Cuando un bebé se niega a mamar, habitualmente decimos que rechaza el pecho, sin embargo esta afirmación no es correcta. “Los bebés nacen para mamar, ellos no saben que si no lo consiguen, pueden tomar leche de fórmula”, nos dice Alba Padró, asesora de lactancia y autora del libro ‘Mucha teta’. Por tanto, cuando un niño no quiere mamar antes del año de vida, debemos buscar la causa que está provocando esta situación.
Padró recomienda en su libro que analicemos si:
- No quiere mamar de un pecho o no quiere mamar de ninguno de los dos
- Había mamado antes o siempre había tenido dificultades de succión
Veamos uno por uno, los posibles escenarios para poder analizarlos:
Un bebé de menos de un mes parece rechazar los dos pechos
Cuando un bebé de menos de un mes parece rechazar los dos pechos, Padró nos da varias causas:
- Que se acerque al pecho por la zona occipital (de atrás) de la cabeza
- Que esté demasiado despierto, hambriento o nervioso
- Que sienta dolor al mamar
- Que la leche salga con mucha fuerza y no pueda gestionarla
- Que salga poca leche y se frustre
- Que haya tomado biberón y se confunda a la hora de mamar
- Que esté cerca del mes de vida e intente hacer caca cuando está en el pecho
- Que no tenga hambre y le estemos forzando a comer
- Que esté cansado
Un bebé de menos de un mes rechaza solo un pecho
En el caso de que solo rechace uno de los pechos, Lladró encuentra las siguientes causas:
- Prefiere un pecho más que otro
- Siente dolor al apoyar alguna parte del cuerpo
- De un pecho sale más leche que del otro
- Nosotras estamos incómodas y nos cuesta sujetarlos
- Tengamos una mastitis en un pecho y se haya producido una disminución temporal de la producción
“Si el otro pecho lo acepta con normalidad, no debemos preocuparnos, ya que cada pecho produce mucha más leche de la que un bebé necesita. Por tanto, con uno solo podemos amamantar durante meses o años sin problema”, nos recuerda Padró.
Ha dejado de mamar, y antes lo hacía sin dificultad
En este caso, Padró nos insta a valorar:
- Que el bebé esté muy nervioso o superado en cuanto a estimulación (mucha gente en casa, ruido…)
- Que el pecho no esté lo demasiado duro
- Que nos hayamos aplicado alguna crema o colonia que huele fuerte
- Que tenga dolor en alguna parte del cuerpo que apoya al mamar o le moleste el oído al succionar
- Que la leche salga con mucha fuerza
- Que esté manifestando confusión si se le ha ofrecido succionar algo diferente al pecho: biberón, chupete…
- Que te hayas liberado de las pezoneras sin que el bebé estuviera preparado
- Que existan problemas en la producción de leche
- Que tenga algún tipo de problema en las estructuras orales: paladar de burbuja, frenillo lingual corto…
- Que padezca reflujo intestinal y las molestias que siente le incomoden
¿Qué hacer ante un caso de huelga de lactancia?
Como ya hemos mencionado, lo primero es identificar la causa para poderle poner remedio.
En caso de no encontrarla por nosotros mismos, consultar con un pediatra o profesional de lactancia.
Mientras tanto, las recomendaciones son:
- Ofrecer el pecho sin forzar: Es importante no forzar nunca al bebé a tomar el pecho. Es decir, si se le acerca el pecho y llora, no insistir, porque de esa manera lo que haremos será crear una situación angustiosa para ambos.
- Cambiar la posición: Prueba las posturas verticales en las que el bebé no está apoyado en ninguno de sus lados. Suele funcionar si hay un dolor asociado a lateralidad.
- Ofrecerle el pecho cuando duerme: Muchas veces cuando están dormidos o semidormidos es un buen momento para que cojan el pecho.
- Ambiente tranquilo, sin ruidos ni luces: En bebés que se distraen mucho o se alteran puede venir bien irse a otra habitación, que esté tranquila y sin interrupciones. Apagar las luces, estar en contacto piel con piel y esperar.
- No hacerle pasar hambre: No pienses que porque pase hambre va a querer coger el pecho. Si ya toma otros alimentos, que siga haciéndolo. Ofrécele también tu leche en otro recipiente que no sea el biberón (en vaso por ejemplo).
- Extráete la leche: Por un lado. para evitar mastitis u obstrucciones, y por otro para mantener la producción de leche. Porque si no hay succión, tu cuerpo entenderá que no hay bebé al que amamantar y progresivamente irás produciendo menos leche, y eso no ayudará a que el bebé agarre el pecho de nuevo.
- Movimiento y/o balanceo: Darle el pecho al bebé de pie en movimiento o en una mecedora, a veces les ayuda a relajarse y en ese momento, cogen el pecho.
- Reenamorar al bebé del pecho: Debemos intentar que el bebé asocie el pecho con algo agradable y positivo. Aprovecha esta situación para pasar más tiempo con tu bebé. Quítate la parte de arriba de la ropa y a él déjalo con el pañal.