Vamos a proponerte un juego. Si tienes en casa hijos mayores de 10 años, proponles que completen esta frase: “Toxicidad fuera…”. Seguro que la gran mayoría te responde, canturreando: “Mala vibra fuera”. Y probablemente tú ni sepas cómo han hecho esta asociación. El responsable es el archifamoso streamer Ibai Llanos, protagonista de uno de los últimos programas de “Lo de Évole”, que puedes ver aquí. Y te recomendamos mucho que lo veas porque, como el propio creador de contenido dice, “es importante conocer los gustos de los hijos”. Y, porque además, transmite muchos mensajes positivos para educar. Te contamos cuáles.
Ibai Llanos es una persona sensata
Ibai tiene 25 años, gana muchísimo dinero, vive en una casa enorme que antes era de Samuel Etoo, pero no olvida de dónde viene. Cuenta que “la casa de mis padres es más pequeña que mi salón” y su padre, con el que Évole habla, dice que no tiene miedo que el éxito se le suba a la cabeza. Confiesa a Évole que “de niño quería ser futbolista, también quería ser ATS o médico como mi abuelo”. Precisamente acompañaba a su abuelo en visitas a “barrios desfavorecidos, con problemas de drogas. Ver esto con 11 años impacta. Nadie en mi familia se esperaba que me dedicara a esto y me fuera bien”.
Reconoce que “me da miedo que los chavales tengan como objetivo ser streamer y vivir en esta casa”, porque sabe que su caso es excepcional. Dice: “animo a que prioricen sus estudios, pero no quiero quitarle el sueño a nadie. Siempre hay que intentarlo con algo seguro. Yo no hice esto hasta que tenía un trabajo fijo”. De hecho, cuenta a Évole que “la selectividad no se me dio mal pero me daba pánico decidir qué hacer”.
En la entrevista no tuvo miedo de mostrar su faceta más vulnerable y habló de sus ataques de pánico y ansiedad poco después de mudarse a Barcelona: “Pensé que me moría, no podía caminar, pánico tremendo. Me dijo el médico que sufría ansiedad y ataques de pánico”.
Sabe que su éxito no será duradero y tiene un proyecto de futuro bastante sencillo: “Me gustaría vivir en un pueblo de Euskadi y montar un negocio tranquilo”. Y además entiende que deba pagar más impuestos que las personas que ganan poco más de mil euros al mes.
Ibai Llanos nos invita a ver qué hay más allá de una adicción a las pantallas
En un momento de la entrevista, Évole le cuenta, entre risas, que “la mayoría de veces que entro en la habitación de mi hijo te está viendo a ti, estoy celoso. ¿Qué les das?”. Ibai le contesta que “intento dar entretenimiento y ser positivo”. Y en otro momento, se sorprende de que muchos de sus seguidores le piden que “les bendiga o les dé suerte para los exámenes”.
El streamer reconoce que en su adolescencia “me pasaba muchas horas con las pantallas, en mi peor época todo el día menos dormir”, algunas veces 16 horas al día. La situación económica en su casa no estaba bien. “Puede ser que me evadiera con los vídeos”, cuenta. Por eso, cuando Évole le pregunta qué diría a los padres preocupados porque sus hijos están enganchados a Internet o a videojuegos, les dice: “Si tu hijo solo hace eso intentaría hablar con él y comprender por qué. Hay muchos chavales que lo usan como vía de escape, tal vez están sufriendo bullying, lo están pasando mal o no tienen amigos. Igual online es donde tienen sus amigos”.
Como en su canción, Ibai critica la toxicidad en las redes: “La toxicidad es grande en redes por el anonimato, que lleva a querer decir cosas que nunca dirías. Las redes son ese pozo donde uno se desahoga de su frustración”. Reconoce que tal vez esa violencia en las redes hace que haya menos streamers chicas, porque “hay mucho garrulo suelto”, aunque se alegra de que “ha habido denuncias por insultos machistas y hay más chicas que hace años”.
Para acabar con el juego con el que empezábamos este texto, te dejamos con la canción de El cuarteto de Ibai que tal vez tus hijos se sepan de memoria.
Si te gustan nuestros contenidos educativos, tenemos algo que contarte: ¡puedes ayudarnos a que continuemos creando más! Si te conviertes en miembro premium de Educar es Todo contribuirás con solo 1,50€ al mes a que podamos seguir creando artículos, cursos, talleres, eventos, webinars… de calidad y utilidad para madres y padres. ¿Te apuntas?