrí que si iba a dejar a mi hija todo el día con una persona lo más lógico era confiar en esa persona y no criticarla delante de la puerta”, algo que, nos recuerda con gesto extrañado, “mucha gente hace, ya sé que vosotros no”. Y ya más serio insiste en que “tenemos que entender que somos un equipo. Para mí, un padre o una madre que critica a su maestro es como el aficionado que silba a su propio portero. Mi misión de hoy es deciros que tenemos que querer a nuestros maestros y darles confianza”.
Carles nos ofreció “una exclusiva mundial”, pues conoce “el origen de la tensión” de la relación entre profes y padres. ¿Y cuál es?: “La escuela infantil, porque los padres de las escuelas infantiles somos los más patéticos, primerizos, nerviosos y tensos. La primera reunión en la escuela infantil con las sillitas pequeñas no va bien. Te da calambre y lo terminas asociando”, nos dice entre risas.
Y nos cuenta una anécdota que demuestra que “la vida sexual de la pareja queda destrozada, como sabéis los que estáis aquí un sábado por la mañana, porque si no no estaríais”: de madrugada tu pareja te pide que mires en la mochila de tu hija a ver si hay notitas de las maestras de la escuela. Y encuentra una que dice: “Mañana empieza la primavera, tenéis que llevar una plantita”. Carles confiesa que “ya vas tenso porque vas al cole sin la plantita”. Carles dice que la relación ya empieza mal “porque no nos miramos a los ojos.
Un día la maestra del jardín de infancia le dijo a mi hija de 9 meses mirándole a los ojos cuando me la entregaba: Recuérdale a papá que hace días que se han acabado las toallitas. Yo llegué a casa emocionado, pensando que mi hija hablaba porque ya le daban los recados a ella. Hasta que entendí que hablamos por bebé interpuesto”. Por eso, Carles no se quiso quedar atrás: “Al día siguiente, mientras dejaba a mi hija, la miré a ella a los ojos y le dije: “Dile a la maestra que papá ya ha llevado las toallitas y que por un día no hacía falta la bronquita de ayer”.
En un tono más serio, Carles nos recuerda que “tenemos que mirarnos a los ojos, podemos hablarnos, somos adultos con un proyecto común que es esta niña que nos estamos pasando”. Y esto no es solo responsabilidad de los maestros, nos recuerda con otra anécdota: “Yo he encontrado alguna madre que deja a su hijo por la mañana y no se van de la clase hasta que el niño llora. El niño está distraído y van diciendo: Mamá se vaaa, ya no me verás en todo el día… Esto no funciona así, la entrega de un niño debe ser a traición, que le dices: “Mira, mira, mira” y te vas”.
Otro de los puntos que quiso destacar Carles sobre la relación entre profes y padres es “que no ayuda el relato que hacemos. Una de las cosas que más me gusta de Gestionando Hijos es que compartamos lo divertido que es educar”, mientras que, en general “el relato de la educación es un relato negativo. La palabra más asociada a escolar es fracaso. Hablamos de los problemas de la educación, cuando la educación no es un problema, es la solución”. El relato que hacemos de la profesión de maestro tampoco es muy positivo, abunda Carles, contando que “si un extraterrestre pone en Google maestro, saldrán cuatro temas: la huelga de los maestros, las vacaciones de los maestros, la depresión de los maestros y el estrés de los maestros. Y el extraterrestre dirá que los maestros son muy raros, porque si hacen todo el día huelga y vacaciones ¿cómo se van a estresar y deprimir?”. Elementos para crear otro relato más positivo no faltan, nos recuerda Carles, porque “alrededor de los maestros estos años he encontrado ilusión, vocación, pasión, pero no hablamos de eso”.
Otro de los motivos del desencuentro entre padres y profes, según Carles, es que “confundimos educar con parir. Parir es el inicio, no es el final. Hay 200 manuales en el embarazo. Y hay manuales sobre cómo esperar. Pues esperando”, nos dice, recordando que “hay 100 manuales sobre el primer año, cuando es una época maravillosa porque es el único en el que dejas a un bebé en un sitio y te lo encuentras en el mismo sitio. Cuando hay que educarle, del año a los 16, hay menos manuales y los dejamos en el cole y además no colaboramos.
A veces los padres estamos tan agotados con el embarazo y con el parto y con el primer año que nos ponemos a descansar. Y nos echamos una siesta de quince años en los que queremos que nos lo lleven los maestros”, y después volvemos a los libros con “Socorro, mi hijo es adolescente”. Carles confiesa que encuentra a gente obsesionada con el parto, sobre el mes en el que va a nacer. “Pregúntate mejor qué harás el resto de tu vida, porque es para siempre. Si quieres hablar de fechas, pregúntate qué edad tendrás tú cuando tu hijo tenga 15 años y tengas que ir de madrugada a buscarlo a la discoteca”. Carles nos cuenta que tiene “un amigo de 65 años que ha sido padre ahora y el otro día le dije: “No es por nada, que sepas que a los 80 años tendrás que ir a las cuatro de la madrugada a un polígono a buscar a tu hijo. Que a lo mejor no tienes carnet de conducir, yo iría ahorrando para taxis”.
