Quizá por la incertidumbre hacia el futuro debido a la crisis, los padres y las madres están muy preocupados por preparar bien a sus hijos para un mundo muy dinámico y competitivo. Proliferan los padres y madres “helicóptero”, que diseñan la vida de sus hijos con cuidado, intervienen resolviendo todos los problemas y sobreprotegen. ¿Es esto bueno para la felicidad de nuestros hijos y para su éxito en la vida?
María y Luis tienen un hijo, Samuel, que tiene seis años. Desde que nació, sus padres se propusieron hacer que fuera feliz y se preparara para tener éxito en el mundo. Por eso, le han apuntado a muchas actividades extraescolares, le llevan a un colegio muy exigente, no tardan en intervenir al menor conflicto de Samuel con sus amigos o profesores… Un vistazo a la agenda de su hijo resulta estresante. Samuel apenas tiene tiempo, entre extraescolares, deberes y horas para practicar el piano, para jugar al aire libre. Samuel deja claro que no está contento, pero María y Luis insisten en que así se preparará para el futuro, tendrá éxito en el mercado laboral y tendrá la preparación necesaria incluso para ser un buen empresario. Les preocupa mucho el futuro que Samuel se va a encontrar y no quieren desperdiciar un minuto para prepararlo bien. Aparte del hecho incuestionable de que no están teniendo en cuenta los deseos y necesidades del niño, ¿es cierto que le están preparando bien? La respuesta, según un artículo de Katina Stefanova en Forbes, es no.
Según Stefanova, los llamados padres y madres helicóptero, con su planificación exhaustiva y su tendencia a intervenir en la vida de sus hijos, en realidad “entorpecen las cualidades más necesarias para el espíritu emprendedor y para el éxito en la edad adulta: la capacidad de adaptación, la iniciativa y la creatividad”.
Para Stefanova, los padres deberíamos incorporar lecciones del mundo emprendedor para preparar a nuestros hijos para el futuro. Y propone las siguientes:
Centrarse en objetivos, y no en tareas, con nuestros hijos. Si los padres hacemos que los niños se conecten con lo que hacen por el objetivo que quieren alcanzar, promoveremos su independencia y el manejo de responsabilidades. La experta recomienda acordar los objetivos con nuestros hijos y dejarle campo para que decida y diseñe las tareas para alcanzar el objetivo.
Dejar que los niños elijan sus actividades. Para el éxito en la vida, uno debe estar apasionado por lo que hace. Si les dejamos elegir, nuestros hijos realizarán las actividades con pasión y será más probable que descubran su talento y se conviertan en los emprendedores de su propia vida.
Permitir que los hijos se equivoquen a menudo. Los errores, el fracaso, nos enseñan importantes lecciones y nos dan fuerza. La experta recomienda enseñar a los hijos que está bien fallar siempre que aprendamos de los errores y que esto nos impulsa a mejorar. Stefanova recuerda que jóvenes que no están acostumbrados a fallar se ahogan en un vaso de agua y son incapaces de levantarse tras una caída y reinventarse.
Poner a los niños en situaciones en las que necesiten adaptarse. Los padres y madres sobreprotectores buscan conservar un entorno seguro para que su hijo crezca tranquilo y sin sobresaltos. Pero el futuro va a ser muy dinámico y cambiante, de modo que es necesario saber adaptarse al continuo cambio que nuestros hijos vivirán en su entorno. La experta recomienda exponer de manera consciente a nuestros hijos a situaciones a las que deban adaptarse, como viajes al extranjero, campamentos o incluso tiempo de juego libre. Stefanova considera que, por su estresante vida de actividades que “les preparan para el futuro”, muchos niños llegan a la juventud “exprimidos” y sin haber experimentado con su creatividad. Por lo tanto, propone dejar que nuestros hijos exploren más y hagan menos.
Y concluye: “El espíritu emprendedor no se centra en sobrevivir, sino en crecer enfrentándose a retos. Si damos espacio a nuestros hijos para que experimenten y aprendan como emprendedores mientras les guiamos, queremos y apoyamos, es más probable que crezcan como una nueva generación mejor preparada para vivir vidas completas y satisfactorias”. Y, añadimos, más humanas.
¿Qué os parece?
¿Quieres hablar de talento? ¿Quieres hablar de autonomía? No puedes faltar a nuestro evento en Barcelona el 3 y el 4 de julio. Fernando Botella nos hablará del talento y Heike Freire nos propondrá promover la autonomía de nuestros hijos dejándoles explorar.