Está claro que los malos comportamientos de nuestros hijos, en ocasiones, nos llegan a cuestionar nuestro papel como padres y madres. Llamadas de atención constantes y en el peor momento posible, actitudes vengativas hacia nosotros u otros niños, hijos e hijas con grandes desmotivaciones en su vida o incluso cuando tienen la palabra “no” por bandera, son algunas situaciones incómodas que, como padres, haremos frente en algún momento de nuestra vida.
Quedarse en la punta del iceberg, observando tan solo sus comportamientos, es quedarse en la superficie. Sin embargo, profundizar más hacia el fondo del iceberg, en esas creencias erróneas que tienen nuestros hijos, va a permitir conocer el origen de sus conductas y los sentimientos que los originan.
Cuando conocemos el motivo de sus actos, es mucho más fácil enseñarles a superarlo y aprender de ello.