Tenemos que asumir que el día que nace empieza todo y que es para siempre, palabras maravillosas que suenan a condena.
Otro de los motivos por los que escuela y familia a veces no se relacionan bien es porque solemos desprestigiar los temas de los niños y la educación. Cuando empezó a dirigir el periódico, le felicitaron y le dijeron que pensaban que “iba a ir fatal “porque como venías de hacer la cosita esa de los niños”. Si tú eres un periodista de economía, que por cierto has dicho mentiras mientras el mundo se hundía, eres alguien respetable, si eres periodista de temas de educación te dicen: “Pobrecito, todavía estás con la cosita de los niños”…” Esto le lleva a decir que “la gente confunde el tamaño de los niños con el tamaño de la responsabilidad que tenemos maestros, padres y profesores. Es importante que reivindiquemos que no hay nada más importante que ser maestro, por eso os pido hoy que por la mañana os levantéis y agradezcáis a los maestros el trabajo que hacen”.
Ahondando en cómo ven pedagogos el trabajo del maestro, Carles nos cuenta que le encanta una cita del pedagogo y maestro Jaume Cela que dice que “un maestro debe querer más a sus alumnos que a su asignatura”. Gregorio Luri, dice Carles Capdevilla, considera que “un maestro tiene la obligación de ser optimista”. “Un maestro tiene que confiar en los alumnos. Y por eso yo creo que el activo más importante de la sociedad es el estado de ánimo de los maestros”. Otra pedagoga, María Jesús Comellas, dice que “el maestro debe dejarse seducir por los alumnos. Tiene que entrar en el aula pensando que se encontrará con personas con las que aprenderá”.
A Eva Bach le preguntó qué verbos conjuga un maestro y dijo “acompañar, orientar, extraer, fertilizar pero sobre todo amar”. Padres y madres tenemos que celebrar que estos maestros a los que criticamos en la puerta de la escuela es gente que quiere a sus alumnos. Y nos cuenta la historia de una amiga suya que cuando ve que un alumno viene de una familia en dificultad les busca trabajo o una beca comedor. “Un buen artesano duerme feliz. Y mi amiga duerme feliz entre otras cosas porque está reventada trabajando 14 horas buscando trabajo”.
Volviendo a la idea del relato, Carles comenta que padres y profes “hacemos un relato tenso de nuestra relación. Y el relato es lo más importante”. Y para mostrar su importancia nos cuenta que puede hacer dos relatos sobre su trabajo en el encuentro Gestionando Hijos: “Puedo decir: “Mira, fatal, porque llovía, he estado en esto de Gestionando Hijos con 1.000 padres con poco criterio y poco trabajo, perdiendo la mañana, me han hecho hablar de los maestros, y ahora tengo que coger el coche lloviendo para ir a Alicante…”. Yo puedo hacer un relato negativo y me lo creeré. Y en cambio yo tengo otra versión: “Ha ido fantástico, me siento el tío más privilegiado del mundo, hace un año me invitaron a Gestionando Hijos, el vídeo de la ponencia se ha hecho viral, me invitan a todas partes por culpa de Leo y de este vídeo.
Me han invitado por tercera vez, me han pedido que hable de los maestros, lo he hecho, la gente me ha escuchado, incluso he hablado cinco minutos en serio, que es algo raro en mí, y además tengo la sensación de que he convencido a tres. Y además tengo la suerte de que esta tarde me esperan en Alicante y voy a conducir escuchando música y sin mis hijos, que es todavía más fantástico.
Por tanto, decíos cosas bonitas por las mañanas. Decíos: “Soy maestro, qué profesión que tengo, tengo 27 niños esperándome y lo haré muy bien” o “Soy padre o madre, en un momento en el que hay oportunidades y existe Gestionando Hijos, nos ayudan expertos, tengo una buena escuela, con una buena maestra y ahora cuando le deje a mi hijo voy a sonreírle y le diré: Gracias, porque somos un equipo y porque necesitamos maestros y profesores motivados”. Y Carles acabó lanzando un “¡Vivan los profes!”
Carles Capdevila intervino en la cuarta edición Gestionando hijos el 7 de mayo de 2016 en Barcelona con el patrocinio de Fundación SM, Cruïlla, Xarxa Ford de Catalunya y Lidl. ¡Gracias por vuestra compañía!