¿Cuál es la edad mínima para empezar a tener teléfono móvil? ¿Cuánto tiempo de conexión diario es aceptable? ¿Cómo evitar conflictos? Son algunas de las dudas más habituales cuando las madres y padres empezamos a plantearnos qué relación mantener en la familia con la tecnología.
Lo primero que debemos tener en cuenta es que cada niño y niña es diferente, y cada familia también. Y por eso, no hay una regla o un “manual de instrucciones” que aplicar de forma automática.
En cambio, sí hay criterios y recomendaciones que sirven de guía y orientación. Pero son los padres y madres quienes han de decidir cómo adaptarlas, porque son ellos quienes mejor conocen a sus hijos e hijas.
Limitación de horario
En cuestión de menores y pantallas, la Academia Americana de Pediatría recomienda que antes de los 18 meses los bebés no estén expuestos a pantallas ni las utilicen. Solo admite una excepción: que sirva para que el bebé se comunique a través de videochat con otras personas, por ejemplo, familiares, como alternativa para salvar distancias, pero siempre, como es lógico, acompañados de un adulto. De ahí y hasta los cinco años, aconsejan no dedicar a las pantallas (y eso incluye televisión) más de una hora al día y, de nuevo, siempre en compañía de un adulto (el padre, la madre o los abuelos) para ayudarles a comprender lo que están viendo, interpretarlo y aplicarlo.
¿Y por qué una hora y no dos o solo 45 minutos?
En los dos primeros años de vida, las neuronas se conectan unas a otras y establecen los circuitos neuronales. De los dos a los cinco años, el cerebro selecciona los circuitos neuronales más frecuentes y los refuerza. Por tanto, hasta los dos años, el niño necesita investigar y ensayar una y otra vez los movimientos, y eso incluye tanto la psicomotricidad gruesa (como el gateo, la deambulación, los primeros pasos, etc.) como la psicomotricidad fina, con juegos 3D de manipulación de texturas y formas, por ejemplo. Pero la pantalla no es tridimensional, sino 2D, por lo que se pierde mucho la psicomotricidad fina. Por eso a estas edades se recomienda restringir las pantallas lo máximo posible y fomentar el juego libre y la interacción social.
¿Y si es para jugar con aplicaciones educativas? La Academia Americana de Pediatría advierte de que la mayoría de Apps englobadas bajo esta categoría no son realmente educativas, ya sea porque no están diseñadas sobre la base de ningún criterio educativo, o porque, simplemente, no han sido capaces de demostrar su eficacia.
¿Y si es para mantenerles entretenidos, por ejemplo, en un viaje en coche o avión, o mientras comen? Dice la Academia que influye negativamente en la comunicación entre padres e hijos porque la disminuye. Puesto que a estas edades los hábitos paternos ejercen de modelo, lo mejor es no recurrir a móviles o tablets.
¿Y si lo que quiero es simplemente que estén un rato tranquilos y me dejen en paz? También aquí la Academia Americana de Pediatría nos advierte que la tecnología no debería ser la única ni la principal herramienta para calmar a los chavales, porque se les debería enseñar a gestionar las emociones y el aburrimiento desde la más tierna edad ofreciéndoles actividades alternativas.
Entonces, ¿cuándo empezar a enseñarles a manejar la tecnología?
En realidad, no hay edad. Lo ideal es, a medida que van creciendo, incorporarles en tareas cotidianas que nosotros mismos realizamos. Por ejemplo, enseñarles cómo buscamos información cuando estamos preparando las vacaciones o cómo compramos online sin que vean los datos de pago, pero sí para que sepan en qué deben fijarse para realizar una compra segura.
También es clave que desde el momento en que comiencen a tener acceso al dispositivo, tengan claras unas pautas, por ejemplo:
- Que sepan que deben pedir permiso para usar el móvil o tableta del padre o de la madre, y que no pueden cogerlo cuando les venga en gana.
- Que perciban que el teléfono móvil o el ordenador no es un objeto exclusivo de ocio ni un juguete, sino también una herramienta de trabajo, de aprendizaje, de educación…
- Que comprendan que hay unas reglas que hay que cumplir, y que con la tecnología se pueden hacer muchas cosas, pero hay otras tantas que no se deben hacer.
En el curso gratuito que hemos elaborado junto a Orange: “Redes Sociales para padres y madres”, María Lázaro nos cuenta cómo establecer estas normas en casa y conseguir que se cumplan.